[24; Devuelta a la cárcel]

123 9 1
                                    

*Narra Justin

Desperté temprano, antes que Demi. Tenía planeado darle una sorpresa, no muy original, pero una linda sorpresa. Le haría el desayuno y se lo llevaría a la cama. Así que comencé a preparar café en la cafetera mientras servía jugo de naranja en dos vasos.

Preparé nuestras tazas y a la espera de que se hiciera el café saqué un plato y tres huevos, los frité en una sartén y luego los servi. Coloqué todo en una bandeja y subi al cuarto sin hacer ruido alguno. Allí me encontré a Demi durmiendo en la misma posición en la que la vi antes de bajar. Dejé la bandeja en la mesa de noche y me subí a la cama sentándome a su lado.

— Dems. — la llamé. No obtuve respuesta.— Demi. —la moví levemente .

— mmajsnsus. —murmuró, no entendí ni j.

— Vamos bebé, despierta. — insistí y comencé a besarla en los labios, luego la mejilla y bajé hasta su cuello dejando un camino de besos. Demi se volvió a quejar pero esta vez rodeó mi cuello con sus brazos y me beso. Le correspondí el beso hasta que me alejé.— tengo una sorpresa, despiertate.

— ¿Y tenía que ser a la madrugada? —reí.

— Son las 10.30 de la mañana.

— Odio que me interrumpan mis dulces sueños.

— Entonces sigue con tus dulces sueños y me iré con mi dulce sorpresa a dársela a otra dulce chica.

Me levanté de la cama fingiendo estar molesto, cuando Demi tomó mi boxer e hizo que cayera sobre ella, y me besó dulcemente en los labios.

— Muéstrame tu sorpresa.

Tomé la bandeja y la puse sobre sus piernas. Demi sonrió enormemente y volvió a besarme.

— No es la gran cosa pero... —dije rascando mi nuca y haciendo media sonrisa.

— No, es un hermoso detalle, en serio lo valoro. —sonrió mientras acariciaba mi mejilla.

— Me alegra que te haya gustado. ¿Vemos una película?

— Desayuno en la cama y una película junto al chico que me vuelve loca, ¡Qué buena forma de empezar el día!

Estaba encendiendo la tv cuando me detuve y volteé hacia Demi. La observé con una sonrisa sorprendido por sus palabras.

— ¿Qué sucede? —preguntó confundida. Rápido tomé el control y me metí en la cama a su lado.

— ¿Te vuelvo loca?

Demi rió levemente.

— Claro que sí, eres el chico más cursi y tierno que conozco. Me tratas bien y a cada momento te preocupas por mí, ¿Cómo no me traerías loca? —tomé su nuca con mi mano y la besé dulcemente en los labios.

— Tú también me traes loco Demi, ya hasta te has apropiado de mis sueños y pensamientos.

— Mm me empalagas. — sonrió arrugando su nariz.— es broma, me enloquece que digas esas cosas y... Lo siento si soy muy fría. —bajo su cabeza y con mis dedos tomé su mentón e hice que me mirara.

— Te entiendo, puede que haya una pequeña falta de confianza y eso lo complique. Pero como eres, está bien. —besé su nariz y luego deposito un corto beso en sus labios.

                               (....)

Vimos la película y desayunamos. Ya se hacia la hora de ir a recoger a Jaxon así que Demi tomó un baño seguido del mío. Nos cambiamos y salimos en su coche.

— ¿Tienes idea de cómo es esto? Si hay que entrar y buscar al niño o cómo. —pregunté doblando en una esquina y con mi vista al frente.

— ¿Yo qué sé? He estudiado en casa prácticamente toda mi vida. ¿Acaso tú nunca has ido al colegio?

— Claro que sí, pero no piso esa cárcel hace unos cinco años, ya ni recuerdo qué materias se enseñan.

— Estoy considerando seriamente lo del aborto con todo lo que me dices... — Bromeó.

— Estoy jugando, claro que recuerdo todo...

Llegamos a la cárcel, digo colegio, y caminamos tomados de la mano hasta donde se suponía que saldrían los diablillos, digo niños. Aún faltaban unos diez minutos así que nos quedamos parados en ese mismo lugar a esperar.

— ¿Y si entramos y lo retiramos?

— Justin solo hay que esperar díez minutos. Sí que eres impaciente.

— Lo sé. Odio este lugar, torturaban a mi pobre cerebro.

— Si tu lo odias por simplemente eso, ¿yo que debo decir?

— Lo siento. —dije al recordar que Demi sufrió de bullying en su escuela.

— Está bien. —se acercó a mí y me abrazó por la cintura para luego depositar un beso en mis labios.

— Te quiero, Dems.

— Mm yo igual. —habló sobre mis labios.

Escuchamos un espantoso ruido y las puertas de la escuela se abrieron de par en par dejando salir a la peligrosa manada de niños. Salían con tanta felicidad, respirando la libertad. Con Demi buscamos a Jaxon con la mirada entre la pequeña multitud de adolescentes y niños. Al no encontrarlo comencé a desesperarme. No lo veíamos por ninguna parte y ya estaban saliendo los últimos niños.

— Cálmate, debe haberse quedado en el aula. —me tranquilizó Demi.— vamos a buscarlo.

— No tengo idea de cual es su aula, a penas sé en qué grado está.

— Eres un desastre. —demi rió y tomó mi mano arrastrándome hacia la entrada de la escuela. Luego de años volveré a entrar en esa escalofriante cárcel. Lo exagero, lo sé, pero así se siente.

Entramos a recepción y allí se encontraba una señora de unos 50 años. Preguntamos por mi hermano y nos guió amablemente hacia su aula. Di tres golpes a la puerta y al otro lado de oyó un "pase" dándonos el permiso de entrar.

— Buenas tardes. —saludé a la joven maestra sentada en su escritorio.— He venido por Jaxon...

— Buenas tardes. ¿Usted es el hermano verdad? Justin Bieber. —sonrió enormemente y asentí.—  Claro. Jaxon está en horario de castigo, su comportamiento este día no fue el mejor y debido a eso tiene que quedarse a cumplir con el horario.

— Entiendo, ¿Y de cuánto estamos hablando?

— Solo le quedan unos 45 minutos. —dijo mirando el reloj en su muñeca.— tiene que terminar un trabajo práctico antes de que termine el tiempo. Si gustan, pueden tomar asiento mientras esperan a que termine, pero sin interrumpirlo.

Miré a Demi quien asintió y la imité. Nos sentamos en los primeros asientos a esperar. Pasaron unos diez minutos, unos diez minutos en los cuales sentía la intensa mirada de aquella maestra sobre mí. Al entrar al aula y verla no pude negar que era completamente hermosa, pero no hay como Demi. No se comprara para nada, no le llega ni a los talones. Demi es una obra de arte ante mis ojos y eso no cambiará jamás. Mujeres hay muchas, pero ninguna como ella.

Lo que nos une - [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora