- Hubo un momento en que nuestras vidas en el que estábamos tan unidos que nada parecía obstaculizar nuestro amor, y solo un pequeño puente nos reparaba.
Cuando estabas a punto de cruzarlo, te pregunté: ¿Quieres cruzar el puente para llegar a mi?
...
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Farfullé cosas sin sentido, abrí la puerta de la habitación y entré azotando mis cables, el Palacios me miró como si realmente lo hubiera asustado, parpadeó con ese único ojo que le sirve un par de veces de forma simultánea y tragó saliva.
- Si tienes un mal día solo tienes que ser empático. - tosió un poco.
- ¿Qué tan cierto es lo que dijiste sobre mi mamá y Castor?
- Te voy a ser franco, Ryan y quiero que estés consciente de que eso no se me da contigo, tengo el tercer ojo, ese que tú no tienes, no sé qué es lo que sea, pero me permite percatarme de cosas que ni siquiera percibo de manera consciente.
- ¿Me estás diciendo que tiraste la piedra y mi madre la atrapó en el aire?
- Si así lo quieres ver, si, es un proceso cognitivo impresionante, como ahora, te diré que estás enojado por lo que escuchaste, te quedaste con las ganas de mentar madres y crees que usando tus cables y un poco de luz conmigo eso se va a ir, pero no, Ryan, creo que no hay peor cosa que un hijo pueda saber de sus padres que el saber que no se amaban tanto como decían amarse.
- Tú lo mataste.
- Ryan, me llama la atención que me estés consultando algo tan obvio.
- ¿Qué es obvio?
- Tu padre tenía una aventura antes de que tu mamá la tuviera con Castor ¿No es obvio? - me acerqué al maldito bocón, le rompí la camisa y y dejé los cables sobre su pecho, hizo lo natural o casi lo natural, no gritó, apretó con fuerza los dientes y se movió como la víbora que es.
- ¡Por qué dices eso? - grité.
- Porque es la verdad Ryan, investigué a tu padre durante mucho tiempo, lo que hice, lo tenía que hacer bien, así que fui su sombra un buen tiempo y puedo decirte que aquí la víctima fue tu madre, que gacho. - de nuevo le acerqué los cables al pecho.
- ¿Con quién?
- ¿Con quién qué, Ryan?
- ¿Con quién engañaba mi padre a mi mamá?
- No me vas a creer.
- ¡Habla o voy a dejarte el cable hasta que cambies de color! ¡Habla!
- Mei Lee.
- ¿Qué? ¿Estás consciente de lo que estás diciendo?
- Yo lo vi con mis propios ojos como tu papá desayunaba, comía y cenaba sushi. - le dejé de nuevo el cable. - ¡Es la verdad! ¡Tengo pruebas! - alejé el cable.
- ¡Te escucho!
- No te las voy a regalar, te las voy a dar con una condición.
- No estás en posición de condicionar, no sé si no te has dado cuenta de que estás jodido.
