CAPÍTULO 25

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—¿Cómo se lo diremos?— digo preocupada.

—No lo sé, creí que cuando llegara el momento sería más fácil— dice acariciando a Fanny.

—Me siento como una cualquiera— me sincero con él, necesitaba sacar todo lo que llevaba estos días.

—No lo eres Mel, no vuelvas a decirlo— me mira seriamente— Ni por un momento vuelvas a pensar en eso, eres de todo Mel, eres terca, alegre, linda, inteligente, sarcástica y de todo, menos una cualquiera.

—¿Cómo me pides que no me sienta así sabiendo lo que hice? me acosté con el novio de mi prima— siento las lágrimas de rabia picar en mis ojos, rabia conmigo misma.

Jules se acercó a mí tomando mi rostro delicadamente entre sus manos.

—Las personas cometemos errores, no somos perfectos, puede que lo que hayamos hecho estuviera mal, y no digo que acostarnos para mí fue un error, porque no lo fue, solo fue el momento en el que lo hicimos, no era el momento adecuado, pero no podemos cambiar el pasado, solo aprender de el— por la intensidad de su mirada y de sus palabras creí que me besaría en los labios, pero sus labios suaves como el algodón se posaron delicadamente en mi mejilla.

—Te quiero Jules— digo abrazándolo fuertemente, sintiendo esas palabras desde todos los puntos posibles en las que puedan tener significado.

—Te quiero Mel— besa lo alto de mi cabeza.

Estuvimos así por un rato, escuchando solamente nuestras respiraciones, pensando en cualquier cosa o en nada.

—Cuando me di cuenta de lo que sentía por ti, me prometí nunca hacerle a mi prima lo que un día me hicieron a mí— fui la primera en romper el silencio.

—¿Qué aprendiste de eso?— siento su sonrisa burlona en mi cabeza.

—Que no siempre cumplo mis promesas.

***

Decidimos que en la tarde le diríamos a mi prima lo sucedido, no sabía cómo saldría esto, no sabía que sería lo que le diríamos y mucho menos sabía cómo exactamente se lo diríamos.

Pero sabía que ese momento tendría que llegar, porque toda acción tiene su reacción, no sabía de donde lo había sacado ni de quien lo había escuchado, pero parecía lo más adecuado para la ocasión.

El resto del día traté de no cruzarme con mi prima, hice de todo en la casa, limpié hasta el refrigerador, todo para tener algo que hacer y en que pensar.

Karina sospechaba que algo me sucedía, y cuando ella me invitó a ir de compras, me excusé diciéndole que tenía demasiado que hacer, así que se fue sola.

Me dolía tratarla así, no se lo merecía, ella no tenía la culpa. Pero no era buena ocultando las cosas por demasiado tiempo.

A las cuatro de la tarde, Jules tocó la puerta de mi casa, por suerte Karina no había llegado aún.

— ¿Has pensado en cómo decirle?— me dijo luego de saludarme con un beso en la mejilla.

—He tratado de no pensar en nada durante el día— dije tirándome al sofá.

—Yo tuve algunas ideas— dice sentándose a mi lado— Aunque todas terminan con ambos en el hospital, o en la morgue.

—Eres un exagerado— me rio tratando de aligerar la tensión.

—Las cosas como son— dijo él de la misma manera.

Iba a agregar algo, cuando escuchamos la puerta abrirse, no era mi madre ni mi abuelo pues ellos estaban visitando a un viejo amigo de mi abuelo y regresarían más tarde, así que en definitiva era Karina.

La Vida que Soñé I || COMPLETA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora