CAPITULO XCII "ENEMIGOS DE ENEMIGOS: AMIGOS"

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Nadie puede entender el sentimiento de otra persona hasta que lo vive en carne propia, es muy fácil dar consejo, ver las cosas de manera objetiva siempre y cuando no te haya pasado a ti, pero el panorama cambia cuando el peso de la realidad y el s...

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Nadie puede entender el sentimiento de otra persona hasta que lo vive en carne propia, es muy fácil dar consejo, ver las cosas de manera objetiva siempre y cuando no te haya pasado a ti, pero el panorama cambia cuando el peso de la realidad y el subjetivismo cae sobre tu pecho y te aplasta como si no valieras, suspiré profundo y me mantuve firme ante la escena, Mijahil había recibido el cuerpo de su hermano menor, su otro hermano había llegado también en no muy buenas condiciones, Mijahil nos había dado la espalda mientras miraba el cuerpo de Alek, respiraba profundo.

- ¿Quién fue?

- Jefferson dice que fue Gibran, estaban en una especie de pelea cuerpo a cuerpo, y aquí tienes el resultado. 

- Ese cabrón se siente tocado por los dioses, estoy harto de él. ¿qué pasó contigo, Misha? - esa voz tétrica me pone de malas. 

- El hermano liberó a la sueca, se rompió la comunicación con William Berg. - hizo crujir su cuello, me acerqué un poco y pude ver la marca en el pecho de Alek, hecha con hierro, era una corona y la letra P en el centro, ese hijo de puta de Gibran. 

- ¿En dónde está ahora?

- Nuestro informante estrella no sabe en dónde se encuentra, sin embargo nuestra gente en las calles dice que se encuentra camino a Suecia para tratar asuntos con William.

- ¿Los padres? 

- Tampoco, creo que ya se dio cuenta de que alguien le está cambiando las cartas. - no comprendí porque le habían dejado a Alek conservar el pantalón de su traje si a los demás los habían mandado semidesnudos, entonces miré con atención el bolsillo y me encontré con una carta como la que había dejado en la escena cuando asesinó a mi padre, recordarlo me removió todo, era una calavera, pero ésta, tenía el tatuaje alegórico de los rusos y una nota que decía "Me quedan dos..." miré a Mijahil que prestó atención a la carta cuando se la mostré y miró a su hermano, estrujó la carta. 

- Misha, diles que preparen todo, vamos a hacer una visita. - miré a Patchenko con tranquilidad.

- ¿Crees que es buena idea?

- Para algunos es mala idea siquiera respirar y lo hacen, deja de hacer preguntas y prepárate. - me giré para irme. - ah, otra cosa, ni una sola palabra a Castor de ésto, a menos que sea necesario.

- ¿Y cómo va a saber si lo es?

- Yo lo diré. ¿no es obvio? ve. - a veces quisiera romperle el maldito cuello, sin embargo, seré paciente porque me conviene. Me giré sobre mi propio eje y me dirigí a una zona en dónde los rusos conservaban todas las armas, busqué algunas a mi conveniencia y tomé algunos cargadores, salí del almacén y continué mi camino.

- A veces creo que es invencible, cree demasiado en sus capacidades, mató a mi hermano como si fuera una cucaracha. - me detuve de tajo y miré a Misha mientras el hombre mantenía la mirada perdida, estaba notablemente consternado por la muerte de Alek. 

▬SHOOT ME DOWN: OR DON'T LET ME GO ▬PARTE 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora