Capítulo 22: Un mayordomo sin modales.

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Parte 1.

Al salir de la biblioteca Teitoku y Kiseki se encontraron con Alluriana que parecía haberlos estado esperando.

Con un rápido juego de expresiones, las dos chicas se pusieron al tanto de la situación por lo que no tardaron en bajar sus miradas aparentando estar deprimidas.

Teitoku que, para variar pudo sentir la atmosfera que las envolvía atinó a dejar escapar un pequeño suspiro y rascar su cabeza, entonces-

"A-ah..."

"¿Tei...?"

Volteando su rostro para mirar la esquina entre el techo y la pared del corredor, rodeó con su diestra el hombro de Alluriana y posó su siniestra en la cabeza de Kiseki, está de más decir que ambas se pusieron nerviosas por eso.

"No me malentiendan, si me iré de aquí es porque debo hacerlo, no porque ustedes dos no sean importantes para mí. Pasamos poco tiempo juntos, pero al menos yo llegué a verlas como una familia."

""Tei...""

"Verán, desde que era pequeño nunca tuve muchos amigos, tampoco el apoyo sentimental de mis padres, ni alguien con quien hablar de las cosas que pasaban a mi alrededor. Con el tiempo me volví alguien a que era odiado y odiaba los demás hasta que conocí a un trío de molestias que cambiaron eso de mí."

De algún modo Teitoku terminó hablando sobre cosas que de seguro no les interesaban a ellas, así que agitó su cabeza un momento y las soltó.

"Lo que quiero decir es que a pesar de que he cambiado, todavía me es difícil entender a otros. Aun así, me es fácil hablar con ustedes dos, no sé si me entiendan... Agh, nunca creí que llegaría a otro mundo, ni que terminaría envuelto en situaciones de vida o muerte por otra persona, yo me iré para volverme fuerte, tan fuerte para que ninguna de las dos deba volver a pasar malos momentos nunca más."

Verlas tener una buena vida, sonreír y pasarla bien junto a las personas que quieren teniendo un futuro seguro, si con esa "Fuerza" puede lograr su felicidad, entonces no habrá otra cosa que quiera a cambio. Esto podría compararse a la felicidad que buscan los padres por sus hijos. Eso es lo que siente Teitoku al verlas como su familia.

"Aunque quizás sea un sueño tonto viniendo de alguien como yo, ¿no es así?"

Las palabras de Teitoku alteraron a las chicas, inundadas por pensamientos diferentes, pero con significados parecidos a lo que dijo, un leve rubor apareció en sus rostros. Dando un paso al frente, Kiseki lo detuvo tomando sus manos.

Debatiéndose entre volver a intentar decir lo que no pudo expresarle antes, bajó su mirada y apegó las manos de Teitoku contra su pecho.

"¡No es algo tonto! No me interesa la persona que hayas sido ni tampoco si eres débil. ¡El Tei que conozco es un héroe para mí y nada más que eso importa!"

Para Kiseki, que fue salvada por un chico que no debía involucrarse en sus asuntos y la sacó de la oscuridad en la que vivía, escucharlo pensar tan mal de sí mismo la hizo enojar, por su parte, Alluriana pudo entender ese pensamiento y se adelantó para quedar al lado de ella.

"Tú no eres un tonto, Tei. Eres una buena persona, yo sé que lo eres, todo lo que has hecho es prueba de ello."

Tal vez fue porque no esperó que alguien le dijera esa clase de cosas, dejando de lado los infantiles comentarios que recordaba de Kiseki y las pocas veces que platicó con Alluriana de algo que no fuera magia, realmente le hizo feliz saber que al menos para ellas dos no era una mala persona.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora