Cruel

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Nam era cruel conmigo, sobre todo porque me hacía quedar como el único de la relación que quería llevar las cosas a otro nivel.

Claro que me encantaba llevar las cosas con tranquilidad pero no podía negar que teniendo semejante hombre a mi lado no me crecieran deseos por algo más.

Si pudiera describir lo que sus besos provocaban en mi cuerpo, lo que su piel estimulaba en la mía y lo que su voz dibujaba en mis pensamientos me harían quedar como un pervertido.

Pero o era lento o realmente no le atraía para nada y eso me hacía sentir mal.

Es que vamos, si él me lo pedía yo podría cumplir todas sus fantasías...

Vaya... sueno desesperado y es increíble como llegué a este punto solo con verlo tomar aquella botella de agua.

Podía ver como el líquido pasaba a su garganta y moviendo su manzana de adán de una manera tan apetitosa.

Estoy mal... muy mal por su culpa.

Y soy culpable de cualquier acto que se me quiera acusar por pensar de esa manera de mi novio.

–¿Te sientes bien Jinnie? –Me preguntó acercándose a mí y limpiando el sudor de mi frente.

Mordí mi labio cuando oí su voz grave entrar en mi oído.

–Estoy bien –Seguí mordiendo mi labio con fuerza –Pero

Tengo ganas de besarte en estos momentos y no puedo

–Me dio un poco de sed al verte tomar agua –Estiré mi mano haciendo que Nam me invitara de su botella.

–Me habías asustado –Soltó menos preocupado –Por hoy ya terminé mis actividades –Dijo sonriéndome –Lo único es que estoy bastante cansado después de ayudar –Miré a un grupo de chicos que se encontraba más lejos de mí.

Nam había vuelto después de ayudar a su grupo estudiantil mientras yo hacía mis prácticas de laboratorio, él estuvo apoyándolos en la venta que habían organizado.

–Igual yo –Moví mi cuello intentando relajarlo de lo tenso que estaba –¿Nos vamos? –Y el asintió.

Era difícil vernos con nuestros horarios tan apretados pero siempre hacíamos lo posible para hacerlo aunque fuera algunos segundos. Afortunadamente hoy era viernes así que teníamos el resto de la tarde-noche para nosotros.

Nam había terminado sus proyectos grupales e individuales y por mi parte, yo había entregado la investigación que hice con Jun durante el mes pasado. Todavía nos restaban dos semanas antes de los finales así que era un tiempo perfecto para los dos.

Tenía que hacer unas compras así que Nam se ofreció a llevarme al súper y luego llevarme a mi casa.

Apreciaba que hiciera estas cosas por mí y aunque intentara negarme, me resultaba difícil cuando él se veía tan decidido e ilusionado.

Llegamos al súper de siempre y entramos para elegir la serie de alimentos que debía comprar. A él le encantaba que le mostrara las cosas que realizaba con mis manos y por supuesto que mi tradición con Kookie nunca moría puesto que aún nos reuníamos entre semana para hacer algo.

No quería ser un cursi pero bueno... en realidad si me gusta ser cursi así que era inevitable pensar lo lindo que nos veíamos juntos comprando cosas como si fuésemos una pareja de recién casados.

El traía el carrito de compras mientras yo elegía las cosas que necesitaría para futuros postres y nuevas ideas. Iba de un lado a otro inspeccionando las cosas y eligiendo cual se acoplaba mejor a mi gusto (y economía).

–¿Tanto te gusta cocinar? –Sonrió recargándose en el carrito.

Yo asentí completamente ilusionado.

Terminamos las compras y nos dirigimos directamente a mi casa.

Mientras el bajaba las bolsas del coche yo había bajado para abrir la puerta, sin embargo algo me estaba molestando y era el hecho de que después de esto él iría a su casa.

–Oye Nam... ¿no quieres quedarte? –Él se paró con las bolsas aún en sus manos.

Apreté mis labios mientras me miraba sorprendido.

Cuando podía, me pasaba a dejar en mi casa y se iba. Sin embargo hoy me ayudó hacer las compras e incluso me ayudó a acomodarlas.

Me sabía muy mal que solo hiciera eso y se fuera como si nada a su casa.

Entendía que estaba bastante cansado por todas las actividades que había hecho y de igual manera yo me sentía así, normalmente salíamos los viernes con alguno de los chicos o simplemente salíamos nosotros.

Era muy temprano para que se fuera pero muy tarde para buscar a los chicos o incluso salir nosotros por nuestra cuenta.

Solamente se había quedado una vez en mi casa y fue cuando me pidió perdón afuera de mi domicilio en medio de la noche.

No es que se fuera a quedar hoy, simplemente lo estaba invitando a pasar y quedarse un rato a mi lado. No es que fuera a pasar algo más, era una invitación de mi parte totalmente inocente.

Ni yo mismo me creía pero vamos, de todos modos parece que yo era el único interesado en eso y él se veía muy inocente como para pensar esas cosas.

–Si quieres, ¿no tienes ningún problema con ello? –Me mordí el labio negando.

–Para nada, solo quiero ver una película los dos acurrucados en mi sala –Y sentí como mis mejillas se coloraban.

Él sonrió.

Su sonrisa era tan hermosa que me hacía sentir vulnerable.

–De acuerdo, veamos una película –Se acercó a mí.

Su mirada me estaba poniendo nervioso y cuando lo vi pasar saliva simplemente mis deseos de besarlo ahí mismo aumentaron.

Nam era cruel conmigo.

Sobretodoporque no sabía lo que sus acciones provocaban en mi mente y en mi cuerpo.    

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Les prometo que el lemon está más cerca de lo que creen :v

Beauty [NAMJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora