CAPITULO LXXXIV "SUEGRA VS YERNO"

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- No quiero morir, me costó salir vivo de entre los rusos

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- No quiero morir, me costó salir vivo de entre los rusos.

- Mira, acá entre nos, hay más riesgo de que aparezca mi madre a que llegue mi papá, asi que reza porque no sea así porque quizás la desobedecí un poquito... - me mordí la uña del pulgar.

- Sam, no tenías que venir, no es necesario que tu madre se enoje contigo por mi causa. - tosió.

- ¿Que no tenía que venir? - le miré ofendida - En todo el tiempo que llevábamos juntos, ¿qué te ha hecho pensar que voy a dejarte solo en un momento así, eh? Desde un inicio te dejé en claro que yo nunca me echo para atrás.

- Te amo por eso, oye, debe haber un inhalador en ese mueble ¿podrías ponerlo en mi violenta mano por favor?

- ¿En este? - milagrosamente conseguí no entrar en pánico mientras buscaba el inhalador, no crean que me acostumbré o algo parecido, porque no es así. Lo conseguí y ayudé a accionarlo - Voy a comprarte una burbuja de plástico, en serio.

- Estoy cansado es por eso, tranquila.

- Jamás voy a tragarme ese cuento - le besé la frente.

- Estoy cansado, di guerra y mandé al otro mundo a mucha gente. - respiró cansado. - ¿ya te había dicho que estás preciosa?

- Puede ser - dije quitándole los zapatos - pero me gusta que me lo repitas.

- Eres hermosa, en todo momento, que bueno que colapsó la señora Anderson por el señor Anderson, bendito día, es el mejor de mi vida.

Me reí - ¿Qué?

- El día que naciste, el mejor de mi vida. - me tomó la mano y me besó tiernamente.

- Oye hablando de eso, si te pido un favor, ¿me lo concederías? - antes de que él respondiera mi celular vibró en mi bolsillo trasero, al sacarlo vi la fotografía de mi mamá - Estoy muerta.

- Alta voz, responde. - me dijo serio, suena hasta como una orden.

Cerrando los ojos respondí - Hola, mamita hermosa.

- Samantha Anderson Smith... - ahí está el tono que avecina un muy largo castigo.

- No fue mi intención, tenía que estar aquí con Gib, lo siento pero lo amo.

Suspiró - Yo lo sé pero aprende, amar conlleva sensatez, no todo es con locura hormonal, Samantha.

- Señora Anderson, hace rato estaba dando bendición al día que nació Sam, estará bien, se lo prometo con mi vida, no se agobie.

- Oh, así que el noble caballero sale en defensa ¿no? Me siento tan diabéticamente empalagada justo ahora.

- Mamá, por favor....

- Nada de por favor, jovencita, te di la clara orden de no ir hacia allá y fue lo primero que hiciste. Ni siquiera pareces tener dieciocho años.

▬SHOOT ME DOWN: OR DON'T LET ME GO ▬PARTE 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora