- Hubo un momento en que nuestras vidas en el que estábamos tan unidos que nada parecía obstaculizar nuestro amor, y solo un pequeño puente nos reparaba.
Cuando estabas a punto de cruzarlo, te pregunté: ¿Quieres cruzar el puente para llegar a mi?
...
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Había esperado las 24 horas, no era mentira, si me sentía mejor, sin embargo, mi hermano, no estaba muy convencido de ello.
- ¿En serio quieres que te maten, verdad?
- Salvador, no podemos parar.
- ¿Qué pasará si te matan? ¿consideras que si algo te pasa a ti alguien tendrá los huevos de continuar ésto?
- Espero que lo hagas.
- Y me tiras el estambre a mi, a veces creo que no somos hijos de doña Victoria.
- ¿Por qué?
- ¡Porque a veces parece que no tienes madre! ¡por eso! - sonreí, siempre ha sido chistoso hasta para enojarse.
- Necesito que te pongas chingón, Salva, no puedo dejarle el papel a cualquiera, alguien nos está torciendo el brazo y necesito saber quién es antes de que ésto se joda más.
- Tú problema siempre ha sido el mismo hermano, confías en quién no deberías, y no confías en quién deberías, parece una maldición incluso.
- Nos vamos, la entrega es mañana y necesitamos estar antes, supongo que Agnes está complacida en quedarse a cuidar sel futuro Káiser de Suecia.
- Deja de burlarte. - se pone serio. - cuídate, mamá no soportaría perderte.
- A ninguno de nosotros a decir verdad.
- Bien sabes que eres especial para ambos, por la forma tuya tan impertinente de venir al mundo. - me reí suavemente y asentí.
- No fue mi culpa, fue de ellos que no respetaron la casa del Señor.
- Sin embargo, eres especial, independientemente de que eres el mayor, eres especial ¿qué tal el asma?
- No la invoques, ha estado demasiado tranquila. - la verdad es que no, pero tampoco estamos tan sinceros hoy.
- Ten cuidado, hablo en serio, yo no sé qué haría sin ti, no seas cabrón y no me dejes solo.
- El intento siempre se hace. - me acerco a besarle la frente. - algunos de los muchachos se quedarán de tus escoltas ¿de acuerdo?
- Sigues sin confiar en Berg.
- Uno de los míos, con quién seguramente he compartido la mitad de mi vida me está traicionando, no me pidas que confíe en alguien que conocí por casualidad ¿quieres?
- De acuerdo.
- Le diré a los Valladolid que vengan a cuidarte, papá y mamá están seguros, Ainhoa está con Jackson, todo está en su lugar.
- Y tú que no encuentras el tuyo ¿verdad? - suspiré y le palmeé el rostro suavemente.
