22: Una cita desastrosa

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UNA CITA DESASTROSA. 



Me desperté por un ruido tremendamente fuerte. ¡Agh, sólo quiero una jodida hora más de sueño! ¿Es mucho pedir?

El ruido provenía de la casa de al lado, ¡Malditos vecinos arruina sueños!

Pateé mis sábanas intentando salir, lo cual empeoró la situación ya que me enredé las piernas con las sábanas.

El cansancio no me ayudaba a salir de mi enredo así que terminé cayendo al suelo. ¡Mierda!

Me levanté completamente humillada y sólo para estar segura de que nadie vio mi torpeza miré a mis costados. Nop, estaba completamente sola, en mi habitación y con la ropa de anoche.

¿Cómo llegué hasta aquí?

Me senté en el borde de mi cama e intenté recordar algo de la noche anterior. Veamos, lo último que recuerdo fue haber subido al auto de Ana.

Los recuerdos venían como flashes, primero los retos, luego el beso con Oscar, también el beso con Ethan, etc.

Esperen, ¿beso con ETHAN? ¡¿Cómo pudo pasar eso?!

No recuerdo cómo pasó, lo único que sé es que ocurrió. Y aquí me encontraba, sentada en mi cama, exigiéndole a mi cerebro recordar alguna cosa.

Y como era de esperarse no recordaba nada detallado, eran sólo vagos recuerdos. Me levanté y caminé hasta la cocina. Mi estómago rugía como nunca antes, ¿por qué tengo tanta hambre? ¿Habré comido algo anoche?

Una vez en la cocina me encontré con mi papá preparando el desayuno.

—¿Papá? —pregunté confundida. Según se yo mi papá debería estar trabajando a estas horas...

—Buenos días cariño. ¿Quieres huevos revueltos con tocino?

—Claro. Por cierto... Tengo una pregunta, ¿qué haces aquí?

—¿A qué te refieres? —frunció el ceño— vivo aquí por si no lo recuerdas —agregó riendo.

—¿No deberías estar trabajando?

—Cariño, es sábado —soltó una carcajada.

—¿QUÉ? ¿¡Me desperté temprano un sábado!? —me quejé.

—Ya decía que era un milagro.

—Iré a dormir de nuevo —gruñí.

—No, ahora te comerás el desayuno y harás algo productivo de tu vida.

—Dormir es algo productivo.

—Caitlin —advirtió.

—Vale, vale.

Me senté y mi papá me pasó un plato con unos muy atrayentes huevos revueltos y tocino, también me paso un zumo de naranja y unos cubiertos. ¡A comer!

Comí lentamente, saboreando cada bocado. Vaya, hace tanto tiempo no como huevos revueltos.

Una vez terminado mi desayuno corrí escaleras arriba.

Un mensaje de texto me llegó.

"Oscar: Buenos días Caitlin, tendremos nuestra cita hoy, ¿verdad? "

"Yo: Hola Oscar, ¡claro! ¿A qué hora?"

"Oscar: paso por ti a las 4. Nos vemos preciosa :) "

¡La cita! ¡Lo había olvidado completamente!

Jugando a quererte {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora