Luego de la boda de sus amigos, el castaño retomó su rumbo a Londres, días después lo hicieron Candy junto a su nana Ponny ya que su tía regresaría a Francia con su én los Cronwell, Anny y su familia viajarían junto a la pecosa.
Cuando llegaron al barco, el sol comenzaba a hundirse en el horizonte, Candy captó con avidez las imágenes y los sonidos de aquel puerto marítimo mientras contemplaba a los estibadores en su subir y bajar por las tablas, cargados con unas enormes cajas que transportaban sin esfuerzo sobre los hombros, al tiempo que las enormes gróas levantaban las cargas de los muelles para bajarlas en los barcos.
Veía pasear a los fornidos marineros por los muelles, abrazados a unas mujeres que llevaban colorete en las mejillas y unos vestidos que revelaban mas de lo que debían.
—¡Que vergüenza!—fue el despectivo y horrorizado comentario de la señora Britter.
Los demás prefirieron no opinar y continuaron subiendo.
El capitán del Mauritana les dió la bienvenida al subir a bordo y les invitó a tomar "una sencilla cena" en el salón principal.
Así cada uno se ubicó en sus respectivos camarotes.
Horas más tarde...
Mientras terminaba de retocar su peinado frente al espejo, recordaba lo sucedido hacia mas de una semana atrás.
Flash back.
Todas las jovencitas y las no también, solteras estaban al frente con las manos hacía arriba esperando que la bella novia se decidiera a lanzar el ramo.
Subida en una silla con la ayuda de su reciente esposo, comenzó con la cuenta regresiva.
—Uno...—dijo y las damas comenzaron a cambiarse de lugar calculando más o menos dónde podría caer.—dos...—continuó. Y tomando más impulso y poniendo toda su fuerza en él, arrojó su hermoso arreglo.—¡Tres!—gritó. Todas las miradas hacia, de las jóvenes ansiosas seguían al preciado objeto volar fuera de su dirección y yendo a parar en unas grandes y fuertes manos.
—¡Oh!—fue la simple exclamación entres suspiros y sorpresas de las damas.
—Vaya amigo, que suerte tienes.—dijo un divertido Frank mirando el ramo de rosas naturales en las manos de su amigo.
—Creo que ahora debo casarme ¿No?—dijo con su característica sonrisa y manteniendo la vista fija hacia unos preciosos ojos verdes que lo miraban entre divertida y a la vez sorprendida, cuando él le regaló un guiño.
Fin flash back.
—Mi niña.—la llamó su Nana.
—Hmmm... ¿Qué ocurre Nana?
—Es hora de ir al salón.
—Ah... eh si.—dijo dando un último vistazo a su reflejo. Se puso un fino vestido corte imperio de seda natural con apliques en dorados en escote y mangas.
Cando hicieron su ingreso al salón principal, el cual estaba todo iluminado y elegante. Cada pasajero en su mesa con sus familias. Observaron que aquella "sencilla" cena estaba compuesta por más de seis platos, cada uno de ellos servido con un vino distinto.
Los caballeros intercambiaban sus opiniones y mantenían una animada conversación sobre las guerras que estaban librando los británicos contra franceses y americanos.
Mientras que las mujeres se dedicaban a observar a otras de manera disimulada, sobre sus trajes o comportamiento. O mantenían charlas sobre las futuras bodas o compromisos de sus hijos.
Por si parte ella... Debido a la poca costumbre de beber vino, se sintió aturdida y mareada. Por lo que decidió salir a tomar un poco de aire a la cubierta.

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Corazón Indomable
FanfictionUna linda historia de amor de dos jóvenes aventureros, unidos por el destino y el deber. Ella será un completo desafío para él, un aristocrata rico, poderoso y arrogante.