Capítulo 32: Secreto nocturno.

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Parte 1.

Después de pedir la misión Teitoku y Mila se pasaron el resto del día en una posada afiliada al gremio. Algo que fue completamente molesto ya que no había muchas habitaciones disponibles, así que tuvieron que compartir el mismo cuarto todo el día.

En la tarde Mila se hartó de estar en silencio junto a Teitoku que no paraba de leer un par de libros que estaban en una repisa del cuarto, así que salió a entrenar un poco.

Con molestia -y luego de que Merlín se burlara de él- Teitoku la siguió para ver su entrenamiento y se sentó a un costado de la pequeña arena. Por lo visto, las posadas afiliadas al gremio poseen un espacio medianamente grande para que los aventureros puedan pulir sus habilidades unos con otros durante el día. Si bien no es un espacio muy llamativo y el equipo que usan no es el mejor, sirve para pasar el rato y formar amistad entre los miembros.

...Al menos así debería ser, ya que Mila fue incapaz de conseguir muchas personas que quisieran entrenar con ella después de que se dieran cuenta de su rango, considerando que la mayoría de las personas hospedadas eran nuevos miembros al gremio y algunos novatos, ella no pudo entrenar tanto como quiso. Al final terminó dándole consejos a los demás chicos y chicas que se acercaron a verla, y pasó las siguientes 2 horas disciplinándolos. De un modo u otro pareció agradarle a esos chicos y la llamaron con toda devoción su "Senpai". Está de más decir que trataron de unirse a su equipo.

Tal vez fue porque lo vio venir o porque le molestó escuchar a esos chicos decir cosas como: "¡Mila-senpai por favor déjame estar contigo!" "¡Quiero tener una chica como Mila-senpai a mi lado!" "Sería feliz si pudiera viajar con ella" pero Teitoku no pudo evitar levantarse y pedir una pelea de entrenamiento con ella.

Ignorando las miradas asesinas que lo atacaron por el poco respeto que tenía al hablarle, estuvieron al menos por una hora peleando hasta el cansancio. Una pelea que sirvió para dejar en claro lo lejos que estaban de ella y ganar un poco de experiencia, como era de esperarse, incluso si Teitoku la superaba en fuerza física, la habilidad de Mila era lo suficientemente buenas para que las balanzas estuvieran a su favor. Sin magia ni una buena estrategia, no tuvo la oportunidad de ganarle.

Cuando su entrenamiento acabó las cosas estuvieron tranquilas hasta que terminaron sus cenas ya que durante la noche no podían decidirse por quien dormiría en la cama, entre la insistencia de Mila y la negación de Teitoku, al final decidieron compartir la mitad para ambos, sólo durante un par de horas hasta que Mila se quedó dormida, la mitad de la noche Teitoku se sentó en una silla y se la pasó leyendo uno de los libros que consiguió de Morgana, un herbario con toda clase de información de las plantas y tipos de vegetación que hay, incluso si esto podía sonar un poco aburrido, bastó para que se entretuviera un buen rato, considerando el área a la que irían durante los siguientes días, el viaje sería un poco largo, así que aprovecharía para hacer algunos experimentos con las dagas que le dio Morgana y algunas plantas que se encontraran. El resto de la noche fue un intento vano por controlar su mana.

Parte 2.

CLANC, CLONC, CLANC.

Tres campanas sonaron cuando el sol salió por el horizonte y las siluetas de 6 personas al lado de un par de carruajes fueron vistas en la entrada de la capital. Se trata del grupo que ha aceptado la subyugación del ogro anormal que ha aparecido a las afueras del Reino.

En silencio todos se mantienen mirando a los demás tanto pueden, seguramente ninguno se conoce ya que sus actitudes a simple vista son algo desconfiadas y serias, a diferencia de Teitoku y Mila que llegaron juntos, los demás parecían haber tomado rutas distintas.

Isekai no VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora