Capítulo 8: Por el bien de alguien más.

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Al abrir sus ojos Teitoku se encuentra en un lugar desconocido. Tratando de recordar cómo llegó ahí, lo primero que pasa por su mente fue su pelea con el hombre y las dos personas muertas a las que les dio un "final" merecido. Tallando un poco sus ojos se da cuenta de que hay algo encima de él.

Durmiendo apegado a su pecho, está el chico que le causó todos esos problemas. Sin saber cómo reaccionar a ello, sólo mira el techo de la habitación un momento y levanta su mano, para variar nuevamente está usando vendas, aunque está vez tiene un buen motivo para ello.

"...?"

Al pensarlo un poco, le parece extraño que ambos se encuentren bien y más aún que sus heridas hayan sido atendidas. En cuanto al chico, es difícil saber si recibió el mismo trato pues como cuando se lo encontró, la capucha cubre completamente su rostro. Guiado por una voz inexistente, Teitoku dirige su mirada a un costado de la habitación y ahí se encuentra una mujer sentada.

La sonrisa que tiene en su rostro hace creer que disfruta de su confusión, Teitoku no tarda en darse cuenta de lo que pasó. Bueno, en todo caso esa mujer fue muy extraña desde que la conoció, así que no se le parece raro lo que vio antes de perder el conocimiento. Por alguna razón, no sabe cómo sentirse. Se está acostumbrado a situaciones extrañas más rápido de lo que pensaba.

"Akasha."

"¿Qué ocurre, Teitoku?"

Apartando su mirada de ella, juega un poco con su cabello. Está nervioso, de un modo u otro lo está. Más allá del hecho de no saber cómo agradecerle, es por la apariencia de esa mujer que, ahora que la ve mejor, no parece superar los 23 años, su largo y desordenado cabello de un tono oscuro contrasta con sus llamativos ojos carmines. Por si fuera poco, la ropa que lleva puesta (un pijama ligeramente transparente) sólo logra que sus emociones y su imaginación le jueguen una mala broma. Entre las muchas cosas que debería estar pensado, su mente se bate en un sin fin de situaciones en las cuales quisiera estar en ese momento, por supuesto teniéndola a ella como la causante de esto. Por más que quiere seguir mirando algo en el fondo algo le dice que no lo haga, de seguir haciéndolo es seguro que sea tachado de pervertido.

Agitando su cabeza de un lado a otro, decide no darle muchas vueltas al asunto.

"Sólo para que lo sepas, no estoy interesada en chicos menores que yo."

"(Aaaaaaaaaah.)"

Leyó su mente, de nuevo lo hizo y en el peor momento posible. Más avergonzado de lo que debería, trata de cubrir su rostro con su mano. En respuesta a sus múltiples movimientos, el niño que duerme tranquilamente sobre él termina por despertarse.

"...Gracias por salvarnos."

"No hay de qué, pero creí que eras alguien que no quería meterse en problemas. ¿Será que ya encontraste tu razón para ello?"

"..."

Viendo al niño, no podía entender porque se arriesgó tanto para ayudarlo. En cuanto recuperó su pulsera pudo huir del lugar, pero no lo hizo. Reflexionando sobre ese asunto, el infante en cuestión levantó un poco su rostro y se le quedó viendo en silencio.

"...?"

Ladeando su cabeza, Teitoku no comprendía porque se le quedó mirando, antes de que le pudiera decir algo, los ojos del niño se llenaron de lágrimas y volvió a ocultar su rostro sobre su pecho. La razón por la que lo ayudó es que no quería que siguiera sufriendo, independientemente de que le robó, lo que él pasó, no se podía comparar con lo que Teitoku ha vivido. Obviamente ese pequeño ha sufrido mucho más hasta llegar a ese punto, probablemente si estuviera en su situación, habría perdido la cordura tarde o temprano, así que debía aceptar que el niño era fuerte.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora