[4; inconsciente]

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*Narra Justin

El probar los labios de Demi fue una sensación extraña y hermosa, sus labios eran suaves y dulces. Nos besamos por unos segundos más y coloqué mi mano izquierda en su cintura acercándola más hacia mí y la otra tomando su cuello. La desesperación de querer más era enorme, tenía que controlarme, debía hacerlo pero, ¿Quería?.

Quise continuar el beso pero la falta de aire me lo impidió al igual que Demi. Ella colocó ambas manos en mi pecho alejándome.

— ¿Qué... qué fue eso? —me miró con el ceño fruncido. En este momento ¿Qué se suponía que tenía que decir?, Ni siquiera yo sé bien qué fue, por qué lo hice y por qué me gustó.

— Sólo, respondí tu pregunta. —hablé normal pero nervioso en mi interior.

— No la respondiste Justin, me besaste. —decía mientras me miraba fijamente a los ojos.— No tendrías que haberlo hecho. No está bien. —quiso levantarse e irse pero tomé su muñeca impidiendo que avance.

— No, espera. Lo sé, lo siento. Fue un impulso, no sé lo que estoy haciendo en realidad, no te vayas. —la miré e igual ella a mí, así por unos segundos, los cuales aproveché para observar sus perfectos y hermosos ojos. Eran de un color marrón, pero no del color marrón que la gran mayoría de las personas tiene, más bien a mi vista, era un marrón chocolate, brillante, alegre y hermoso. Era un marrón iluminante el cual daban deseos de observar toda la vida.

— Está bien, pero ¿Para qué quieres que me quede? —dijo sentándose nuevamente en el asiento enfrente de la barra mirándome.

— Sigamos jugando.

—No creo. Hemos estado jugando, bailando y bebiendo por más de cinco horas. Ya es muy tarde y la cabeza me explotará del dolor, de hecho ¿Qué hora es? —preguntó tocando con sus manos los costados de sus piernas y partes de su cuerpo, al parecer buscando su celular.— Creo que lo dejé en el cuarto de Miley. —se paró y la imité.

— Te acompaño a buscarlo y de paso voy al baño. —asintió.

Subimos las escaleras y caminamos por el pequeño pasillo hasta llegar al cuarto de Miley, Demi entró y yo seguí el camino hasta el baño.
Al terminar mis necesidades, salí y me encontré con Demi apoyada contra la pared usando su teléfono.

— ¿Listo? —preguntó y asentí.

— Demi. —la llamé haciendo que dejara de caminar.

— ¿Qué pasa? —se giró y me miró.

— Supongo que te quedas esta noche a dormir aquí, ¿Cierto?

— Sí, ¿Por qué?

— Hablé con Miley cuando estábamos en la cocina, y me permitió quedarme esta noche también.

— Ajá, ¿Y qué con eso? —preguntó mirándome confundida.

— Que todos los cuartos libres están ocupados por algunos amigos de ella, Ariana, Niall, Harry, Nick, Joe y demás.

—Lo siento, sigo sin entender.

— Que el único cuarto libre es el tuyo.

— Pero...dormiré yo allí.

— Lo sé y quería saber si no te molestaría compartir cama conmigo por esta noche. —Hizo un gesto raro con la cara y estaba pensando.

— No...para nada. —sonrió, al parecer algo forzada.

— Genial, gracias.

—Sí, bueno, me iré a dormir ya. —dijo caminando hacia el cuarto que sigue al de Miley el cual es el "nuestro", iba a hablar pero alguien interrumpió.

— ¡Hey, Demi! ¿Ya a dormir? Es temprano mujer, vamos a bailar. —dijo Miley, algo pasada de copas, agarrando a Demi de la mano y haciendo que camine hacia las escaleras.

— Creo que ya bebí demasiado Miley, apenas puedo pararme, menos podré bailar.

— Nunca es demasiado, vamos. Tú también rubio. —dijo mirándome y caminé hacia ellas.

Bajamos y fuimos con Miley al patio trasero junto con los chicos. Estuvimos hablando, bailando, haciendo bromas, y bebiendo por unas dos horas más o menos. Ya eran casi las 3:00 de la madrugada y el clima estaba algo fresco, la verdad hacía un poco de frío y Demi se estaba congelando, o eso me dio a entender con sus expresiones cada vez que corría un fuerte aire cerca nuestro. Me acerqué a ella.

— ¿Tienes frío? ¿No quieres que te acompañe arriba? Creo que ya es tarde y no va a suceder nada interesante a esta hora en la fiesta. Ya creo que has tomado un poco demás, Demi.

— No tomé de más, estoy perfectamente, Justin. Tú estás ebrio, yo no. —rió.— Vamos al cuarto, estoy cansada.

La ayudé a caminar, estaba tan pasada que apenas tenía equilibrio. Como pudimos subimos las escaleras, la verdad es que yo también estaba algo pasado. Al llegar al cuarto Demi abrió la puerta, al entrar tomó mi mano y cerró con llave. La miré confuso y ella sonrió.

— Terminemos bien esta noche.

Se lanzó sobre mí besándome desesperadamente. Correspondí su beso y la llevé hasta la cama dejándola delicadamente sobre esta. Quitó mi camiseta y como pudo, mi pantalón.
Comencé a desnudarla hasta dejarla en ropa interior, la besé nuevamente para luego despegar mis labios de los suyos y llevarlos hasta su cuello. Pasaba mis manos por todo su cuerpo, el deseo de tocarla y sentir su piel era infinito, y al hacerlo podía sentir como se erizaba ésta.

Los besos que le daba en el cuello hacían que obtenga pequeños jadeos por su parte. Desesperadamente trató de bajar mi boxer pero no la dejé, antes de que lo haga quería tenerla desnuda por completo. Así lo hice, la desnudé del todo y luego deje que quitara mi boxer. Al momento de entrar en ella lo hice de la manera más delicada y menos desesperada y brutal que pude, sentía que no quería y no aguantaría el saber que por mi desesperación le podría hacer daño, aunque no sea virgen.

Seguí con lo mío y ella soltaba gemidos, de a veces un poco altos. En el momento en que Demi, entre jadeos y gemidos me advirtió que estaba por acabar, aumenté mi velocidad con la que entraba y salía de ella. A los segundos llegó al orgasmo, al igual que yo, soltando un gran gemido. Rendido me dejé caer, no con brutalidad, sobre ella. Tenía un brazo rodeando su cintura abrazándola, apoyaba mi cabeza en su pecho y Demi rodeaba mi cintura con sus piernas, también abrazándome.

Así fue como nos dormimos, cansados y abrazados. Simplemente fue la mejor noche, espero que no se arrepienta mañana y recuerde todo. Esperemos...

Lo que nos une - [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora