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TRABAJANDO JUNTOS.
Que seas mía, sus palabras me helaron la sangre, y hasta tenía los pelos de punta. Pero la primera regla sobre acosadores es: Nunca tomes en serio lo que dicen. Ellos son puro hablar y nada de acción.
Ignoré al maldito psicópata de N y cogí mi hermoso bolso rosado con flores blancas. Me miré una última vez en el espejo y corrí escaleras abajo. Mi hermano Jonathan estaba ¿cocinando mi desayuno? ¿Qué mierda? Pero si él no se levanta como dentro de dos horas más ya que decidió tomar los primeros dos períodos online, y luego ir al colegio. Esto no se ve todos los días señores y señoras.
—Ehm ¿Jonathan? —pregunté confundida.
—HERMANIITAAA —me abrazó— ¡Feliz cumpleañoos! —agregó ¿Cumpleaños? Pero si el mío es el 26 de abril... Y cosa que estamos en enero.
—Jonathan, hoy no es mi cumpleaños... el mío es en abril —solté una carcajada, ¡Su cara era un poema!
—¡Mierda! —rió— te estaba preparando un desayuno especial —agregó haciendo un puchero.
—¡Pues continúa que tengo hambre! —deposité un beso en su mejilla.
—Vale —sonrió— pero cuenta como tu regalo de cumpleaños adelantado —pedazo de haragán que salió mi hermano.
Comí el super desayuno que me hizo Jonathan que consistía en huevos revueltos, tocino y un zumo de naranja, y salí de la casa.
Me encontraba caminando tranquilamente hasta mi instituto, gracias a Dios no me ocurrió nada parecido a lo de la última vez. No es el mejor sentimiento del mundo que te persigan... Finalmente llegué sana y salva a mi instituto.
Caminé hasta la puerta de entrada y me adentré a mi horrible condena. Me dirigí a mi casillero y no, ninguna carta. Cogí mis libros y comenzó mi día.
Caminé distraída por los pasillos, el mensaje de "N" seguía torturándome. Caminaba cada vez más rápido sin siquiera darme cuenta, sumida en mis pensamientos, hasta que choqué con alguien, o mejor dicho, alguien me chocó.
Mis libros cayeron al suelo y fulminé con la mirada al nerd que me chocó. Era uno de esos chicos que usan gafas extremadamente grandes y se visten como si... argh, no quiero ni describirlo. El chico completamente avergonzado levantó mis libros y me los pasó.
—L-l-lo siento —susurró.
—¿Qué? No te escucho —le molesté.
—L-lo s-siento —volvió a susurrar.
—Sigo sin escucharte —dije con burla.
—¡LO SIENTO! —gritó perdiendo la paciencia.
—Mejor —reí y me marché.
No es que tenga nada en contra de los nerds pero en verdad que necesitan un estilista. Y no sólo eso, necesitan tener mas confianza en si mismos. Deben hablar fuerte y claro y así nadie se burlará de ellos.
Una vez en mi clase pasaban y pasaban las horas, de repente escuché a una chica hablar sobre una tarea y fue entonces que recordé que olvidé una tarea en mi casa, ¡Grata mierda! Pedí permiso para ir al baño y tomé mis cosas, caminé por los pasillos rezando para que no hubiera ningún profesor cuidando la entrada y ¡Bingo! No había nadie, supongo que es su hora de almuerzo. Caminé hasta la puerta y la abrí de un estirón, una suave brisa despeinó mis cabellos, amo este clima.
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Jugando a quererte {EDITANDO}
RomanceA Caitlin le encanta hacer sufrir a los hombres. Sus víctimas son chicos muy guapos, pero no tan inteligentes como parecen. Los hace sentir como si fuera que ellos pueden enamorarla, y luego los bota como un pañuelo usado. Rumores hablan de que nunc...