Corazón Indomable

Catorce.

Antony se reprochó por un instante de sentirse tan atraído por ella. Hacia tres años que intentaba mantenerse a distancia. Pero estaba subyugado por la mezcla de humor y belleza, de inteligencia y de sentido práctico
que caracterizaba a la joven.

La vió ahí, sola, riéndose animadamente mientras giraba con los brazos extendidos, parecía una ninfa del bosque.
Miró su boca sensual y antes de que Candy pudiera reaccionar, el joven la atajo hacia él mientras su boca
buscaba febrilmente la de ella.
Consiguió permanecer impasible y cuando los brazos de él la soltaron, ella se separó rápidamente.
Lo miró sorprendida llevándose una mano a la mano a la boca.

Flash back

Estaba tan contenta de recibir noticias de sus amigos que no esperó y subió a toda prisa a su habitación.

La primera carta en abrir fue la del joven Brower. Su sonrisa se mantuvo unos segundos...

Querida Candice :

Mi corazón me exige que le escriba esta carta para confesarle que la quiero.

—¡Oh!—exclamó con una mano en el pecho. Sus manos temblaban y su pulso se aceleró.

Le envío mi corazón con estas palabras, no sé si lo desea o no, pero siempre ha sido suyo.

Sus ojos chispeantes esconden secretos que me tientan. Puedo ver en ellos un poder y una fuerza que le diferencian del resto de las mujeres.

Verla sonreír es una sensación indescriptible, es como si miles de fuegos artificiales explotaran ante mis ojos, como si se cayera un pedazo de cielo en forma de ser alado, como si de repente todos los problemas del mundo dejeran de existir y solo quedáramos usted y yo, el uno frente al otro, suspendidos en el tiempo y mirándonos a los ojos. Su cautivadora sonrisa me atrapó desde el momento en que la vi, y supe con certeza que desde aquel preciso instante haría lo imposible por tenerla a mi lado, por tener el enorme privilego de ser la razón de sus sonrisas y de su felicidad.

—Antony... —ssusurró con los ojos humedecidos.

Ha pasado el tiempo y me doy cuenta de cuánto la he echado de menos, sentirla cerca llena mi interior hasta límites antes desconocidos para mí, y no puedo evitar soñarla despierto a cada momento.

No es capaz de imaginar cuánto anhelo compartir mi vida con usted.

Espero ser capaz de darle todo cuanto merece.

Con todo mi amor: Antony Brower.

Unas lágrimas rodaron por la suave piel de sus mejillas. Las limpió rápidamente cuando alguien ingresó a la habitación.

—¿Qué sucede, pequeña?—cuestionó la anciana mujer. Observó el rostro enrojecido de su niña.

—Nana... ¿Qué voy a hacer?—dijo sin poder contener la cascada de lágrimas que cubrían su rostro.

La mujer caminó hacia ella y la estrujó entre sus brazos.

— ¿Con qué?—le preguntó mientras acariciaba su cabello.

La rubia le entregó la carta. Y la mujer tomó el papel y solo leyó las primeras líneas y dijo:

—Es evidente que él está enamorado de ti, pequeña.—dijo con voz suave