La casa de Marta estaba a unos diez minutos de las suyas pero antes tuvieron que ir a por Mery. Como Jesús y Mery fueron todo el camino hablando sobre sus cosas a Elena no le quedo otra que estar con Dani.
-¿Duele verdad?-Preguntó Dani al ver lo seria que iba Elena.
-Que bien lo sabes.-Dijo Elena dando un suspiro.- Espera...eso quiere decir que te gusta alguien.-Dijo Elena sorprendida.
-Si pretendes que te lo diga vas por mal camino.-Dijo Dani.
-Eh, que yo te conté lo mío.-Dijo Elena haciendose la ofendida.
-Ya pero es distinto.-Dijo Dani.
-Oh vamos Dani.-Dijo Elena haciendo algun que otro puchero.
Dani se acercó a ella y justo cuando estaba a punto de susurrarselo al oido se arrepintió y dijo lo siguiente.
-Si quieres saberlo tendrás que adivinarlo.-Dijo Dani
-Eres cruel.-Dijo Elena indignada.
Al llegar a casa de Marta los cuatro adolescentes se juntaron para no perderse de vista. Los padres de Marta ya se habían ido así que ya no había problema. Poco a poco la casa se fue llenando de gente. Marta era la típica chica popular, como no rubia y de ojos azules, que volvía locos a todos los chicos. Solía ser manipuladora y creida. Para ser más concretos Elena la odiaba a muerte pero aceptó la invitación ya que no tenía nada más que hacer aquella noche de Julio. Elena, al ver que cada vez había más gente, se sentía agobiada. Como no era claustrofóbica.
- ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara.-Dijo Jesús que estaba sentado en el sofá junto a ella.
Mery y Dani habían salido a la calle para hablar sobre la conducta que tenía , Mery, ultimamente.
-Me encuentro mareada. Voy a salir a tomar el aire un poco.-Dijo Elena.
-Te acompaño.-Dijo Jesús levantandose del sofá.
Los dos adolescentes salieron al jardín donde varias parejas conversaban alegres. Elena se sentó en una de las sillas que había allí; al igual que Jesús.
- ¿Tu sabes de quien está enamorado tu hermano?-Preguntó Elena curiosa.
-No. -Mintió. - ¿Tu sabes?-Preguntó nervioso.
-Si lo supiera no te habría preguntado.-Dijo Elena sonriendo.
Jesús se quedó en silencio ignorando la presencia de Elena.
- ¿Estas bien? ¿He dicho algo que no debía?-Preguntó Elena.- Ya sabes que yo siempre meto la pata.-Dijo Elena apoyando una de sus manos en el hombro de Jesús.
-No es por ti tranquila. Estoy preocupado por Mery.-Dijo Jesús haciendo una mueca.
-Relajate. Ya hablasteis y sabes perfectamente que no le pasa nada contigo.-Dijo Elena.
-Si lo se. Pero tengo miedo, no quiero perderla.-Dijo Jesús y acto seguido Elena lo abrazó.
-Estate tranquilo. Eso no va a pasar.-Le susurró esta al oido.
En ese mismo instante Dani y Mery aparecieron en el jardín. Tanto Mery como Dani traían los ojos rojos de haber llorado. Elena se dio cuenta a pesar de que estos dos evitaran mirarla.
-Dani, ¿Me acompañas un momento? Se me ha olvidado el bolso.-Mintió Elena levantandose de la silla.
-No has traido bolso.-Dijo Jesús alzando la vista para mirarla.
-Que tonta soy. Me refería al móvil.-Dijo Elena dandose una palmada en la frente.
-Tu móvil lo tengo yo.-Dijo Jesús sacandolo de uno de los bolsillos de su pantalón.
-Dani vamos.-Dijo Elena para no liarla más.
Una vez de que se fueron de aquella zona fueron a la otra punta del jardín para dejarles a los otros dos solos. Elena se giró y vio que Dani iba riendose.
-¿De qué te ries?-Preguntó Elena.
-De ti.-Dijo Dani que no paraba de reir.
-Oh gracias. Muy amable.-Dijo Elena sentandose en el cesped indignada.
-No te lo tomes así. Pero antes de hablar piensa un poquito.-Dijo Dani sentandose junto a ella.
-No se me ocurría nada más. Encima acabo de alegrarte esa cara que traias minutos antes.-Dijo Elena sonriendo.
-Eso tambien es verdad.-Dijo Dani poniendose algo serio.
-¿Me vas a contar que está pasando?-Preguntó Elena poniendose seria.
Dani se puso a llorar como si fuera un niño pequeño. A pesar de que no entendía nada, Elena, lo abrazó. Al abrazarlo noto que un escalofrió le recorrió el cuerpo, tanto a el como a ella.
Mientras tanto en otra parte del jardín...
Mery y Jesús seguían en silencio desde que Elena y Dani se marcharon. Mery tenía los ojos rojos de llorar y a Jesús poco le faltaba para hacerlo. Este al verla sollozar la abrazó para calmarla aunque el estuviera igual por dentro.
-Jesús...-Dijo Mery limpiandose las lágrimas.
-Dime.-Dijo Jesús acariciandole el pelo.
-Lo que te voy a decir no es fácil.-Dijo Mery mirandole fijamente a los ojos.
-Me estas asustando.-Dijo Jesús con los ojos cristalinos.
-Mañana me voy a Alemania.-Dijo Mery.
-Yo este año no tengo pensado irme de vacaciones.-Dijo Jesús tan tranquilo sin entender lo que Mery acababa de dedir.
-No Jesús, no me voy de vacaciones. Me voy a ir para siempre.-Dijo Mery mirandolo con tristeza.
Jesús se quedó paralizado al oir aquello. Era el último día junto a su novia.
-Se que es duro...pero lo nuestro tiene que acabar. Las relaciones a distancia no funcionan sabiendo que no nos vamos a volver a ver más.-Dijo Mery llorando.
-No puede ser.-Dijo Jesús que lloraba como un niño pequeño.
-Yo no quiero irme y mucho menos sin ti. Asi que quiero que me prometas una cosa.-Dijo Mery abrazandolo.
-Dime.-Dijo Jesús con la voz temblorosa.
-Quiero que cuando me vaya te vuelvas a enamorar de alguien como te enamoraste de mi. Quiero que aprendas a ser felíz sin mi.-Dijo Mery.
-No puedo. Tu eres la única persona que amo.-Dijo Jesús sin soltarla.
-Si puedes. No es fácil pero no te tienes que dar por vencido. En un futuro seremos dos desconocidos que se amaron en un pasado.-Dijo Mery sin creerse las palabras que salían de su boca.
-Te quiero Mery.-Dijo Jesús dandole un beso entre lágrimas.
-Yo tambien Jesús.-Dijo Mery cabizbajo.
Los dos adolescentes se fueron de la fiesta para aprovechar las últimas horas que les quedaban juntos. Tanto Jesús como Mery estaban destrozados por dentro pero aun así se prometieron el uno al otro pasar la mejor noche de sus vidas. Una ruptura no es fácil y mucho menos sabiendo que la persona que amas se va a ir para siempre. Aquella ruptura era inevitable pero los buenos momentos que habían pasado juntos, a la vez, eran inolvidables.