Capítulo 11: Una hermosa noche para ver el cielo.

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Cada segundo que pasa es como una hora de eterna agonía.

Dentro de un lúgubre bosque nocturno, el rugido de una enorme bestia acompañada de estruendos y movimientos sísmicos derrumban los árboles de la zona. En medio de este caos, un muchacho confronta a esa tempestad con una espada en su mano. Sus movimientos cada vez se vuelven más lentos, cosa que la bestia aprovecha para tratar de atraparlo en múltiples intentos fallidos que terminan con el chico siendo arrojado o golpeado con una fuerza que, si bien no lo mata, ya habría pulverizado todos sus huesos de no tener cierta magia activa.

Jadeando, el muchacho corre tanto como puede y se mueve entre los árboles evitando golpes y rocas que podrían acabar con él.

Han pasado tres minutos desde que Shion se fue junto a sus amigos y lo dejaron solo. Una decisión que fue tomada por él mismo. En su mano izquierda, sujeta una espada rota, resultado de haber intentado golpear al monstruo que le sigue el paso.

Cada paso que da lo adentra en un terreno desconocido que no parece tener fin. ¿De quién rayos fue la grandiosa idea de construir un pueblo cerca de tan basto bosque?

"!?"

Frenando sus pasos antes de dar vuelta en un árbol, Instinto se activa y Teitoku se derrumba en el suelo evitando un enorme tronco que se abrió paso como una lanza entre los árboles destruyéndolos. Mirando atrás, ahí se encuentra su enemigo.

"¡Groahhggg!"

Un rugido que mueve las copas de los árboles es la señal de ataque, la bestia se abalanza corriendo apoyándose de sus cuatro extremidades ganando más velocidad, Teitoku lleva su mano a la bolsa de su pantalón.

2 cristales...

Con duda toma uno de ellos y se dispone a correr. Al darse la vuelta y dar sus primeros pasos, uno de los lobos de antes sale de entre la oscuridad y se lanza en su contra.

Pero fue muy lento.

Barriéndose en el suelo, empuña su espada atravesando su estómago abriéndolo en el acto, poniéndose nuevamente de pie da un salto con todas sus fuerzas y es empujado por la mano del gorila que ya lo había alcanzado.

"¡Ahhgg!"

Volando por los aires como un juguete choca con un árbol dejando caer el cristal de su mano. Siendo regresado al suelo efecto de la gravedad, la mano del gorila lo detiene aplastando su cuerpo en el árbol.

"Kgh..."

Cerrando uno de sus ojos, Teitoku golpea en vano con todas sus fuerzas la mano de la bestia, ya sea con su espada o su puño, no hay diferencia alguna. Respirar se vuelve imposible conforme el monstruo lo presiona con mayor intensidad. Su visión se vuelve borrosa por un segundo, pero antes de que eso ocurra, puede ver la mirada de su enemigo.

Con las pocas fuerzas que le restan, mete la mano dentro de su pantalón y toma su último cristal, sin embargo, en cuanto lo saca se le cae el suelo.

Viendo esto, el gorila sonríe satisfecho.

En ese momento-

"¿¡Arrrhggg!?"

Con un fugaz destello, una estalagmita de hielo atraviesa el brazo que lo tenía preso. Gritando con rabia y dolor, el gorila destruye de una patada esa formación y se aleja un par de pasos sujetando su mano sin entender lo que sucede.

Ya en el suelo, Teitoku fuerza una sonrisa mientras toca el cristal que perdió al chocar con el árbol, se encuentra a un costado de él.

¿Cómo fue capaz de lograr algo que ni Yoshio, ni Shion pudieron? Bueno, luego de estar siendo golpeado ya por casi 4 minutos, entendió que el poder de esa bestia no era infinito ni invencible. La resistencia extrema de su piel era acompañada del ennegrecimiento de su pelaje y un brillo carmín en sus ojos. Apostando su vida a ello, pudo realizar un ataque con éxito. De no haber acertado, esa hubiera sido la última decisión de su vida.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora