El chico de los caramelos • Larry Stylinson (Terminada)

IV

"Tengo un corazón joven, es salvaje y libre, no sé dónde comienza pero termina contigo y conmigo. Es un camino duro hasta donde yo veo, no sé a donde voy pero volveré a ti y a mí..." //Niall Horan - You and me//

Diciembre de 2009

Ya han pasado ocho años desde que Louis se alejó de Harry, ocho años que a decir verdad han sido muy duros y extraños sin aquellos orbes color esmeralda que tanto le gustaban. Ahora tenia un par de hermanas más de cinco años cada una, eran gemelas y sus nombres eran Daysi y Phoebe Tomlinson.

No han hablado desde que salió de aquella ciudad en la cual se conocieron, Y él mismo confiesa que en todo este tiempo absolutamente nadie, aun estando a centímetros de él, le ha hecho sentir lo que Harry, estando a kilómetros. no deja de pensar en que te tuvo que haberle abrazado más esa ultima vez que se vieron, pero sí es la vida.

-Mamá, no podemos irnos otra vez, en 4 días es mi cumpleaños -Louis le había estad reclamando a su madre, la cual estaba guardando las maletas en el auto, que no podían volver a dejar la ciudad, ya estaba harto de tantos cambios, nada en su vida duraba por culpa de esos malditos cambios

-Louis, ya hablamos sobre esto -respondió Jay tratando de controlarlo, pero fue en vano, él no se daría por vencido esta vez.

-No mamá, me separaste de Harry, yo lo quería... ¡LO ARRUINASTE TODO! - dijo Louis alzando la voz, reprochandole a su madre la separación de su querido amigo.

-Louis, eran solo bebes, además debíamos hacerlo -para este momento ya estaban adentro de la casa otra vez y su madre estaba terminando de vestir a las niñas con sus respectivos abrigos y gorros para el frió, era pleno invierno y la temperatura llegaba hasta los 8 grados centígrados.

-Teníamos 7 y 10 años Mamá- dijo colocándose la camisa y su abrigo vino tinto

-Eran niños y punto -Terminó de vestir a Daisy y a Phoebe y salió otra vez a terminar de guardar el equipaje -¡Felicité y Charlotte! ¡VENGAN AQUÍ EN ESTE INSTANTE!- dijo regañando a las otras hermanas del castaño que estaban rompiendo el buzón del vecino, estas, cuando escucharon el llamado de su madre corrieron a su lado y se montaron en los asientos traseros junto con las gemelas y abrocharon sus cinturones -¡LOUIS, ENTRA AL AUTO!-dijo empujando al oji-azul hacia el interior del vehículo, pero este de rehusó.

-No lo haré nunca -cruzó sus brazos y se quedó parado como piedra, No sedera tan rapido.

-Los llevaré a comer en Mcdonals- dijo Johannah, rindiéndose, esperando sobornarlo con comida chatarra, ella conocía los puntos débiles de su hijo mayor y la comida sin dudas era uno de esos

-¡SI! -se escuchó un grito de parte de las hermanas del castaño, todas al unisono 

-Eso no funcionará conmigo MADRE! -bramó el oji-azul haciendo énfasis en la ultima palabra.

-La tuya tendrá zanahoria -Johanna no sabia que hacer para que su hijo entendiera que debían ir.

-Buen punto -Louis se montó en en asiento del copiloto y abrochó su cinturón- ¡GO, GO, GO! -su voz sonó un tanto desesperada.

-¡GO DIEGO GO! -Las hermanas pensaron que Louis estaba cantando un verso de una canción de sus dibujos animados.

-Bórrenlo gordas -hizo una mueca de asco mientras miraba al frente

-¡Cállate trasero de Ballena azul! -reprochó Phoebe ya que Lottie le susurro que lo hiciera, para molestar al mayor. 

-Para tu información, las ballenas azules no tienen trasero ¡Genia! -sonrió triunfante

-¡YA CÁLLENSE! -Regañó Johannah y Louis le mostró la lengua a Lottie y Phoebe, feliz por haber ganado la pelea.

...

-Mamá -Luego de un largo tiempo en carretera, los cuales pasaron mientras escuchaban las músicas preferidas por su madre, eran relajantes y perfectas para ir al mando del volante en un viaje tan largo.

-Si Felicité -Jay respondió al llamado mientras bajaba un poco el volumen de radio reproductor de auto

-Creo que pasamos el Mcdonals -solo se podía admirar árboles a ambos lados de la carretera.

-Claro que lo pasamos, fue intencional -aseguró la madre y subió un poco más el sonido de la música.

-Hey No -Louis miró de mala manera a su madre por haberles mentido, se sentía timado,  engañado, utilizado.

-¡Mamá!- repicaron al unisono Daysi y phoebe, pararon de jugar con sus muñecas y prestaron atención a lo que decía su madre.

-¡Lo prometiste!- dijo después Lottie, quien estaba molesta por el engaño de su madre, pero después de todo era una pequeña mentira blanca.

-Ya cálmense, pronto comeremos en un Mcdonals -Todos bufaron y luego de unos minutos prosiguió -Faltan solo algunos kilómetros para llegar a Holmes chapel -culminó Johannah sin despegar la vista del frente, con una sonrisa en el rostro, quería ver la cara de su hijo al enterarse de aquella sorpresa.

-¡Holmes Chapel!- dijo Louis asombrado, no sabia que decir, todo cayó de repente, sin anestesia, a sangre fría, sin importancia, como si no fuera relevante, pero lo era..Volvería a ver a Harry.

Duró unos minutos en procesar todo, sus ojos se volvían acuosos en lo que pasaba los segundo, ¿Por qué lloraba? Ni él lo sabia, quizá felicidad o sorpresa, estaba muy feliz, eso si, de eso no habían dudas.

La mano de su madre lo sacó de sus pensamientos cuando se posó en su muslo, haciendo que él levantara la vista hacia su madre.

Allí fue que Johanna se dió cuenta que aquel pequeño muchachito de ojos verdes era muy especial para Louis, quiso abrazarle y decirle cuanto le amaba, pero no podía dejar el volante a la deriva, así que le brindó una gran sonrisa y este se la devolvió, tan grande que se podían notar las arrugitas que se formaban al rededor de sus zafiros brillantes y salvajes, su hijo era especial, ella lo notaba, él quería mucho a Harry.

-Si Louis, y si el sigue viviendo allí puedes cumplir tu promesa -volvió su vista al frente y se dio cuenta que de sus mejillas resbalaban un par de lagrimas solitarias.

-¡TE AMO!, ¡Gracias mamá!- dijo Louis emocionado, ansioso por llegar por fin a aquella pequeña ciudad.

-No hay de que Louis... 

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