Aria es una chica rebelde de 17 años.
Harry es un empresario de 30 años con gustos peculiares.
Ellos son totalmente diferentes.
Ellos son polos opuestos.
Pero a Harry no le importaría educar unas cuantas boquitas sucias.
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Deje la cena ya preparada y subí a mi cuarto en silencio, me topé con Harry en las escaleras pero simplemente alejé la mirada y seguí. Me encerré en mi habitación y me pequeñas lágrimas salieron de mis ojos. ¡Eres una estúpida, Aria! Me quería morir, había hecho algo estúpido otra vez con el maldito novio de mi prima. Suspiré, sequé mis lágrimas y me dispuse a arreglarme; solo fue un desliz.
Me adentré a la ducha ya que había quedado hecha un desastre por hacer la cena, me despojé de mis prendas y me relajé al sentir el contacto de la cálida agua en mi piel. Pensé en Adam, en Nueva York y en Harry... ¿debería de abandonar todo en Australia? Aunque, por otro lado, sabía que aquí tenía muy buenas oportunidades de estudio y sabía que Adam ya estaría con otra chica y lo odié. Grité en la ducha, grité, chillé y lo maldecía por haberme traicionado ¿es que tan poca cosa soy?
Salí de la ducha proponiéndome olvidarlo ¡al diablo con Adam y nuestra jodida relación de tres años que a él no le había importado!, cuando de pronto unos pequeños toques suenan en la puerta.
—Aria, ya llegamos; la abuela está bien, le recetaron una medicina pero nada grave. Ya casi estamos listos, apúrate.—Gritó Chloe, suspiré aliviada ¡había olvidado a la abuela!
—Está bien, gracias por avisarme.
Comencé a arreglarme, me puse un hermoso vestido negro que dejaba al descubierto mi pierna derecha, me alisé el cabello y me maquillé levemente. Ya era la hora de la cena y bajé lentamente, solamente faltaba yo en la mesa. Todo era perfecto, la abuela se veía más relajada, Chloe lucía hermosa en un vestido rojo, con escote V y la pierna descubierta; todos nos veíamos tan elegantes y hermosos. Nos sentamos en la mesa, comenzamos a hablar animadamente con Chloe y Harry.
—Aria, perdón si crees que "decidimos tu futuro"; yo te amo, eres mi prima favorita, me encantaría tenerte conmigo, no solo verte una semana al año. ¡Quédate Aria! Encajarías perfectamente en Nueva York. —Dijo Chloe tomando mi mano cariñosamente y me sentí tan basura por lo que había ocurrido con Harry.
—Gracias Chloe, perdóname por haberme comportado como una tonta... Solo que me tomo por sorpresa.—Sonreímos, Harry se unió a la plática con la abuela acerca de cosas tontas, todos nos unimos y así pasó la noche.
Hasta que por fin dieron las once cincuenta y nueve, todos nos pusimos de pie y contamos junto con la voz del noticiero.
—5,4,3— gritábamos, alegres— 2, 1 ¡Feliz Año Nuevo!—comenzamos a abrazarnos entre todos, Harry me abrazo acercando su miembro a mi pelvis mientras Chloe iba al baño.
Me sentí tan incomoda, aunque lo deje pasar para no tener problemas con mi familia. Después de una larga (y divertida) velada subí a mi habitación exhausta. Me quité los tacones, me despojé del vestido quedando únicamente en ropa interior. Me puse mi pijama y me acosté para dormir.
Pero se escucharon gritos. Supe que eran de Chloe que debía estar teniendo relaciones sexuales con él, no quería pensar en eso ahora. Los gemidos aumentaban, «no pares, Harry» ¿qué diablos? ¿Esta chica no tiene vergüenza?
Me levante lentamente, dispuesta a ordenarle que dejará de gemir como si la estuvieran matando, cuando me dirigía para su habitación noté que los gemidos procedían de la sala ¡más descarados nunca! Baje las escaleras pero me quede a la mitad, veía a la perfección la escena y me sentía como una morbosa pero no me importaba en absoluto. Harry se veía tan jodidamente caliente, los gemidos que salían de la boca de él eran discretos, me oculté tras la pared logrando tener una mejor vista de Harry quien, como si tuviese un sexto sentido me miró, ¡joder! Me sonrojé pero él no paró. Sentí mi feminidad palpitar y me imagine siendo yo Chloe. Harry seguía mirándome mientras se mordía el labio ahora, sentí mis bragas como un río.
«¿Qué clase de persona eres, Aria? ¡Respeta su intimidad!»me gritaba mi conciencia, salí de mi trance y me fui corriendo a mi habitación, me encerré y tape mi cara con mis manos.
¿Qué estupidez acabo de hacer? ------ Okay, no hace falta que nos maten, surgieron unos problemitas con su servidora; espero entiendan ¡feliz día de la independencia en México! Hasta aquí mi reporte, Joaquín. Ahq, lxs amamos, no olviden comentar y dejar su bellísimo voto.
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