— Gracias por llevarte de nuevo a los niños, Hoseok, de verdad no sé cómo pagarte después de todas en las que nos salvaste — le entrego los bolsos de sus hijos y le dió una sonrisa sincera.
— Bah, no tienen que pagarme nada, ustedes saben que amo a mis sobrinos postizos — rió levemente — espero que les vaya bien todo con JinSoung. Por favor no lo presionen — comento sumamente preocupado.
El azabache estaba al tanto de todo lo que estaba pasando en el hogar de los Kim, en verdad todavía no podía creer que JinSoung haya sufrido tanto en ese lugar de mala muerte. Le dolio saber que probablemente su infancia se haya arruinado en ese preciso momento, sin embargo, había tenido la verdadera suerte de que unas personas tan buenas como lo eran NamJoon y SeokJin lo pudieran adoptar.
— Está bien. De nuevo muchas gracias — Hoseok asintió y observo como Jin bajaba con uno de sus hijos en cada mano.
— ¡Hola Hoseoki! — saludo alegre el pelirrosa acercándose hacia los menores.
— Hola hyung — hizo una reverencia y se giró hacia los niños — ¿están listos?
— Si, tío Hobi — contestaron a unisono.
— Oh, son unas ternuritas — agarró las maletas con una mano y con la otra sostuvo la mano del pequeño MinJoon — nos vemos mañana chicos. Mucha suerte — les dió una última sonrisa y salió por la puerta dirigiendose hacia su auto.
NamJoon cerro la puerta y miro preocupado a SeokJin, el mayor entendio la indirecta y comenzaron a caminar hacia la cocina. Esa mañana tenían pensando hacer el desayuno para su hijo y poder hablar tranquilamente con el.
Quizás podían sacarle más información y averiguar algo sobre ese desgraciado que había arruinado su vida. Necesitaban saber algo al menos.
— ¿Que haremos? — pregunto SeokJin mientras hervia agua para el te.
— No lo sé amor, tengo miedo de preguntarle y que lo tome a mal, ya sabes... no creo que quiera recordar esa parte horrible y difícil de su vida.
SeokJin negó con la cabeza y vertio el agua en tres copas blancas, las cuales eran de un juego de te que les había regalado la tía de NamJoon para la fiesta de su casamiento. Sonrió levemente por ese recuerdo. Aún recordaba como había sido el festejo de su compromiso y luego la luna de miel en Italia. Lo habian disfrutado tanto, extrañaba esos momentos en los cuales se encontraban todos juntos, felices y disfrutando del momento.
— ¿En qué piensas cariño? — el mayor se sobresalto al oir la voz del moreno en su oído.
Termino de mezclar el contenido de cada copa con la cuchara y quiso darse vuelta pero NamJoon fue más rápido y lo aprisiono contra la mesada de granito, envolviendo sus brazos alrededor de el y colocando su mentón en el cuello del pelirrosa oliendo su fragancia, esa que tanto le gustaba.
— Joon, basta. Necesito terminar de preparar el desayuno — se movió un poco más intentando salir.
Sin embargo, cuando dió dos pasos para atrás su trasero choco con la pelvis del moreno, la cual ya mostraba la reciente excitación que sentía.
— Te necesito Jinnie, aquí y ahora mismo — susurro roncamente en su oído, sus bellos se erizaron con esa simple acción.
Dió vuelta el cuerpo de Jin y con rapidez tomo sus muslos y lo elevó hasta sentarlo arriba de la mesada, teniendo cuidado de que la bandeja con el desayuno a medio terminar se cayera al piso.
— NamJoon detente, JinSoung puede llegar en cualquier momento — posó sus manos en el duro pecho del menor y trajo de alejarlo, pero en realidad fue en vano.
El pelivioleta se acercó al suave cuello del mayor y comenzó a repartir cortos besos desde la mandíbula hasta su punto sensible. Apreto con fuerza su cintura y se acercó un poco más juntando su entrepierna con la del mayor, buscando un poco de fricción.
— Mmm NamJoonie... — ronroneo sosteniendose de su cuello tratando de no caerse por el placer que su esposo le brindaba.
— ¿Te gusta bebé? — el moreno sonrió y simulo embestidas contra la entrepierna del mayor.
Le dió un mordisco más en el cuello y luego paso la lengua y los labios dejando mordiscos y chupones que probablemente no se saldrían en una semana.
— Ah... m-mas... NamJoonie, más — echó la cabeza hacia atrás y no le importo haberse golpeado con los gabinetes de madera que se encontraban detrás suyo, el placer lo cegaba.
NamJoon necesitaba calmar la erección que traía dentro de sus pantalones. Sin embargo, cuando iba a decir algo un suave carraspeo sonó detrás de ellos.
Observó a Jin el cual se encontraba mirando por detrás de su hombro y un color carmín se había extendiendo por sus mejillas demostrando la vergüenza que sentía en ese momento.
— ¿Interrumpo algo?
JinSoung los observaba con una sonrisa ladina, que demostraba felicidad, no por el hecho de encontrar a sus padres demostrandose amor (algo que le daba asco) sino porque los veía felices y contentos, llevando su relación perfectamente y sin problemas.
Jin empujó a NamJoon levemente y se bajo de forma rápida de donde estaba sentado, pegandole en el hombro cuando hubo pasado por su lado. Lo había hecho avergonzar frente a su hijo.
¿Que iba a pensar de ellos?
Los dos hombres de la casa se sentaron a la mesa y SeokJin repartió el desayuno para luego sentarse a un lado de NamJoon.
— ¿Cómo dormiste hijo? — comenzó el mayor, tratando de entrar en ambiente.
El castaño tragó el pedazo de tostada que tenía en la boca y luego contestó.
— Hm, bien... creo — se encogió de hombros y tomo de su vaso con jugo de naranja.
— Nosotros... — prosiguió NamJoon — queríamos hablar contigo sobre lo que sucedió en... en e-el orfanato.
De pronto el aire quedó sumamente tenso. La incomodidad se podía cortar con cuchillo. El castaño se removio incómodo en su silla y jugó con sus dedos bajo la mesa entrelazandolos y separandolos como si eso logrará distraerlo de los nervios que sentía en ese momento.
No debía estar de esa manera, después de todo sus padres querían ayudarlo, no era más que eso. Respiro hondo y trato de mantener el semblante serio, si llegaba a flaquear o ponerse triste sus padres se preocuparian el doble peor de lo que estaban y no quería eso en lo absoluto.
— ¿Que quieren saber?
200817 | lula
Namjin
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last chance #o2 | namjin
Fanfiction❝ SeokJin veia que su familia y su hogar se desmoronaban de a poco y en verdad necesitaba hacer lo posible por remediarlo. Pero cuando descubre el doloroso secreto que NamJoon le tiene guardado, siente que su mundo se destruyo por completo y quizas...