Capítulo 35: Bestia anormal 3

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Parte 1.

Un enorme puño que reduciría todo lo que se cruzara en su camino a puré de carne se dirigió en contra de Mila sin vacilación.

Con su cuerpo al borde del colapso, trató de moverse, pero no lo consiguió.

Estaba paralizada, su cuerpo ardía como si estuviese siendo quemado y su visión no ayudaba tanto como quisiera.

¿Qué debía hacer? Dejar que sus últimas fuerzas se escaparan de sus piernas no la ayudaría a esquivar ese ataque y tratar de detenerlo estaba fuera de cuestión.

En ese caso, lo único que podía hacer era cerrar sus ojos y esperar que todo pasara. ¿Tal vez así sentiría menos dolor?

Haciendo eso, ella deformó las expresiones de su rostro y se preparó para el impacto, pero-

"............?"

Nada.

No hubo más dolor, sus huesos no se rompieron y ella no salió volando.

En cambio, un sonido atronador hizo eco en el bosque y el suelo delante de ella se quebró después de haber temblado violentamente.

¿El golpe había fallado? ¿Era eso sólo un juego antes de acabar con su vida? No tenía forma de saberlo si no abría sus ojos.

"......!"

Al hacerlo, una figura familiar se había interpuesto entre ese grueso brazo y ella. Su cuerpo estaba arañado por todos lados y sangre seca era visible en uno de sus brazos que estaba usando para detener la enorme fuerza del ogro. A su vez, del cielo caían pequeños copos de nieve, había comenzado a nevar.

Todo esto, simulaba una escena que seguramente ella nunca podría olvidar, ¿eso era una ilusión? ¿Realmente estaba imaginando cosas a este punto?

"Geez. Todo mi cuerpo me duele."

"Grrrrr..."

No, no lo estaba imaginando.

Teitoku se quejó y el ogro gruñó con suma molestia.

Frente a Mila, él estaba con sus brazos uno encima del otro deteniendo el puño del ogro. El suelo debajo de sus pies se había quebrado ¿o más bien había estallado? Como sea, no hubo tiempo para pensar en ello.

"¡Ahora!"

"¡Yo debería ser el que dé esa orden!"

Bastó un parpadeo para que una segunda figura apareciera al lado de Teitoku, una con rasgos animales tan grande como el ogro, que se movió tan rápido que Mila no pudo seguirla con sus ojos.

Siguiendo ese fugaz movimiento, Teitoku empujó las manos del ogro hacia el aire y lanzó un puñetazo con su diestra que fue acompañado de una enorme garra.

Ambos ataques parecieron explotar y el viento se alborotó en el estómago del ogro creando una explosión que lo mandó a volar sin ningún esfuerzo.

¡Guufffoon! El aire sopló en todas direcciones.

Sin que se diera cuenta, Mila ya tenía delante de ella a Teitoku que le dio un pequeño golpe en su cabeza y luego "Psss" barrió su pie delante de los suyos haciéndole perder el equilibrio.

Mila cayó, pero no sintió dolor alguno, al contrario, pareció haberse tendido encima de una enorme y cálida cama esponjosa.

"¿Eh?"

"Sólo quédate ahí y descansa. Yo me haré cargo del resto."

Tan pronto como Teitoku se dio media vuelta un rugido se escuchó en medio de los árboles hacia donde fue arrojado el ogro con anterioridad, con un poderoso salto se elevó en el cielo y cayó varios metros delante de él.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora