[18; amor, amor y más amor]

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*Narra Justin

Simplemente tengo la grata oportunidad de poder hacer feliz a Demi, de estar a su lado en todo momento y poder darle todo el amor que tengo guardado desde hace años para la persona indicada, y pienso que el destino me dice claramente que Demi lo es.

— Creeme que me hace completamente feliz esto. —dije sobre los labios de Demi con nuestras frentes pegadas, ella sonrió.

— Solo, no me lastimes. No quiero pasar por eso otra vez. —pidió mirándome a los ojos.

— No me atrevería. —sonreí y asintió. Demi rodeó mi cuello con sus brazos y se pegó a mí abrazándome fuertemente, la rodeé con los míos por la cintura.

— Debo volver a casa. —dijo levantándose del sofá, la tomé de la muñeca y la cintura acercándola a mí, y abrí mis piernas acorralandola entre estas.

— ¿Justo ahora? No te vayas, quédate un rato más. No puedes irte luego de este momento, quiero tenerte todo el dia para mí ahora que puedo hacer contigo lo que quiera. —dije sonriendo mientras me abrazaba a su cintura y besé su abdomen para luego mirarla.

— ¿Quién dijo que puedes hacer lo que quieras conmigo? Que estemos saliendo no significa que puedas, no sé, tirarme a un acantilado si quieres. —dijo obvia y reí.

— Me refiero a otras cosas.

— ¿Cuáles cosas?

— Como besarte, abrazarte y otra que no nombraré por la presencia de nuestro hijo... —dije mirando su panza y Demi soltó una carcajada, se inclinó hasta mi altura atrapando mi rostro entre manos y me dió un pico en los labios.

— Qué idiota eres. —dijo sonriendo.

— Pero te saqué una sonrisa, no tengo problema en ridiculizarme con tal de hacerte reír y escuchar ese hermoso sonido que sale de tí al hacerlo. —se sonrojó.— ¿Te quedarás?

— No me quedaré, pero si no tienes nada que hacer puedes acompañarme a casa, tengo una cosa que hacer y no me vendría mal tu compañía. —dijo encogiéndose de hombros.

— Claro, espérame un segundo. —le pedí para luego subir las escaleras rápidamente. Entré a mi habitación y tomé una chaqueta negra.— Listo, ahora sí vamos. —demi asintió y salimos de mi casa.

Mi chófer nos llevó hasta la casa de Demi. Le agradecí y me despedí. Al entrar Demi dejó su pequeño bolso en una mesita al lado del sofá, antes sacó su teléfono de él y lo desbloqueó. Me senté en el sofá mientras la observaba.
Al parecer estaba marcando un número ya que al hacerlo colocó su celular en su oreja y caminó hasta mí para sentarse a mi lado.

Llamada

Demi: Hola Sirah, ¿Cómo estás?

Sirah: .......

Demi: Yo igual, escucha ¿Estás en tu casa? ¿Cómo está Batman? —continuó hablando mientras jugaba con mi mano.

Sirah: .........

Demi: Mejor, sí tráemelo a casa por favor.

Sirah: ......

Demi: Claro, te espero. Adiós.

Fin de la llamada

— ¿Quien es Batman? —pregunté mirándola.

— Mi hijo. —dijo mientras bloqueaba su celular y lo dejaba sobre la mesa. La miré confundido

Lo que nos une - [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora