Kim Seokjin es un estudiante de economía de 20 años que necesita dinero. ¿Su problema? No quiere trabajar.
Tiene el sueño frecuente de encontrar a un Sugar Daddy que le pague las cuenta y todos sus caprichos.
Min Yoongi es un multimillonario de 32 a...
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El día siguiente a nuestra cita doble en el cine, sería el último día que Jin y yo tendríamos para estar juntos antes de empezar una larga semana repletas de obligaciones. Por mi parte, tenía el cierre de la nueva temporada. Mis días se basan en ver telas, prendas, estudios de fotografías y modelos sin expresiones faciales. Estar con Jin un día antes de que mi vida se vuelva un caos es la mejor decisión que puedo tomar para no enloquecer o morir en el intento.
Jin se estaba preparando para su semana de exámenes finales y es por eso que me encuentro en el estacionamiento de su Universidad esperando por él.
Estuve esperando alrededor de 15 minutos hasta que vi salir al chico más hermoso de todos. Tenía un jean ajustado y un suéter rosa que le daba un toque de inocencia y ternura.
Se adentró al coche de inmediato y sus labios se pegaron a los míos. No hubo palabra alguna. Éramos sólo los dos besándonos de forma tranquila. Sus manos en mi cabello y las mías acariciando su rostro. Su lengua siendo mi cielo y mi perdición.
-Nos vimos ayer, gatito. ¿Recuerdas?- le susurre en su boca. El sólo sonrió antes de volver a juntar nuestros labios. Me estremecí, definitivamente me encantó esto, su mano acariciando mi cabello. Lo bese fuerte y lo acerque más a mi, quería dejarle en claro una vez más que era mío y yo suyo, Dios me sentía tan bien junto a él. Se lamió los labios y abrió los ojos para mirarme con aquellos bellos ojos. Le acaricie la mejilla y lo mire con ternura. Nos quedamos en silencio sólo mirándonos por unos minutos hasta que el estómago de Jin gruño y arranque el auto para llevarlo a comer.
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Habíamos terminado de comer cuando recibo una llamada de Baekhyun pidiéndome que vuelva a la oficina para firmar unos papeles. Bufe y maldije cuando me di cuenta de que mis planes estaban arruinados. Pensé que Jin estaría desilusionado al decirle sobre el cambio de planes pero cuando le nombre mi oficina sus ojos brillaron de una forma especial.
Al llegar al edificio, mi intención era acompañar a Jin hasta mi oficina y que esperará allí por mi regreso pero Hoseok me interceptó en el camino y tuve que decirle que vaya sólo. Resolví todos los problemas en unos minutos y me dirigí rápidamente hasta el piso de mi oficina. Para mi sorpresa, lo primero que veo al salir del ascensor es a Jin sentado en unos de los sillones en la sala de espera con cara de pocos amigos.
-Te dije que entraras a mi oficina, gatito- Jin me miro con el ceño fruncido.
-La zorra que tienes por secretaria no me dejo pasar- lo mire confundido y luego mire a mi alrededor. No había ninguna de ellas en el lugar.
-¿Cual de ellas?
-¿Tienes más de una? ¿Y todas son perras en celo?
-Ven, vamos a mi oficina- lo tome de la mano y se levantó de la silla. Su cara no había cambiado. Era gracioso ver a Jin tan celoso.
