La puerta de la habitación de Dani se abrió de golpe. Jesús se sentó junto a su hermano; ahora le tendría que animar a él también. Este seguía llorando mientras leía viejas conversaciones con Elena. Jesús le arrebató el móvil y lo guardó.
-¿Cómo pretendes arreglarlo?-Preguntó Jesús.
-No lo se Jesús, no lo se.-Dijo Dani con la voz entrecortada.
-Piénsatelo bien. -Dijo Jesús dando un suspiro.
Dani cerró los ojos y a los pocos minutos, como si una bombilla se hubiera encendido, los abrió mientras sonreía. Se sentó en la cama sonriendo, cosa que le sorprendió a Jesús.
-Dame el móvil.-Dijo Dani.
-No. Paso de que estés peor por leer conversaciones viejas.-Dijo Jesús serio.
-Voy a enviarle una nota de voz cantando.-Dijo Dani sonriendo.
-Siento decirte esto Dani pero con una nota de voz dudo mucho que consigas recuperarla.-Dijo Jesús seguro de sus palabras.
-Pienso cantarle una canción que siempre le canto cuando tiene miedo. Quizás no consiga nada pero por intentarlo no pierdo nada.-Dijo Dani cogiendo su móvil.
Dani se metió en WhatsApp y empezó a grabar la canción. Jesús decidió hacer los coros por detrás.
-Ya no se que hacer para que estes bien. Si apagar el sol para encender tu amanecer. Falar en portugues, aprender a hablar Francés o bajar la luna hasta tus piés. Solo quiero darte un beso y regalarte mis mañanas. Cantar para calmar tus miedos quiero que no te falte nada. Yo solo quiero darte un beso llenarte con mi amor el alma. Llevarte a conocer el cielo. Quiero que no te falte nada.
Finalmente se lo envió y pudo notar como Elena desbloqueaba su móvil. Tenía miedo de su reacción pero aun así decidió ver lo que pasaba.
Mientras tanto, Elena en su habitación, abrió el WhatsApp que había recibido de Dani aunque no tuviera ganas de hacerlo. Vio que era una nota de voz así que la puso. Empezó a sonar esa melódica voz que tenía Dani, la que tanto amaba. Encima no era una canción cualquiera; era la canción que le cantaba siempre que tenía miedo. Alzó la vista y vio que Dani la miraba esperando alguna reacción. Le parecía precioso lo que acababa de hacer, como todo lo que hacía, pero lo que le había hecho horas antes le había destrozado el corazón y no pensaba darle una segunda oportunidad. Echó la cortina para que este no la viera y después se acostó.
Dani, cabizbajo, volvió a su cama y sin decir nada se acostó. Jesús, que estaba en su cama jugando a algún juego en el móvil, lo miró entristecido. Echaba de menos verlo feliz pero sabía perfectamente que Elena era muy complicada y no iba a conseguir arreglarlo. Finalmente apagó la luz de la habitación y se durmió. Sin embargo Dani y Elena se pasaron toda la noche llorando echándose de menos mutuamente.
Dani se levantó de la cama a las cuatro de la mañana. Se asomó a la ventana y vio que Elena estaba allí también. No sabía si estaba pasando en realidad o todo era un sueño. Se pellizco varias veces hasta que Elena habló.
-No es un sueño, soy real.-Dijo Elena con la voz entrecortada.
-Perdóname por favor. Sabes perfectamente como es Marta.-Dijo Dani.
-Marta es la hija del novio de mi tía. Es como mi prima y no es tan manipuladora como parece. Me contó todo lo que le hiciste y ya veo que tú has hecho mismo conmigo.-Dijo Elena reteniendo las lágrimas.
-¿Y le vas a creer antes a ella que a mi?-Preguntó Dani dolorido.
Elena se quedó en silencio. No sabía que contestar y se puso demasiado nerviosa. Dani lo notó y no puedo evitar que varias lágrimas recorrieran su rostro.
-Buenas noches Daniel.-Dijo Elena y después cerró la ventana.
Elena casi nunca lo llamaba por su nombre y eso le dolió bastante. Aunque por dentro estuviera peor sabiendo todo lo que había pasado. Y lo peor de todo era que Dani no podía hacer nada ya que cada vez que hablaba o hacía algo metía la pata.
Pasaron dos días desde que Dani y Elena se habían visto por última vez en la ventana. En dos días exactos, Elena, se marchaba de Mairena hasta el verano siguiente. Dani seguía comiendose la cabeza sin saber que hacer para enamorarla de nuevo. Sin embargo, ella, se pasaba las horas con Jesús.
Jesús y Elena estaban en la piscina aprovechando los últimos días que le quedaban a ella allí. Esta a momentos lloraba por todo lo ocurrido días atras a pesar de que Jesús intentara impedirlo.
-Te voy a echar mucho de menos.-Dijo Jesús tumbado sobre una colchoneta en el agua.
-Yo tambien. Aunque estoy deseando irme. Las cosas como son.-Dijo Elena.
-Siento no haber cumplido mi promesa.-Dijo este muy serio.
- ¿Qué promesa?-Preguntó Elena confusa.
-No se si lo recordarás pero a principios de verano te prometí que iba a ser un verano inolvidable.-Dijo Jesús.
-Ha sido inolvidable pero a la vez inevitable.-Dijo Elena dando un suspiro.
-Espero conseguirlo el próximo verano.-Dijo Jesús dedicandole una sonrisa.
-Suerte.-Dijo Elena sonriendo.
-¿Nos salimos y damos una vuelta por el pueblo? Me estoy quedando congelado.-Preguntó Jesús.
- ¿Cómo un polo?-Preguntó Elena.
- Como un polo.-Dijo Jesús riendo.
Los dos salieron de la piscina y acto seguido cada uno se fue a sus casas. Después se juntaron en la puerta de Elena y se fueron. Con Jesús el tiempo se le pasaba más rápido y le alegraba saber que tenía a alguien con ella en esos tiempos tan duros. Si no fuera por él se hubiera pasado lo que le quedaba de días encerrada entre cuatro paredes. Sin embargo Dani seguía pensando como enamorarla de nuevo. Abrió los ojos de par en par al encontrar la solución. Se asomó por la ventana y vio que Elena seguía abajo con su hermano. Salió corriendo de la habitación y bajó a la planta baja para salir a la calle. Salió y vio que a lo lejos caminaban su hermano y ella.
-ELENA ESPERA.-Gritó Dani corriendo trás ella.