21
¿CENICIENTA?
Caminé decidida en busca de Oscar, el sería la primera parte de mi reto, y claro, luego venía Ethan. Lo mejor para el final.
Lo encontré sentado en el bar, solo, buscando con la mirada a alguien. Su mirada se detuvo en mí y esbozo una sonrisa, al parecer yo era ese alguien.
Le sonreí traviesamente y caminé hasta él. Tomé asiento a su lado.
—Hola Oscar.
—Hola Caitlin, te estuve buscando.
—Pues aquí me tienes —me mordí el labio inferior— sabes... Aquí hay mucho barullo, creo que sería mejor si nos vamos al patio trasero, ¿te parece?
—Concuerdo contigo.
Nos levantamos y caminamos de la mano hasta el patio trasero. Finalmente un poco de tranquilidad.
Él se sentó en el pasto y yo lo imité, pero, como mi reto era coquetear con él apoyé mi cabeza en su hombro. Al principio se quedó tenso sin saber que hacer, pero luego me rodeó con su brazo derecho tiernamente.
No sabía qué hacer exactamente, nunca coqueteé con un chico tan tierno y... santo. Normalmente con sólo levantar una ceja los chicos venían arrastrándose hasta mis pies.
Miré mis costados en busca de alguna ayuda por parte de mis amigas y en respuesta a mis plegarias las encontré. Ana fingía temblar, fruncí el ceño sin entender hasta que me señaló y volvió a temblar.
Ohh ya la capté.
Fingí temblar suavemente de "frío" a lo que Oscar sonrió dulcemente.
—¿Tienes frío? —susurró. Su voz me hizo cosquillas gracias a la corta distancia en la que nos encontramos.
Yo asentí y volví a temblar.
—Entonces deberíamos ir adentro... —volvió a susurrar. Fue entonces que me percaté de que él no llevaba ninguna chaqueta para darme y me di una bofetada mental.
—No, me gusta estar aquí... Solos tú y yo —le susurré a lo que el se sonrojó.
Besó suavemente mi frente y se levantó. Lo miré confundida y me levanté.
—¿Qué ocurre?
—No me perdonaría si te enfermas por mi culpa —sonrió apenado.
Suspiré derrotada. ¿Por qué este chico debe ser tan correcto?
—Bueno, pero merezco un besito antes de volver al barullo —me crucé de brazos como una niña pequeña y señalé mi mejilla.
El rió y se acercó con los ojos cerrados y la intención más limpia de todas, besar mi mejilla. Pero eso no fue lo que ocurrió, cuando estaba a nada de besar mi mejilla, moví mi cabeza y me besó en los labios.
Fue sólo un toque de labios y me separé con una enorme sonrisa.
—Ahora si me puedo congelar en paz —grité mientras corría lejos de él.
Entré a la fiesta y me recibieron Ana, Laura, Elizabeth y Sara con grandes sonrisas.
—¡Lo hiciste! —exclamaron al unísono.
—¿Dudaron de mí? —fingí estar ofendida.
—Ahora te toca Ethan —dijo Sara levantando una ceja.
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Jugando a quererte {EDITANDO}
RomanceA Caitlin le encanta hacer sufrir a los hombres. Sus víctimas son chicos muy guapos, pero no tan inteligentes como parecen. Los hace sentir como si fuera que ellos pueden enamorarla, y luego los bota como un pañuelo usado. Rumores hablan de que nunc...