VG|¿Quién diría que un simple intercambio de teléfonos cambiaría de tal forma la vida de estos dos seres?.
Aunque contando con la suerte que tiene Valeria todo puede pasar.
Acompáñame a ver esta triste historia.
➳Historia completamente mía, prohibid...
Desperté temprano aquel 18 de julio, ¿la razón? Mi graduación de bachillerato.
Me quité él edredón de encima y salté de la cama. pero como todo no puede ser perfecto mi hermano Ángel también salía de su cuarto, y esto solo significa algo: batalla por el baño; y es que era así si se tiene dos baños y uno de ellos esta en el cuarto de tus papás. Corrí hasta él baño, me cepille los dientes y lavé el rostro, todo iba de maravilla hasta que me resbalé.
—¡Valeria, cuidado rompes él lavamanos carajita aguevoniá!— escuché los sutiles gritos de mi mamá desde la cocina seguido de las risas de mi hermano mellizo.
—¡Estas bien grande y sigues igual de pata chueca!— grita ahora Ángel y escucho como mi mamá le mete un lepe.
—¡Gracias mamá, estoy bien!— dije igual, me levanté y fui por mi uniforme, él cual estaba perfectamente planchado y guindado en un gancho; era la última vez que usaría esa camisa y no podía estar más feliz.
Me vestí rápido y fui por mi desayuno.
Abajo me encontré a mis padres sonrientes y a mi hermano uniformado; sí, ese ladilla estudiaba conmigo.
—Como hoy es un día especial hice una comida especial— dice mi mamá y me deja un plato con empanadas y una malta en frente.
—Esto es él paraíso, gracias Mami — digo y empiezo a comer como loca.
Media hora después estábamos camino al liceo, yo me comía unos tequeños que mi mamá cocinó porcia me daba hambre y Ángel se tomaba mi malta, cabezaechola ese.
Al llegar mis padres se fueron con los demás invitados y mi hermano y yo lleguamos con los demás que se graduaban.
—¡QUELOQUE MARIQUITOOOOOS!—les dije a mis compañeros, todos me gritaron de vuelta.
—Hola catira bella— dice Esteban, el mejor amigo de mi hermano, colocando su brazo sobre mis hombros, yo solo lo pellizqué y me alejé mientras escuchaba a mi hermano decirle "Deja a Valeria en paz ladilla" seguido de un lepe.
Me acerco emocionada a mi mejor amiga Mariana que está tomándose fotos como la farandulera que es, igual la amo pues, que se hace.
— ¡Valeria! ¡Hasta que por fin llegas piazo e loca!— dice empujandome.
— No es culpa mía que antes de salir a Ángel le dieran ganas de mear— explico y ambas reimos.
— Vamos a tomarnos unas fotos ahí — dice y pone el celular en frente de nuestra cara haciendo que encima de mi cabeza salgan corazones.
— Es que no eres mas marica porque no eres mas grande— digo rodando los ojos y ella me pega en el brazo.
—Gor, tomate la foto y borralo— dice pelandome los ojos.
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