ALAN ©

15. Ocultar

Bueno esto en realidad no es un capítulo.

Okno, sí lo es, quería asustarte 🌚
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En mis manos tenía la partida de nacimiento de Hudson. Todo iba bien. No había nada fuera de lo normal hasta que leí el nombre de sus padres.

Ryan Brown.

Olivia Brown.

Los padres de Alan. Mi cabeza aún tarda en procesar la información sin poder siquiera creerlo. Esto era prácticamente imposible hasta el momento. Mi dedo repasa cada una de las palabras del documento asimilando todo lo ocurrido. Miles de preguntas se forman en mi cabeza. Aunque la más importante es de dónde habría sacado Alan esto y por qué era Henri el que tenía esto. Mis ojos conectan con los suyos. A pesar de la noticia el parece no estar afectado, o al menos eso aparenta.

—¿Por qué Hudson tiene los nombres de tus padres en la partida de nacimiento?—pregunto sin poder evitar tartamudear.

El ambiente claro se convierte en uno oscuro por las nubes que ocultan la luz del sol. Estas empiezan a diluviar poco a poco. Las ventanas pronto reciben pequeños golpes de las gotas que emanan de las nubes. Siempre imaginé que la lluvia se provocaba cuando las nubes estaban tristes. Alan prohibe que nuestras miradas vuelvan a unirse y cambia su dirección a un punto cualquiera que no sea yo.

—Porque él no es mi hermanastro,—sus manos se mueven inquietas gesticulando sin parar—porque él es mi hermano.

Necesitaba esas palabras. Necesitaba que las dijera y me devolvieran a la realidad. Simplemente, imposible, eso era lo que pensaba antes de esto. Parecía que todo conectaba con algo y no nos dábamos cuenta. Ninguno de nosotros lo hacía. Una cosa era la que relacionaba todo esto. Los padres de Alan vivos y ahora Hudson y él hermanos. Y el chico, Brett. Él tiene que saber algo. Alguna cosa que se nos escapó. Un pequeño pero a la vez tan grande detalle. Las palabras no salen de mis labios. Solo palabras ininteligibles se expulsan de estos. Me lanzo a sus brazos intentando trasmitir todos mis sentimientos. Quiero hacerle saber que no está solo en esto. Que estoy yo aquí. Como suelen decir, acciones valen más que palabras. Alan lanza suaves sollozos en mi hombro, sin embargo, ni una sola lágrima sale de estos. Pone una corta distancia entre ambos, suficiente para decir lo que tiene que decir.

—Tú eres de las pocas personas que me importan—acaricia suavemente mis mejillas—Tú eres la única que no me ha mentido—una triste sonrisa se forma en sus labios.

La culpabilidad nunca me había atacado tan fuerte como ahora. Sé que tengo que decirle pero no creo que este sea el mejor momento. Demasiada información para un día. Trago todo lo que tengo que decir por mi garganta, sellándola hasta próximo aviso. Eso es lo que mejor se nos da a las personas.

Ocultar.

No me siento bien haciendo esto pero en el peor de los casos, es necesario. No por pena, no por vergüenza, no por miedo...Tal vez por compasión. No veo justo destrozarlo más de lo que ya está. Mis manos se mueven sin nada que las controle hasta sus hombros. Es increíble la química que transmitimos. Siempre pensé que esto sería algo imposible. Que era algo que sólo existía en los libros que leía cada día. Que era fruto de la imaginación de los escritores. Que nos daban una pizca de esperanza para encontrar al amor. Ahora sé que esto realmente es posible. Nada se puede comparar con él. Es simplemente maravilloso, aún con sus imperfecciones tan perfectas para mí.

La puerta principal se abre. Mis ojos parpadean un par de veces cuando me giro a ver quién se asoma. Hoy, sin duda, es un día lleno de sorpresas inesperadas. Siento como Alan se tensa ante la presencia de uno de ellos. Hudson entra con una bolsa de deporte bien cargada haciendo que sus músculos se tensen y se hagan ver con más facilidad, lo que no esperaba era la compañía.