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SeokJin le arrebato un conjunto rosa a JiMin bajo la mirada divertida y un poco pervertida del más bajo de los tres. El mayor bufo con fastidio y examinó aquel traje que consistía en una pequeña braga con cola de conejo y unas adorables orejitas blancas y rosa pálido.

— ¿Estás seguro que esto le va a gustar? —pregunto el pelirrosa sin dejar de observar las prendas que tenía levantada en su mano.

—Claro que si hyung —intervino TaehYung el cual se encontraba con una vincha de tigresito sobre su cabello castaño —. Kookie y yo lo utilizamos todo el tiempo, incentiva más la pasión a la hora de hacer el amor...

—Ademas... —continuo el rubio de mejillas regordetas —. ¿Vas a mentir con que nunca usaron nada de lencería erótica?

Los dos menores lo observaron con una mirada acusatoria y el mayor les dirigio una peor que si las miradas matasen ellos ya estarían quinientos metros bajo tierra.

A pesar del tiempo que llevaban de relación con NamJoon nunca, pero nunca de los nuncas habían utilizado nada de juguetes ni disfraces. No lo veían necesario, solo eran ellos, sus cuerpos y el amor que se tenían.

¿Acaso necesitaban algo más? O SeokJin era demasiado viejo o los avances eróticos lo habían sobrepasado por mucho. Quizás era la segunda.

—Solo intentalo, no es como si fueras a cometer un crimen, con probar no vas a desatar la tercera guerra mundial —el castaño se encogió de hombros y le dedico una sonrisa cuadrada a su hyung.

El pelirrosa debatio en si llevar eso o dejarlo ahí, después de todo, solo podía ponerse una camisa del moreno y sus boxers rosas favoritos, con cualquier cosa que se pusiera podía verse atractivo, eso no lo negaba por nada del mundo. No hacia falta hacer tantas monerias para festejar su aniversario de casados después de todo. Seguramente iba a hacer una cena deliciosa con comida exótica, de esas que tanto le encantaban a su esposo, iba a preparar la habitación con pétalos de rosas y fragancias aromáticas para el ambiente y vestir su cama con las mejores sábanas que tuvieran, como todos los años... siendo lo mismo de siempre... acostarse y luego dormir...

Lo mismo de siempre...

— ¿Cuánto cuesta? —preguntó con resignación mientras los menores chillaban de emoción y lo arrastraban por todo el local buscando más cosas para comprar y posiblemente usar en un futuro.

Sería una tarde larga.

°•*•°

— ¿Estás seguro de eso? Sabes que a SeokJin no le gusta salir de casa cuando es un evento así —el mayor de los cuatro sorbio un poco más de su cerveza y observo al moreno desinteresadamente.

—Si hyung —intervino JungKook —tienes que arreglar todo perfectamente, mañana es un día especial para ustedes.

NamJoon sonrió levemente con un fuerte carmín cubriendo sus mejillas. De a poco se iba aproximando el tan esperado aniversario de casados, uno de los días en el año que más disfrutaba, no solo por la comida si no porque podía tener acción con Jin durante toda la noche y demostrarle su más profundo amor y cariño.

—¡Mira que rojo se ha puesto~! —canturreo Hoseok luego de meterse una papita en la boca.

Todos rieron a la vez. Amaban molestar al moreno y dejarlo en vergüenza, después de todo -como se decía en estos tiempos- era todo un pollera, osea que haría cualquier cosa que su esposo le pidiera y exigiera, pero no era más porque lo amaba.

—¡Yah, basta! —gruño enfadado el pelivioleta cansado de las burlas de sus amigos, aveces podían llegar a ser demasiado molestos para su gusto, sin embargo los amaba con toda su alma.

—Esta bien, está bien, no te preocupes saldrá todo bien mañana —el azabache levantó los brazos en señal de rendición y rió entre dientes a la vez que el moreno rodaba los ojos.

—No te estreses Joon, Jin es sencillo, tradicional y práctico, aunque a veces se pase de diva —el peliverde formó una sonrisa ladina —no te va a costar mucho preparar todo —finalizo.

En verdad quería darle un día de ensueño a su bebé, necesitaba que disfrutará, no se cumplían 15 años de casados todos los días, realmente era algo importante y tenía que hacer lo posible por esforzarse e intentar armar algo realmente bello para su príncipe de cabellos rosados.

—Espero chicos, tengo miedo —jugo con sus manos sintiendo un adolescente de nuevo y por una de las pocas veces en su vida, se sintió inseguro.

Había días en los que no se sentía suficiente, incapaz de poder darle a Jin todo lo que se merecía, pensaba que el mayor necesitaba a alguien mucho mejor que el, que pudiera regalarle y darle muchos más presentes, que lo mimara mejor y le diera más cariño, sin embargo, se sentía todo un egoísta. Ahora que estaba todo bien no pensaba dejarlo por nada del mundo, era lo que amaba en todo el universo, capaz de llenar su corazón de calidez y amor. Era el tesoro más grande que había podido encontrar después de tanto tiempo, después de todo SeokJin era el amor de su vida, sin dudas.

—Nam hyung, ¿está bien? —pregunto un preocupado JungKook poniéndole la mano en el hombro tratandole de dar ánimos.

NamJoon lo observo con una pequeña sonrisa apenada y asintió.

—Claro que si JungKookie —respondio ahora con una sonrisa más segura.

Aunque tuviera que gastar mucho dinero o lo que fuera, haría lo posible por hacer de mañana el mejor aniversario de todos.

220817 | lula
Namjin

last chance #o2 | namjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora