Lo que nos une - [CANCELADA]

[13; De compras]

*Narra Justin

Me preocupa la forma en la actua Demi. Me preocupa que su actitud no cambie con el paso de los meses ni cuándo nazca el bebé. Me duele todo lo que hace y lo que pensó en hacer. Creí que la había convencido pero sigue insistiendo en abortar, esto me supera. Ya no sé cómo actuar ante todo lo que está sucediendo, nunca creí estar en esta situación. Nunca creí ser padre a mi edad y con alguien de una noche, alguien completamente extraña para mí, porque aunque nos conozcamos desde antes, nuestras charlas nunca pasaron de los típicos saludos y la importancia que demostrabamos por el trabajo del otro.

— ¿Vas a cambiarte? —pregunté serio mirándola. Negó y bufé.— Ya lo hemos hablado Demi.

— No es que no quiera... —dijo con la vista en el suelo.

— ¿Qué es entonces? —me senté a su lado nuevamente.

— Lo que pasa es que...ya me he probado la mayoría de mis pantalones antes de enterarme del embarazo, creí que había engordado y esa era la razón, pero todos me ajustan y es por el bebé. No hay caso, use lo que use.

— Si ese es el problema vamos de compras. —dije y rió.

—¿De compras? ¿Me acompañarías? ¿Soportarías las miles de horas que tarde en elegir y probar la ropa? —asentí no tan seguro.

— No debe ser tan malo.

— Está bien. —sonrió.

Bajamos a la sala y Demi tomó las llaves de su coche. Subimos al auto y decidí manejar yo, aceptó y comencé a conducir hasta el centro. Demi recibió una llamada y atendió...

— Hola. —sonrió.

—.......

— Sí, muy bien, ¿Y tú?

—.......

— Claro, me encantaría. —dijo y me miró de reojo, al chocar con mi mirada la corrió rápido hacia la ventana.— ¿A qué hora y en dónde? —susurró pero pude oírlo.

—........

— Sí, conozco.

— ....... —Demi rió.

— Está bien, nos vemos esta noche. —sonrió y colgó.

La miré pero su vista estaba clavaba en la ventana. Seguí conduciendo hasta que por fin llegamos.
Estacioné y bajamos. Caminamos hasta uno de los primeros locales, junto con la mirada intensa de un grupo de adolescentes fija en Demi. Quise tomarle la mano, pero Demi la soltó incómodamente. Al llegar al local, entramos y fuimos hasta la parte de mujeres, casi corriendo ya que Demi había visto algo que no alcanzó a enseñarme. Tomó mi mano y me llevó hasta ella.

— Es lindo. —dijo mirando una blusa, parecia un conjunto. La miré serio.

— ¿En serio? Me has traído casi corriendo para decir "que es lindo" —dije y rió asintiendo.

Lo tomó de la percha y siguió mirando. A la media hora ya tenía, jeans negros, miles de blusas y playeras, vestidos y chaquetas, y la mitad de las prendas las cargaba yo. Cuando por fin acabó de elegir nos dirigimos a uno de los vestidores más alejados, ya que tenía un pequeño banco donde podría sentarme.
Entró con toda la ropa y yo me senté a esperarla. Al salir tenía puesto: un jean negro ajustado de tiro alto y una playera corta negra.