Stay with me - Joerick

Capítulo 8

Narra Joel

Después de pasar un gran rato con los chicos, ya eran las 20:30 estaba en casa y decidí hablarle a Erick

Ojitos👀:

Buenas Erickin.

Buenas, Joelito.

¿Cómo estás?

Bien. ¿Vos?

Bien, aburrido.

Em ¿quieres quedarte en casa? Mañana no hay clase, después mañana si quieren pueden venir los chicos para ensayar la obra.

No podría rechazar tal invitación. 😜 Le aviso a mi madre y en una hora y media estoy por ahí!

Te espero!🤍

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Después de hablar con Erick, me di un baño, apronté mis cosas, le avise a mamá y agarré el auto. En unos 15 minutos, ya me encontraba ahí.

Toque el timbre, espere un rato y nadie me abría

Llamada a Ojitos👀;

J: Hey ojitos lindos, estoy afuera.

E: Ay perdón. Me dormí, ya te abro.

Fin llamada

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Enseguida vino Erick y me abrió la puerta.

–Pasa. –me indica haciéndose a un lado
–Permiso.
–Adelante. –cierra la puerta y se acerca a mi lado– Mi madre no está, así que tenemos casa sola.

Mierda, Erick. Me lo dices en esa forma y mi mente piensa en cosas, que no debería, en éste momento.

–¿Qué hacemos? –pregunto tratando de olvidar mis pensamientos
–Empezamos cocinando, tengo hambre.
–Si, hagamos pizza, ¿te gusta?
–Si. ¡Me encanta!
–¡Vamos! –sonrío

Empezamos a cocinar, Erick hacía la salsa mientras yo hacia la masa, tenía todo harina sobre mi. ¿Qué pasó? Aquí el gran Joel, si fue a bajar la harina y estaba abierta, ¡me cayo arriba un poco bastante!
Miro a Erick, todo limpio tan tranquilo. Agarro un poco de harina en la mano, me acerco a él, en el momento que está agarrando algo de la heladera y le tiro un puñado de harina encima.

–¡Joel Pimentel! Vas a ver. –Erick me dice en tono alto
–Hey Erickin, no seas malo, era un poquito nada más, mira ni se nota. –le digo riéndome

Me mira, y sonríe malicioso. Agarra, cuando estoy desprevenido el paquete de harina y en un movimiento, estoy todo cubierto de ella.

–¡ERICK! No se vale, yo sólo te tire un poquito.
–Pero me tiraste, cuando yo cocinaba tranquilo, así que estamos a mano. –me responde riéndose

Erick Colón, si usted piensa que ésto quedará así, está totalmente equivocado. Abro la heladera, agarro el agua para disimular y de la otra mano, uno huevo que había. Se lo rompo en la cabeza, y queda todo chorreando, es un asco, pero se lo merecía.
¿Qué pasó luego? Una guerra de todo, hasta que nos dimos cuenta que la pizza, que se encontraba ya en el horno, se estaba quemando.

–Joey, ¡la pizza! –Erick grita apagando el horno
–Tarde, ya se ha quemado.
–Esto es tu culpa. –dice y se señala– Mira como estoy.
–Muy lindo estas. –sonrío– Pero también es tú culpa.
–Está bien. –responde esquivando mi mirada– Nos bañamos, y luego llamamos para pedir pizza, que la nuestra no está muy comestible.
–¿Juntos?
–¡Joel!
–Había que intentarlo. –sonrío– Pero bueno, me baño primero.
–No no, el que llegue primero.