Las mujeres son como como un cubo de rubik con 100 caras en cada lado, sin embargo, ese espíritu de reto es el que nos hace como machos arrodillarnos ante una musa, es difícil armar un puto cubo, sin embargo, el hecho de que sea difícil es lo que lo hace interesante, el ser difícil nos atrae. Me encuentro sentado en la academia de ballet en donde Agnes suele practicar como el cisne que es, me rasqué el brazo por debajo del cabestrillo y miré a Agnes calentar músculo.
- Yo puedo hacer eso, digo, por si te interesa. - le dije mientras le mostraba una sonrisa socarrona, ella me mandó un beso y siguió calentando su deliciosa musculatura. Mi papi suegro había aceptado que Agnes viniera solo si traíamos 5 escoltas y yo iba armado, no dudé en aceptar la petición, sabes que eres una macho casi domado cuando lo único que te importa es ver distraída a tu hembra. Unas chicas se acercaron a Agnes y le saludaron, comenzaron a conversar y la cosa dejó de ser chida cuando comenzaron a mirarme, elevé las cejas, ellas sonreían como colegialas de primer grado, Agnes se acercó por delante y fingió que sus dedos eran un arma.
- Piun! piun! - sonrió - ¿Te diviertes?
- Es divertido verte las piernas corazón.
- Ellas son mis amigas, Charlotte y Danae.
- Un placer, señoritas. - dije poniéndome de pie y saludarlas como todo un caballero.
- ¿Es cierto que eres mexicano?
- Si.
- ¿Y que sabes disparar?
- Si.
- ¿Vienes a ver a Agnes dar su presentación de ballet? ¡Qué lindo! Quiero morir de amor en los brazos de un hombre como tú. - dijo la pecosita que tengo frente a mi, sonreí, tiene 5 segundos acá y ya me agrada, como he cambiado ¿Verdad?
- Si, pero ella insistió en llegar temprano para prepararse y veo que ha mandado traer al séquito de los tutús. - rieron.
- ¡Niñas! - vaya, habla inglés.
- Si, Lady Marie ¿Qué sucede? - respira profundo.
- No tenemos pianista.
- ¿Qué?
- Pierre Angelo se ha fracturado el brazo, no puede tocar. - se volvió en un caos el salón en cuestión de segundos, yo me quedé mirando a mi chica, verla afligida me hizo, enojar.
- No puede ser. - exclamó tirando de su tutú, me miró triste. - creo que no me verás bailar ésta noche cielito.
- Si tienes un pianista.
- ¿Quién?
- Yo.
- ¿Sabes tocar el piano?
- ¡Qué pasó, mi vida! Claro que si.
- Pero estás herido.
- Fue en el pecho no en el hombro, puedo hacerlo.
- Káiser de mi corazón...
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▬SHOOT ME DOWN: OR DON'T LET ME GO ▬PARTE 2.
Teen Fiction- Hubo un momento en que nuestras vidas en el que estábamos tan unidos que nada parecía obstaculizar nuestro amor, y solo un pequeño puente nos reparaba. Cuando estabas a punto de cruzarlo, te pregunté: ¿Quieres cruzar el puente para llegar a mi? ...