Lo que nos une - [CANCELADA]

[32.No dejaré que te vayas de mi lado]

*Narra Demi

—¡Quita la mano de ahí! —grité desde la sala.— Justin, te estoy viendo. ¡Quita esa cuchara de mi helado!

— Yo lo he comprado. ¡Tengo derecho a comer! —me gritó desde la cocina.

— Pues, come del otro pote, ese es mío. —dije quitándole la cuchara y mi pote de helado.

— Pero tus sabores son mejores. —hizo puchero.

— Oh, no hagas eso. Esta vez no funcionará, con el helado no se juega.

—¡Demi! —dijo alargando la " i " mientras se acercaba a mí con otra cuchara.

— Justin, no.

— Solo un poco.

Puso ambas manos en mi cadera mientras seguía haciendo puchero. Por mi parte me negaba a mirarlo, sabía que no me resistiría. Pero no fue tan fácil, porque siempre logra obtener lo que quiere cuando hace eso.

— Está bien, solo un poco. Aprende a elegir bien tus sabores para la próxima.

— Gracias, cariño. —besó mi mejilla y me quitó el pote.

— ¡Por Dios!, ¿Qué son esos gritos? —apareció mi madre por la puerta.

— Lo siento, mamá. —me disculpé entre risas.

— Uh, compraron helado. Pásame una cuchara, Demi. —dijo mirando con deceo MI helado, el cual Justin estaba devorando.

— ¡Genial! , todos comanle el helado a Demi. Porque a mí no  me importa sufrir de deseo mientras mi familia pueda disfrutar del helado.

— Siempre has sido tan exagerada. Luego te compras otro.

— Como sea. ¿Y Maddie? Desde la mañana no la veo.

— Sí, es que salió temprano de casa.

— ¿Y a dónde fue?

— A casa de una amiga. —asentí.

— ¿Crees que tardará mucho en volver?

— No lo sé, hija. ¿Qué sucede? ¿Por qué tantas preguntas de repente?

— Solo quiero saber. —me encogí de hombros.— ¿Papá y Dallas?

— Tu hermana sigue durmiendo y Eddie acaba de salir a hacer las compras.

— Asi que estamos solos... —susurré y dirigí mi vista a Justin.

— Es lo que parece. ¿Te sientes bien, Demi? —preguntó mi madre confundida.

— Demi, creo que es un buen momento... —dijo Justin. Asentí luego de soltar una gran cantidad de aire que no sabía que estaba conteniendo.

— Mamá, yo... —comencé a hablar pero tenía un gran nudo en la garganta que no me permitía continuar. Estaba asustada. Justin posó su mano sobre la mía sujetándola fuerte, eso me calmó pero no demasiado.— Justin y yo...

— ¿Qué sucede? Cálmate y dime. —habló mi madre con una dulce voz, transmitiéndome la tranquilidad necesaria.

— Justin y yo...Debemos decirles algo importante a tí y a los demás. Pero quiero que estén todos presentes. —lo sé, no me atreví. Justin suspiró pesadamente y le di una mirada de disculpa. Él asintió y acarició mi mano.

— Está bien, ¿Es muy importante?

— Para mí sí lo es.

— Entonces para nosotros también. —dijo tierna sonriendo.— Tu padre debe estar ya a unas cuadras de aquí, no tardará. Si quieres puedes ir a hablar a Dallas en lo que yo le marco a Maddie para que venga.