VII

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Capítulo VII: ¿Quién es Louis Tomlinson?

Quedaban dos meses para que acabara el semestre.

Zayn y Liam frecuentaban la mansión a diario para estudiar con Orfeo, al principio no me gustaba del todo la idea pero con el tiempo me fui acostumbrado y ahora hasta parece que falta algo el día que no aparecen.

Yo me había dado de baja de la Universidad, ya que decidí comprar la pequeña panadería -además no me acabó de gustar la forma en la que los profesores se expresaban-.

Tenía etapas, y en esta me gustaba hacer repostería.

En mi tiempo libre me dedicaba a vagar por Internet para aprender por mi cuenta, a mi ritmo, todo lo que quería.

Tengo toda la vida por delante para estudiar. -Solía bromearle a Orfeo, el cual siempre se reía como si fuera la primera vez que se lo decía.

A veces agradecía su penosa inteligencia.

Con el tiempo aprendí a controlar mi mal genio, así como a dejar que Orfeo fuera un poco más libre -pero siempre estando a mi lado-.

Ese fin de semana Liam había decidido venir solo, ya que según él Zayn era imposible de despertar antes de mediodía si se trataba de días de fiesta.

La actitud de Zayn me agradaba, pero la de Liam de fascinaba.

Liam siempre sabía cómo comportarse y caerle bien a cualquiera sin siquiera esforzarse, sabía mantener las distancias y también cuando alguien necesitaba un poco de afecto.

Lo último lo descubrimos el día que Orfeo volvió a tener un desamor, -yo estaba más que acostumbrado, ya que el chico no era capaz de que ninguna de sus relaciones cuajara- y Liam estuvo consolándolo junto a Zayn -este último con menos ímpetu, pero a su manera lo hacía-.

Al ser un día festivo, solo había abierto la panadería por la mañana, por lo tanto podía descansar en la sala mientras Orfeo y Liam hablaban de sus cosas de Universidad.

La tarde fue algo aburrida, aunque estaba acompañado, nunca supe de lo que hablaban -ya que sus temas de conversación solían ser materias o gente de la Universidad-.

Pero al caer la noche, Liam soltó una pregunta que llamó mi atención.

-¿Has oído hablar de Louis Tomlinson? -Preguntó a Orfeo, su cara mostraba curiosidad a la misma vez que asombro.

-¿Luis qué? -Rodé los ojos a la par que el castaño cuando mi sobrino volvió a demostrar lo bruto que podía ser.

-Luis no, Louis. -Remarcó la forma en la que debía pronunciar su nombre antes de proseguir. -Es un chico un año mayor que nosotros que asiste a clases sueltas de varias carreras pero no se especifica en una en concreto.

-Que tío más raro. -Acotó Orfeo con una mueca. Algo que no era nada raro, ya que hacía meses que mi sobrino me confesó su poco amor hacia los estudios.

-A mi me resulta fascinante, si no fuera por las asistencias... Estoy casi seguro de que ya se habría sacado todas las carreras. -Confesó con un halo parecido al que usaba al hablar de o con Zayn.

-Yo sé quién es. -Interrumpí por primera vez su charla logrando que ambos me prestaran atención. -Y estoy de acuerdo contigo, seguro que se las hubiera sacado.

Pues si era igual de bueno que en Historia para todo, el chico debía ser un favorito de Atenea.

-¿Y cómo lo conociste, Harry? -Aún no me acostumbraba a aquel nombre, pero sabía perfectamente que la pregunta iba dirigida a mí.

-Una mera coincidencia, nada interesante.

O al menos no creí que lo fuera para ellos.

...

Desperté a las tres de la mañana agitado, sudado, temblando.

No era la primera vez que soñaba con Megara, pero sí era la primera vez que tenía una pesadilla con ella.

Me encontraba rodeado por los habitantes de Atenas.

El aire se hacía cada vez más pesado en mis pulmones.

Todas las personas presentes me miraban con odio, podía jurar que incluso rabia.

Todo se mantuvo en silencio hasta que escuché su voz, la voz de Megara.

-Mataste a mis hijos. -Se escuchó en un susurro, apenas audible para cualquiera que no estuviera lo suficientemente atento.

-¿Meg? -Grité buscándola con la mirada entre todas aquellas personas.

Mi corazón cada vez latía más rápido.

-Tú la asesinaste, tú los mataste. -Empezaron a repetir una y otra vez a coro. Cada vez se acercaban más a mí, dejándome sin respiración.

Entre toda la multitud pude oír otro susurro, esta vez de una voz que no lograba reconocer.

Aunque se me hacía familiar.

-Recuerda que no es cierto, Hércules. Despierta.

Aunque no logré reconocer aquella voz, estaba más que agradecido a la persona misteriosa que la poseía.

Di las gracias al cambio de los tiempos por darme la libertad de tener luz antes de que Helios tuviera que hacer su trabajo.

Nunca llevé bien la oscuridad, y menos en esas circunstancias.

No pude dormir en toda la noche pensando en ella, como hacía siglos no lo había hecho.

Siempre me preguntaría si su alma era libre o si Hades aún la mantenía en su espantoso yugo.

En otras circunstancias, habría invocado a mi padre para contarle mis penas, mas hacía ya tiempo que no me atrevía a tal cosa.

La realidad era que mi único apoyo estaba en Orfeo, por muy poco inteligente que fuera.

Con el tiempo le cogí cariño, y aunque no lo dijera en voz alta, no sabría que hacer si algún día me faltara.

Dead heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora