Después de que Terry se quedara profundamente dormido, Candy se perdió en sus propios ensueños. No estaba acostumbrada a dormir con
nadie y no dejaba de revolverse y de dar vueltas en la cama. Además, se sentía tan sensible como magullada.
Era un poco más de las tres de la mañana cuando se deslizó fuera de la cama para ir al cuarto contiguo. Se bañó por completo y, cuando terminó, sacó un nuevo camison y se lo puso. Al regresar silenciosamente hacia el lugar donde dormía Terry, el fresco aroma de las flores se adhirió a su cuerpo.Ahora estaba completamente despierta y se preguntaba cuánto más
dormiría su marido.Fuera estaba nevando y la joven observó la leve lluvia de copos durante
varios minutos. Se sentó, cogiéndose las rodillas con los brazos, y pensó en
lo sucedido anteriormente con Anny. No era que fueran grandes amigas, pero le tenía aprecio.Suspiró.
Dirigió la mirada al cuerpo tendido en la enorme cama. Sonrió al contemplarlo, era perfecto y lo amaba. La luz de la chimenea daba un tono dorado a la piel firme de su esposo y resaltaba las líneas de la espalda.
De pronto algo llamó su atención. Una figura que parecía moverse con rapidez pero a la vez con cautela. Se acercó un poco más a la ventana y observó que otra más que se unía a la primera.
Miró a su esposo que aún dormía plácidamente. No quiso despertarlo, tal vez solo era algún animalito o producto de su imaginación. Tomó su bata gruesa y salió.
El pasillo apenas iluminado por la luz de las velas, estaba en silencio. No había nadie alrededor, los sirvientes dormían.
Bajó lentamente, tratando de hacer el menor de los ruidos posible.
...
Salió de la casa por la puerta principal todo parecía estar tranquilo. El frío fuera era insoportable.
Frotó sus brazos mientras avanzaba.
Se dirigió hacia donde había visto los movimientos pero ahora se veía absolutamente nada.
Siguió al establo. Caminó un trecho más hacia las caballerizas. Se detuvo luego de avanzar medio metro en el lugar. Los caballos estaban inquietos.
De pronto un escalofrío le recorrió la columna y unos pasos suaves tras de ella, le erizaron la nuca.
Vió como una sombra avanzaba deprisa por el suelo. Se volvió y soltó un grito ahogado al ver una figura alta y cubierta por una capa negra. Retrocedió dos pasos y tropezó con algo duro, perdiendo casi el equilibrio. Bajó la vista y vió a Frank tendido en el piso, inmóvil.Quiso gritar. Pero el intruso habló con voz rasposa:
—Ni una palabra. O la rajo del cuello a la entrepierna.
Empuñaba un cuchillo largo. Estaba tan cerca de ella que podría alcanzarla con un solo movimiento.
Candy se movió despacio para intentar esquivar el cuerpo inerte. La figura iba vestido con una larga capa y cubría su cabeza con la capucha por lo que no podía distinguir su rostro.De repente apareció otro, vestido de igual manera, estaba detrás del desconocido. Era de menor altura y más delgada. Éste le dijo algo en voz baja a su compañero, el cual se hizo a un lado y desapareció quedando ahora con el más bajo.
Cuando estuvo sola Candy, con el último intruso en llegar, logró reconocer ciertos rasgos en la figura. Ya que el viento le quitó la capucha. A la rubia le costó mucho conservar la calma en medio del pánico que la atenazaba.
—Anny... —dijo con asombro.— Oh, estás asustada. Pobrecilla—se burló.
Avanzó hacia ella con pasos lentos. La morena era unos quince centímetros más alta y de mayor contextura que la rubia.
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Corazón Indomable
FanfictionUna linda historia de amor de dos jóvenes aventureros, unidos por el destino y el deber. Ella será un completo desafío para él, un aristocrata rico, poderoso y arrogante.