Stay with me - Joerick

Capítulo 4

Erick Colón

Me levanto al terminar de apagar la alarma, agarro ropa, sacándome el pijama que me había puesto para dormir. Me visto simple, unos jeans azules, una remera blanca larga y unos tenis blancos.

Mientras desayuno me acuerdo lo de anoche, me molesta y me duele. No le he hecho nada para que así me trate. ¿Tan mal le caigo?

Recuerdo su mirada en mi, sus hermosas pestañas, pero mierda, no podía tratarme así. Y la próxima no lo dejaría, aunque espero que no haya una próxima.

Siento que algo malo, en su alrededor debe de estar sucediendo para que él, me esté tratando así. Noté en un momento que había, que a la mayoría de las otras personas las trataba bien.

Si no fuera por su mal carácter, genio, diría que me gusta. Pero tiene muchas cosas que le restan, y por mucho que me gusten los chicos, no caeré sólo en una cara bonita.

Miro la hora y son 7:30, ¡oh no! Mierda, otra vez tarde no por favor. Agarro mis cosas y salgo lo más rápido que puedo de casa. Llego cansado, la parada está vacía, y todavía no veía ningún autobús a la vista. Sólo autos y puros autos.

Miro uno acercándose a mi, el miedo me invade, tiene los vidrios tintados. No tiene buena pinta eso pero cuando la persona de dentro baja los vidrios, al momento que estoy por alejarme de ahí, noto que es Joel. Decido de igual forma alejarme, porqué creo que igual es la mejor decisión.

–Hey espera. –me llama gritando
–¿Que quieres? –lo miro de mala gana– Si deseas tratarme como lo has hecho ayer, te voy advirtiendo que no lo hagas.
–No, entiendo. Quería discúlpame por lo de ayer, no estaba bien, yo lo siento mucho. –me mira y parece triste
–Ok, te perdono. –respondo y sigo caminado

No soy una persona rencorosa, puedo perdonarte, hasta cierto punto. Pero no creas que luego todo estará bien enseguida, no será fácil que me caigas bien de nuevo, y si lo haces.

–Sube que te llevo, quedan 15 minutos para entrar y no creo que quieras llegar tarde. –vuelve a hablar, ya que me ha estado siguiendo en el auto
–No, gracias.
–Vamos Erick, no seas necio.
–He dicho que no.
–La hora pasa.
–¿Y?
–Sabés que a donde vamos, son muy estrictos, y detestan la llegada tarde.
–Ok. –respondo luego de unos segundos– Acepto nada más porque no quiero llegar tarde.

Subo a su auto, mientras conduce pone música, ninguno habla de nada. Y después de 10 minutos llegamos.

–Gracias –respondo serio, tratando de salir del auto lo más rápido posible
–De nada –responde de la misma forma

Salgo y corro para entrar al instituto. La gente me mira pero no me importa que piensen.
Al entrar, tan sólo faltan cinco minutos, agarro lo que preciso en ese momento, y me dirijo a mi salón, donde en el camino me encuentro a Christopher, sentado solo.

–Hola Chris. –saludo sonriendo– ¿Cómo estás?
–¡Hola Erick! Bien ¿vos?

En eso toca el timbre, y todos se deseparan por llegar a sus clases.

–Bien. ¡Vamos Chris!

Las clases pasaron rápido, por suerte, ya que hay veces que no tengo ganas de estar aquí. A parte hoy, lo bueno es que saldré con Chris.

–¿Quieres ir a la plaza?
–Sí, sería genial.

El día está hermoso, como para estar sentados en una plaza, charlando, con algo para comer, tomar. Y disfrutar del sonido de los pájaros, y de una buena compañía.
A las horas, cada uno volvió a su casa, porqué debíamos de cumplir algunas tareas importantes.