CAPÍTULO 30

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Mis ojos van abriéndose poco a poco, y un olor a medicina y suero entra por mis fosas nasales.

Una habitación blanca de hospital.

Me levanto con una mueca, mirando una cabellera rubia enterrada al lado de mi cuerpo en la camilla, todo es muy confuso, miro mis manos y están llenas de cables, uno de los cables está conectado a mi cabeza.

Mi corazón late fuertemente, una tristeza me inunda.

— ¿Mel?— escucho la voz de Liza, me mira con los ojos muy abiertos y húmedos.

— ¿Qué haces acá? ¿Qué sucede?— digo con la voz ronca, completamente confundida.

—Ahora vuelvo— dice corriendo de la habitación, a los segundos, mi madre entra corriendo y junto a ella un doctor.

Lo primero que hace mi madre es abrazarme, confundida miro a Liza, quien solloza con su teléfono en la oreja.

—Estas bien mi amor, estas bien. — dice mi madre en mi oído.

—Revisemos sus signos vitales— dice el doctor a mi lado, reconozco su voz, su tono inglés me recuerda tanto al de Tyler, pero tiene apariencia diferente, es un moreno de ojos verdes, lo cual hace que me confunda más.

Entre sollozos de mi madre, revisan mis signos vitales.

Miro todo confundida y con un dolor instalado en mi pecho.

— ¿Estas bien? ¿Te duele algo?— dice mi madre sorbiendo por la nariz.

—Sí, estoy bien— digo sintiendo ganas de llorar.

— ¿Qué sucede?— dice Liza preocupadamente, mirándome atentamente.

—Nada, es que... no entiendo que sucede— aparto la mirada y observo todo a mi alrededor.

Mi madre iba a contestar, pero la puerta de la habitación se abrió, el abuelo, Math y Karina entraron alarmados.

Los siguientes minutos, Karina me abrazó y sollozo en mi cuello, el abuelo me abrazó y me dijo lo muy feliz que se sentía al saber que estaba de vuelta.

—Te extrañé— me dice Math abrazándome fuertemente, cuando intentó besarme, me aparté de él.

— ¿Dónde está Jules?— dije sin pensarlo. Todos en la habitación me miraron sin entender.

— ¿Jules?— dice Math en tono molesto.

—No conocemos a ningún Jules. — dice Karina negando confundida.

— ¿Alguien podría explicarme que ha sucedido?— digo ignorando la punzada en mi pecho, mirando a todos irritadamente.

—Creo que deberían dejarnos solas. — dice mi madre, luego de que todas las miradas se posaran en mí, todos se retiran silenciosamente.

— ¿Qué me sucedió?— le digo a mi madre bruscamente.

Se sienta al borde de la camilla y toma mis manos suavemente, me retuerzo sentándome.

—Tuviste un accidente con Liza, escalando— asiento, eso lo recordaba—, y has estado en coma durante los últimos tres meses.

—No, no, no— digo sintiendo las lágrimas picar en mis ojos, esto no podía estar pasando. Todo lo que había vivido, todo lo que había aprendido, Jules, nada era verdad, todo había sido producto de mi mente.

—¿Qué sucede?— mi madre toma mi rostro entre sus manos, sigo negando.

—Todo, ha sido un sueño. — mi voz—de por sí ya ronca—se va apagando poco a poco.

—Cualquier cosa que suceda, la arreglaremos— me atrae a su cuerpo abrazándome, lloro entre sus brazos, repitiéndome a mí misma que no puedo sufrir por un sueño.

Pero me sentía en el infierno, cada cosa, cada recuerdo, había sido un simple sueño. Y eso no se podría arreglar.

***

Luego de tres días de exámenes exhaustos, iba camino a mi casa, sentada en el asiento de copiloto del auto de Math, había insistido en ir a recogerme.

Habíamos intercambiado muy pocas palabras, al parecer no me había engañado como lo había "soñado". Pero no sentía nada por él, solo fingía sentirlo. Simplemente no me emocionaba que estuviera a mi lado, él no era lo que yo había imaginado, no era Jules.

En estos tres días Karina me había resumido un poco de lo que había pasado; mi prima al enterarse de lo que me había sucedido se vino a consolar a mi madre, consiguió trabajo y se quedará acá el tiempo que necesite. Liza había apoyado a Math, más no había pasado mayor cosa entre ellos, de hecho, Liza había comenzado a salir con otro chico llamado Stephan. Sin embargo, tomaría tiempo volver a tener la misma amistad de antes del accidente, mi madre si salía con el doctor que tenía la misma voz de Tyler en mis sueños, y de hecho si se llamaba Tyler Davis, al parecer mi subconsciente lo había escuchado y lo había recreado tal y como todo lo demás, había sido de gran apoyo para la familia. Me alegraba por ella y por todos, habían sabido seguir con su vida. Esperaba poder hacer lo mismo.

—Llegamos preciosa. — Math aparca el auto frente a mi casa, asiento con la vista fija en el frente. Él toma mi mentón y gira suavemente mi rostro en su dirección.

Giro mi rostro cuando intenta besarme. Cierra los ojos conteniendo la paciencia.

—Necesito tiempo. — miento.

—El que necesites, amor. — sale del auto y lo rodea para abrirme la puerta.

Entramos a casa y toda la familia me está esperando ahí, habían decorado la sala con globos y un cartel que decía "bienvenida Mel".

Con una sonrisa forzada, agradezco a todos. No quería ser una mal educada, pero me sentía tan cansada de todo y no me sentía con ánimos de sonreír.

Pues el motivo de mi sonrisa había sido todo producto de mi mente.

***

El mes pasó volando, y fue el más agotado de toda mi vida, tenía que ponerme al día con las tareas de la universidad.

Al entrar en mi habitación me había entristecido al verlo todo lleno de rosa y brillo; con la ayuda de Karina y Liza hice la remodelación, tal y como lo había soñado, pero nada se sentía como un deja vú.

—Me gusta como ha quedado. — dice Liza sonriendo, pasa un brazo por mis hombros y me besa la mejilla. Sonrío forzadamente.

—Es parte de una nueva Mel. — me sonríe Karina.

—Una nueva yo...— digo con nostalgia— Chicas, me siento muy agotada, ha sido un largo día.

Asienten decepcionadas de que siga echándolas cada vez que podía, pero debían comprender que necesitaba mucho tiempo para mí, para rehacer mi vida. Había perdido ya tres meses.

Se retiran de mi habitación, y escucho murmullos fuera de ésta. Pego mi oreja a la puerta para escuchar mejor.

—Debemos darle su espacio. — dice Karina.

—La extraño, desde que despertó no es la misma, no es mi Mel, no es mi sonriente Mel; Math me dijo que se había portado diferente con él, que nada era lo mismo.

—Supongo que es parte del proceso, está confundida. — las voces fueron siendo más difíciles de escuchar a medida que se alejaban de mi habitación, suspiré frustrada, deseando que mi cabeza dejara de ser un completo desastre.

Todo era "Jules" "Jules" "Jules" en mi mente, su sonrisa, su risa, su cabello, sus hermosos ojos, todo él.

No le había contado a nadie de lo que había soñado mientras estaba en coma, y no pensaba hacerlo, no creo que pudieran entenderme. Pero sin duda tenía que buscar ayuda para poder superarlo.

Me recuesto en mi cama y limpio las lágrimas que se habían derramado inconscientemente.

Debía comenzar a aceptar lo que había sucedido, debía dejar de sufrir, esperaba poder dejar todo atrás y rehacer mi vida.

Aunque no iba a negar que quería volver a aquella vida que había soñado. 

La Vida que Soñé I || COMPLETA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora