♡ BAD AUSTRALIAN BABY. ♡

8. ¿Qué carajos acabo de hacer?

Después de mi baño, hice mi rutina. Me vestí, para luego bajar y cenar en un silencio incómodo por mi parte, sin deseos de ver a Chloe y a Harry después de lo sucedido, pero feliz de ver a mi abuela tan encantadora, con su felicidad por los aires que te contagiaba. Después de la cena, me propuse para lavar los platos y eso hice. Al terminar mi tarea, pasé por delante de la sala de estar hasta oír mi nombre gritado.

— ¿Qué pasa ahora? ¿Habéis decidido algo más por mí? — dije molesta al ver a Harry y Chloe.
— Cariño, siéntate y escucha, por favor. — me senté porque sabía que Chloe sino insistiría o peor, me seguiría hasta mi cuarto. — Aria, somos tu familia y nosotros solo queremos lo mejor para ti, no queremos que vuelves a Australia con ese idiota, cuando vayas al colegio lo verás a cada rato y no lo superarás rápidamente. Si estás aquí, es mucho mejor, tienes a toda tu familia: padres, abuelos, tíos, primos... aquí te irá mucho mejor, tendrás el amor de todos y no estarás sola. Sé que será duro cambiar el rumbo de tu vida; ya que tú tenías una vida hecha en Sídney, pero si tú vuelves, no serás feliz y necesitarás a alguien a tu lado, y ese alguien que te prometió estar contigo, lo único que ha hecho ha sido engañarte. Tendrás una vida mucho mejor, te lo prometo. Si tú estás aquí, tendrás el apoyo de todos nosotros solo queremos que estés bien y feliz. — me habló Chloe, haciéndome dudar sobre su propuesta y planteándome el hecho de quedarme a vivir aquí.
— Aria, sabes que tu prima tiene razón. Si tú vuelves a Sídney lo único que harás, será recordar todo lo que pasaste con... bueno, ya sabes tú quien, aquí tendrás una nueva vida y mucho mejor. — habló Harry apoyando a Chloe.
— Yo... no sé qué decir... — respondí sincera.
— No te preocupes, solo piénsalo muy bien, piensa en cuál crees que sería tu mejor futuro, qué crees que sería lo mejor para ti, solo nos importa tu felicidad, Aria. — dije Chloe acercándose a mí, para abrazarme y luego darme un beso en la mejilla.
— Sí... claro... gracias a los dos. — respondí para levantarme del sillón e irme a mi cuarto, dejándome pensando sobre la idea de irme a Nueva York.

La idea de irme a Nueva York sonaba muy tentadora y buena para mi futuro, pero a la vez demasiado arriesgada, ahí no tengo amigos, solo a Chloe y a... Harry. No tengo nada, ¿y si los estudios son aún más difíciles? Yo no sabría que poder hacer para arreglármelas. En cambio, en Australia tenía toda mi vida hecha, propuestas para ir a universidades, un gran futuro, buenas calificaciones en la preparatoria, muchos amigos que me querían, pero... también una persona que no me dejaría pensar claramente en mi futuro y por la que sufriría demasiado. Por otra parte, en Nueva York estaba Harry... ¿y si sigue teniendo las mismas acciones que tuvo conmigo en el pasado? Yo no podría mirarle de la misma manera, y a Chloe mucho menos, me sentiría la persona más culpable del mundo...

Dejé de pensar y de debatir para saber qué opción era la mejor, para luego centrarme en el vestido, peinado y zapatos que elegiría para Año Nuevo. Después de estar varios minutos pensando, elegí el look que pensé que mejor se vería para mañana.

Oí a mi abuela llamándome así que fui hacia dónde ella estaba; en la cocina preparando algo rico como siempre.

— Ay, cariño. Perdóname por molestarte, no quería llamarte y molestarte, pero te quiero pedir un favor. — habló ella cariñosamente y a la vez cansada.
— Abuela, sabes que yo siempre te voy a ayudar para lo que seas, tú no molestas.
— Mi pequeña, ¿podrías ayudarme, por favor? Me duele horriblemente la espalda y apenas puedo mantenerme de pie y necesito a alguien que me ayude con la comida de mañana.
— ¿Estás bien? No te preocupes, me quedaré yo a cocinar, y le diré a Chloe que te lleve al médico, no quiero que te pase nada grave.
— No cariño, no la llames, está con Harry y no los quiero molestar, ellos necesitan privacidad, no los molestes.
— Chloe da cualquier cosa por ti, tú eres más importante que todo. — dije abrazándola. — Quédate en la sala de estar tranquila y no te muevas. — ella me dedicó una sonrisa y asintió para irse a la sala.