59 - Debo continuar

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Mi mejor amigo Max y mi compañera Luz empezaron a salir como enamorados una tarde nublada y triste en medio de un paradero desierto a poca distancia de una zona comercial muy concurrida. Me fui de ese paradero luego de que Max me dejara ir. Él me soltó el brazo y me pidió que me fuera a casa.

Caminé lo más rápido que pude, pero mi caminar se fue pausando poco a poco hasta hacerse lento. Mi mente se inundó de recuerdos unos encima de otros imposibles de ordenar. Sólo deseé cubrirme con mis frazadas para dormir todo el día hasta el amanecer.

Mi celular timbró a poca distancia de llegar a casa. No quise ver el nombre de Max en la pantalla de mi celular, pero su nombre no fue el que brilló en la pantalla, sino el de mi amiga Clara.

"Caramel, qué está pasando, ¿es verdad?", escuché la voz de Clara.

—Verdad qué cosa —dije con duda.

"Lo de Max y Luz", escuché la voz de Cristal. Ellas debían estar juntas.

"¿Ellos están saliendo?", clara preguntó ansiosa.

Me sobresalté un poco. La noticia se había esparcido rápido. Alguien debió haberlos visto y no dudó en generar un rumor, pensé. Pero ese rumor dejaría de serlo, porque de todas maneras la escuela iba a disipar sus dudas, porque Max nunca ocultó ninguna de sus relaciones.

—Cómo lo saben, quien les dijo...

"Caramel, Max subió una foto junto a Luz en su red social. Es raro que Max suba fotos junto a una chica en plan de enamorados, por eso todas han enloquecido, e incluso algunas descaradas me han llamado para confirmarles si Max sale con ella."

"A mí también me han llamado para preguntarme, y aunque no sé si realmente salen, igual les dije que sí a todas", Cristal se rio.

"Y entonces, Caramel, salen o no salen.", insistió Clara.

No debía ser yo quien respondiera esa pregunta, pero no me importó, ya que de todas maneras se iban a enterar.

—Sí salen, yo vi cuando le pidió que sea su enamora —respondí.

Llegué a casa con deseos de encerrarme en mi cuarto, pero no pude aislarme, porque mamá me pidió que viera una película con ella. Me quedé quieto en el sillón mientras mamá preparaba cachita blanca.

Una foto de Max junto a Luz en su red social. Mis manos juguetearon con mi celular impaciente. Quería verlo, pero tampoco deseaba hacerlo. Mis manos continuaron jugueteando con mi celular sin parar hasta que mi dedo índice se deslizó sobre su pantalla y le dio click al ícono de la red social.

La foto fue lo primero que la red social me mostró. Era una selfie. Max junto a Luz comiendo pasteles adornados con abundantes fresas. Sus rostros se veían graciosos con orejitas y bigotes de una aplicación muy popular entre las chicas. Max estaba radiante y ella un poco cohibida por lo cerca que estaban.

Oculté mi celular cuando mamá entró a la sala con dos tazones llenos de canchita blanca. Ella puso una comedía y se sentó a mi lado muy entusiasmada. "Me han dicho que esta comedia es muy divertida, te vas a reír mucho", me dijo. Yo asentí sin decir nada.

Las imágenes de la comedia eran borrosas. Se perdían una tras otra sin ningún sentido mientras pasaba los minutos sentado en la sala junto a mamá. No era una comedia, no debía serlo, porque las únicas imágenes que fui capaz de ver sólo me hirieron. Aunque intenté alejarlas, continuaron invadiendo mi mente hasta dejarme incapaz de controlar mi estado.

No entendí porque mamá me abrazó fuerte. Ella me habló con cariño, pero no fui capaz de escuchar ni entender ninguna de sus palabras. "Te prepararé una limonada" me dijo, y salió en dirección a la cocina. Mi rostro estaba húmedo y mi garganta me dolía mucho. Me quebré de forma tan tonta, aunque pensé que había sido fuerte.

Mamá me alcanzo un vaso de limonada y galletas. Trató de hacerme reír haciéndome recordar incidentes graciosos de mi infancia y otros no tan graciosos. "Una vez tu padre te perdió en el centro comercial. Te separaste de él sin que se diera cuenta. Casi me muero del susto, pero tu tío te encontró. Estabas tan tranquilito, como si no hubiese pasado nada. Seguro no te recuerdas, porque solo tenías cuatro años.". Me dijo. Sí me recordaba. No me asusté porque Max estuvo conmigo.

El cielo se oscureció y los faroles se prendieron. El timbre de casa sonó. Esa forma de tocar el timbre era única, lo conocí de inmediato. Max entró en la sala con una cajita en sus manos. Mamá nos dejó solos. Dijo que iría a comprar ingredientes para preparar la cena. Yo, a pesar de ver entrar a Max, sostuve con fuerza el control del televisor. No dejé de cambiar los canales.

—Te compré pastel —me dijo Max extendiéndome la bonita cajita color rosa que había traído.

—No se me antoja —respondí sin mirarlo.

—Está delicioso —insistió dirigiéndose a la cocina.

Max regresó con un platito y una cucharita. Sacó de la cajita un bonito pastel adornado con fresas, el mismo de la foto, y lo puso en el platito. Me lo acercó para que lo probara.

—Lo compré, porque pensé que a Caramel le gustaría —Max partió un pedazo con la cucharita y me lo acercó a la boca —. Come este pedazo, te va a gustar. A Luz y a mí nos gustó.

—Lo sé, Max, lo vi en la red social. Todos lo vieron.

—Me hubiera gustado comer este pastel contigo y que hubieses estado tú a mi lado en esa foto, pero no quisiste. Ahora me miras con esa expresión tan dolorosa como si te estuviese lastimando por mi propia decisión cuando Caramel fue el único que decidió esto.

Mi comportamiento estaba mal. Lo miré a los ojos y bajé la mirada en el pastel después de ser incapaz de mantenerme firme en su mirada seria.

— Max, me disculpo por darte esa impresión. En realidad estoy agradecido contigo por escucharme. Eres bueno conmigo. Gracias, Max —recibí el pastel.

—Que bien, Caramel —dijo sentándose a mi lado.

Max agarró el control remoto y cambió de canal una y otra vez hasta encontrar una película de acción justo en medio de explosiones.

—A mí no me gusta este juego, pero lo hago solo por ti. Hace mucho perdí, ahora Caramel es el único que continúa —dijo mirándome.

Lo miré un poco confundido por lo que dijo, pero prefería hacerle más caso al pastel que a Max. Las bonitas fresas del pastel eran más brillantes y rojas frente a mí que en la fotografía. Comí un trozo de pastel. Dejé que todas mis inquietudes se disiparan en el dulce del chantilly. Sin darme cuenta, Max me fotografió con la cámara de su celular.


—Esta foto es solo para mí —dijo mirando la pantalla de su celular con una bonita sonrisa.


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Hola!

Por pura distracción, le hice un book tráiler a "Una Estrella Enamorada" No es un perfecto book tráiler, pero pienso hacer más por pura distracción. Je je je . Lo comparto en la cabecera de este capítulo. :D

¿Y ahora que pasara con Luz? Jo jo jo .

Besos!!.  

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora