Prólogo.

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Hace mucho tiempo, cuando los héroes de cuentos y fantasías poblaban la tierra, existió un mago, un mago que subió rápidamente a la cima y fue considerado el mejor de su época. Alguien que salió 'de la nada' y se elevó paso a paso hasta el pináculo de la magia. Dominó las artes arcanas, aprendió a esgrimir como ningún otro, destruyó bestias, creó nuevos sistemas mágicos que solo podían ser superados por los primeros magos que existieron, incluso instruyó a varios jóvenes que llegaron a volverse grandes reyes.

Tuvo una vida llena de felicidad y trabajo, su nombre causaba temor y admiración, se decía que él podía controlar el destino de la Tierra, cuando llegó a una edad avanzada, decidió tomarse todo con más tranquilidad, entre la gente de su edad, él destacaba por parecer un simple joven que bromeaba con tener tales años. Nunca tuvo una pareja, amaba a todos los humanos por igual, disfrutaba de todo lo que le era posible. Sin embargo, lo perdió todo cuando se encontró con el amor, traicionado por la mujer que amó fue aprisionado por toda la eternidad.

Al principio de su encierro, se negó a ver la realidad de las cosas, creía firmemente en que ella estaba bromeando, que era un juego y pronto lo liberaría, al menos así fue hasta que pasaron los días, meses, años, siglos... Furioso por ello, decidió buscar una forma de salir, no con la intención de vengarse, sino para obtener respuestas; quería saber la razón por la que ella lo encerró, el motivo de su traición.

A pesar de no estar presente en el mundo que tanto amaba, siempre fue consciente de lo que ocurría fuera del lugar donde estaba, vio crecer a grandes magos durante sus épocas y aprendió de ellos, de sus logros y de sus fallas. Hasta que llegó a un punto donde el deterioro de la magia ya no tenía reparación, magos modernos que no poseían ni una pizca de talento al compararse con sus ancestros. En ese momento supo que era hora de partir, era el momento de confrontar a la persona que lo mantuvo preso durante tantos años.

15 siglos pasaron desde la última vez que piso la tierra. Con todo lo que había aprendido le fue posible liberarse, pese a esto, incluso él no era inmortal, el tiempo que se había detenido durante su condena, se cobró hasta el último minuto que pasó ahí dentro. Al verse sin muchas opciones, el mago pagó con su cuerpo físico para continuar 'viviendo' por más tiempo. Usando todo el poder que le restaba, combinó las magias necesarias y los hechizos correspondientes, así como los materiales necesarios para abrir un pequeño portal a un mundo de ensueño, el lugar donde había escapado aquella mujer que lo aprisionó siglos atrás. No descansaría hasta encontrarse de nuevo con ella, con...

"Nimue, por fin podré verte nuevamente... Hay muchas cosas que debemos hablar."


Y así, el mago de antaño emprendió su viaje a un mundo desconocido.

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Viernes, probablemente el día más esperado de la semana por los estudiantes en particular. El inicio del fin de semana, momento en el cual pueden despojarse de toda preocupación cuando suena la última campanada... O al menos así debería ser.

"... ¿Por qué?"

Se cuestionó Arisu Teitoku mientras miraba por la ventana a los demás alumnos que se alejaban de las instalaciones escolares, seguramente con planes para pasar la tarde con sus amigos o para descansar un poco tras sus actividades diarias. Actualmente el grupo de estudiantes del salón de Teitoku se encontraban esperando en el aula del segundo piso frente a la entrada de la escuela. La razón de ello se debía a que varias horas atrás, ocurrió un pequeño desastre debido a una broma que se hicieron algunos de sus compañeros entre ellos, como castigo, se les dio la tarea de limpiar hasta el último rincón sucio.

De entre todos, el más molesto era un joven que suele sentarse al frente a un lado de la ventana. Alguien que, a pesar de no interactuar más de lo común con sus demás compañeros, a excepción de unos cuantos casos raros. De entre ellos uno era el delegado de la clase, que, al contrario de él, tenía una muy buena relación con todos sus compañeros, quizás demasiado buena. Si no fuera por esa relación que tenían ambos jóvenes opuestos, Teitoku probablemente habría decidido quejarse y tratar de convencer a los demás de que solo limpiaran los que habían ensuciado todo.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora