Me saco las sandalias y las acomodo debajo de mi cama. Estaba en mi cabaña tranquilamente. Andrómeda dormia y los demás entrenaban.
Habían pasado semanas desde que se enteraron que Ramses y Hera tenían dos hijos.
Por si se lo preguntan, si, fueron mellizos; pero bueno, mejor olvidemos eso, no quiero volver a tener dolor de cabeza.En cuanto a los titanes aún estamos viendo que estrategias hacer, yo opte por lo que habían hecho Jackson con sus amigos hace unos años.
Había estado pensando aquello por lo que estoy aquí. La hija de Afrodita estaba descartada, Octavian también aunque debería pensarlo ya que es como un oráculo pero para eso está Rachel. Creo que Jackson, La Rue y Di Angelo serían un gran trío.
-Eses... -pronunció Apolo apareciendo en mi cabaña, le hago una seña para que se acomode a un lado mío junto a la cama-. ¿Sabes lo que se vendrá no? Ya se ha cumplido la cantidad de años.
-Lo sé, sólo espero que no sea yo. Y si lo llegará a ser, que no sea con ninguno de mis hermanos, especialmente con Zeus. No quiero más problemas ¿sabes? -suspiro exageradamente.
Se formó un incómodo silencio, lo veo de reojo. Es demasiado guapo, ojos celestes, ese brillo peculiar en él, su manera de vestir adolescentemente, sus labios, Dioses, era perfecto, digno de ser un Dios griego. Noto como siente mi intensa mirada por lo que lo dejo de hacer.
Siento mis mejillas arder demasiado.
-Deja de comerme con la mirada -comienza a reír fuertemente, incluso aquel sonido era perfecto-. Gracias por ese hermoso halago aunque ya se que soy increíble.
-Deja de meterte en mis pensamientos si no quieres acabar carbonizado, Apolo -le lanzó una mirada fulminante.
Alza las manos.
-Lo Siento- sonríe mostrando toda su blanca dentadura. Debo dejar de pensar así-. Oye, sacando de lado ésta extraña conversación. Hay algo que quiero decirte hace mucho.
-Soy toda oídos -contesto seriamente. Como se pase lo mandaré a los campos de castigo.
-Es sobre Di Angleo y tú -comienzo a tensarme. Sus ojos comienzan a brillar más de lo normal-. No quiero que Will sufra por aquel chico y si eso implica en que Nico deje de hablar contigo o siquiera acercarse a ti, haré lo posible para que así sea. Lo lamento Eses, no quiero tener ningún problema contigo pero ponte en mi lugar. Harías lo mismo para que ninguno de tus hijos sufra.
Se marchó dejándome un poco mal.
¿Qué estaba haciendo?
Por un lado, Nico se acercaba a mi, me besó y me buscó. No negaré que aquello me encanta. Pero es gay, la única que sale lastimada de todo esto soy yo.
Una estúpida Diosa, eso soy.
Pero como no podía no gustarme, era guapísimo. Aquellos ojos me atraían, eran únicos ni siquiera las personas de las que me había enamorado eran así. Su forma de pelear, de ser frío y malhumorado me llamaba la atención. Sé de antemano que no había romanticismo ni siquiera habíamos pasado mucho tiempo para enamorarnos.
Esto que sentía era nada más que atracción.
O eso creía yo.
NICO.
-Vamos hermano -gritaba Dione al ver mi lucha con Amenhotep.
Si que era bueno, sus ataques eran increíbles, no se lo digan. Su forma de luchar era muy distinta a la de los griegos y romanos.
-¿Te has cansado, sombritas? -gruño con molestia al escuchar ese estúpido apodo de Valdéz. Intento dañar alguna parte de su cuerpo pero su control de protegerse, por así decirlo, está más desarrollado.
-¿Cómo vas con Amalia? -le pregunto sonriendo maliciosamente. Su sonrisa se soy mejor que tú comenzó a borrarse.
Había descubierto aquellos dos en una situación vergonzosa. Eses me había pedido que lo vaya a buscar a sus aposentos como ellos les dicen. Me pidió que no le contará a nadie. Quién diría que el hijo del Rey estaba enamorado de la Cierva de su madre.
-¿Y tú con mi madre? ¿Cómo va eso? -sus hermanos y él comenzaron a reír locamente.
-Imbécil- grito y suelto la espada para lanzarme contra él.
Comenzamos a pelear, le había dado un golpe en la mandíbula y en su nariz, creo que se la rompí. Aunque él no había quedado atrás me golpeó en la frente y en el estómago provocando que expulse por la boca un poco de sangre.
-¡Ya basta! -gritaba su gemelo o lo que sea que fuese.
Ninguno de los dos iba a dar el brazo a torcer.
Yo porque me había hecho acordar de lo miserable que era al engañar a Will incluyendo a su madre. Sentía algo por los dos pero todavía no estaba seguro de lo que quería. No me preocupaba tanto por Eses, es decir, estaba casada con Ramses dudaba mucho que tuviera otro amorio con otra persona. No me tomen a mal pero eso era lo que mi mente había creado.
En cambio Will, era bueno, radiante y demasiado guapo. No tardaría en encontrar a alguien.
Estoy pensando pura mierda ¿okey?
-¡Amenhotep! -gritaba Dione-. ¡Dejen de pelear por favor! Será mejor que busque ayuda.
-¡Están sangrando! -escuche que decía Piper.
-¡BASTA! -gritó una voz dura y fría-. ¡Amenhotep he dicho que basta!
Él dejó de pelear, veo como su hermano por fin puede controlarlo.
-¿Cómo se les ocurre pelear así? ¿Es que acaso no les han enseñado a no arreglar las cosas así? ¡¡¿He?!!
-Lo lamento mamá- contestó "arrepentido"-. Él comenzó primero.
-No me importa quién de los dos haya sido, sólo no lo vuelvan a hacer.
Eses me vio e hizo una seña para que vaya con ella.
-¿Que ocurre? -pregunto una vez que estábamos lejos de los demás.
-No sé porque me has besado el otro día pero quiero que no lo vuelvas a hacer. De ahora en adelante no habrá ningún tipo de relación entre ambos, te quiero lejos ¿entiendes? Sé que te conviene esto, amas a tu novio y no quieres lastimarlo -sus ojos estaban cristalizados.
Pero yo no me quería alejar de ella.
-Pero Eses yo no quiero hacerlo, dame tiempo para poner mis pensamientos en orden, mis gustos... Yo...
-Tú nada Nico. He hablado con Apolo y me aconsejo que mejor sea así, no quiero tener problemas con él ni mucho menos con mi hermano. Te quiero ¿está bien? Pero no así, no puedo estar con alguien que ya es de otra persona.
Sin previo aviso la beso apasionadamente, al principio no me respondió pero luego lo hizo.
-Eso fue una despedida- pronunció dejándome sólo y triste conmigo mismo.
¿Soy idiota verdad?
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La Diosa Griega No Conocida [Nico Di Angelo]
Fiksi PenggemarSegún cuentan los pergaminos egipcios, hace años, existía una Diosa Griega entre ellos. Era la amada de Rea y Ramses, el amado de Ta. Era la diosa de la Inmortalidad, el respeto y la codicia. ********* Todos los derechos reservados© NO SE PERMITEN...