Venezuelan Girlfriend ; DALLAS.

Capítulo 36

Maratón 3/3

Valeria

Era el día de la boda, usualmente estaríamos completamente estresados por absolutamente todo, sin embargo ya estaba todo organizado y puesto en marcha.

Yo estaba sentada relajada mientras me arreglaban las uñas, era lo único que me faltaba.

— ¿Verdad que están bellas? — pregunto hacia Taylor, novia de Nash, y ella mueve su cabeza desde su mesa hacia la mía.

— Sí, muy lindas— se devolvió a su silla— Cuéntame, ¿qué te parece LA hasta ahora?

Les cuento un poquito de por qué ella está aquí ahora, pues resulta que la señorita se enteró de que estaba en LA y quería verme. Entonces yo le dije que ajá, tenía la boda encima y estaba arreglándome las uñas y se llegó chama, relajada.

— Bueno tú sabes, bien fancy. Me encanta horrible— hablé así toda sifrinita y ella rió, Cameron entró al establecimiento junto a Nash. Mi chico traía un vaso de starbucks en la mano.

— Para ver, bebé— se acercó a la mesa y noté como la caraja esta se puso nerviosa por su presencia— Están hermosas.

— Gracias, mi cielo— sonrío y él deja un beso en mi mejilla.

— Por cierto, te traje esto— señaló el starbucks— Es un té con limón, muy refrescante.

Le hice ceñas para que acercara el pitillo verde a mis labios, de pana es refrescante. Esta verga es nestea, a mi nadie me engaña.

— Gracias, amor— dije de nuevo y él sonrió, se ve tan lindo así. Ellos tuvieron que salirse del local y esperar afuera porque no podían permanecer aquí de acompañantes.

— Se ven tan lindos juntos— oigo la voz de Gia, volteo a verla— Enserio, adóptenme.

— Los que me podrían adoptar son Nash y tú, gracias la gerencia.

— Sabes que puedes ir a la casa y quedarte cuando quieras, ahorita se está quedando Hayes, el hermano de Nash, por las vacaciones.

Esta chama es demasiado bella, nps.

— Igual ustedes, así sea en un colchón en el piso de mi cuarto— digo con amabilidad.

Después de eso tuvimos una cita doble en la tarde, de verdad era bueno estar con estos gringos. Echaban unos betas que uff, te quedas loca.

Pero tuvimos que irnos porque debíamos estar en donde nos arreglaríamos como a las tres y media, entonces mi chico me dejó en la casa donde estaban las mujeres y él se iba al otro donde se arreglaban los hombres.

Apenas entré había un despelote de gente corriendo de un lado a otro. Caminé hacia Sierra que tenía puesta la bata esa de novia, que era blanca con mangas transparentes.

— ¡Valeria, que bueno verte!, ya es tu turno de arreglarte—   dijo después de abrazarme, se notaba que estaba realmente feliz. Me guió hacia un lugar para que me quitara la ropa y me cambiara a la bata mientras me maquillaban y peinaban. Saludé a todos, sobre todo a Gina que me abrazó fuerte.

Era tan lindo este ambiente, muy feliz. No me veía a mi misma casándome, o por lo menos no todavía.

Cuando ya estaba con la bata puesta abrieron una botella de champaña y se prendió la que no se apaga, nos tomaron fotos y todo bello.

Me maquillaron hermosa, mi cabello estaba peinado con una cola alta y ondas en las puntas. La que me peinó me dijo que me quedaría hermoso por el degradado de tono en mi cabello, luego me puse el vestido con unos tacones negros y ya estaba lista.