13. Golpe bajo

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"En mi opinión, si usted quiere disfrutar del arcoíris, tendrá que soportar la lluvia."

Capítulo 13. Golpe bajo.

Harry:

—No es prudente jugar con fuego—Tomo su mano para impedir que me saque la camiseta— No para ti.

—Quítate la ropa—El hilo de autoridad en su voz perfora mis oídos y retumba en mi cabeza— Por favor, quiero verte, quiero ver esos tatuajes que adornan tu pecho —Ella levanta la vista hacia mí, sus ojos temblorosos y brillantes mueven cada puto gramo de mí ser. Mi cabeza da vueltas, me siento abrumado por una emoción con la que no estoy familiarizado, con la que nunca me he topado antes de ella, una emoción que carece de concepto y definición. Trago y aprieto mis puños a mi costado para evitar tocar esa piel tan parecida a la porcelana.

—Deberías parar antes de que te arrepientas...—Le advierto.

—Deja que yo decida eso y solo tócame... por favor —suplica sin tener la menor idea de cuanto deseo hacerlo, de cuanto muero por ello—¿Por qué no me tocas?¿No te gusto?—Chilla y casi puedo ver el puchero predescible en una niña inmadura que siempre se sale con la suya.

¿Por qué no la toco? Pregunta. ¿Por qué no soy capaz de acercarme un poco más y reclamar lo que me ofrece?...

La respuesta es más fácil de lo que me pueda imaginar...

Porque saldría perdiendo, porque no debo, porque aunque muera de ganas no puedo, porque ella sabe a pecado, a lujuria, sabe a puro y delirante placer, porque le resultaría extremadamente fácil llevarme a la eminente locura y perdición.

Necesito volver la vista a mi objetivo, necesito volver a mi norte e ignorar las distracciones, y esta niña rubia, con su constelación de lunares y mirada penetrante es una muy jodida distracción.

 —Dime entonces que no me deseas, pídeme que me aparte y lo haré...

¿Cómo lo hago si ni siquiera encuentro mi voz y mis piernas no responden a la orden de mi cerebro de caminar tan lejos como pueda? ¿Cómo lo hago, si tengo miedo de contemplar ese cuerpo desnudo frente a mí, sin abalanzarme sobre ella como un esquizofrénico, abrirla de piernas y follarla contra la pared más cercana?

Su tacto provoca calor en mi piel cuando dedos delicados se posan en mi nuca, inclinándome hacia ella. Levantándose sobre las puntas de sus pies, alcanza mi altura para sentir sus labios contra los míos.

Sus labios son tan suaves, tan codiciosos mientras va más profundo, que no puedo evitar dejarme llevar en la dirección a la que ella quiere, ¡Joder! Iría al mismísimo infierno si ella me llevara de la mano.

—Dime que no quieres saber lo que se siente estar dentro de mí, Harry...

¡Puta madre!, pero... ¿de dónde ha sacado esa boca tan sucia?. Mi férreo control desaparece, y no sé cuánto pueda controlarme para no follarla hasta quedar sin aliento.

—Dime que no quieres hacerlo una y otra y otra vez, dime que no quieres follarme y yo voy a...

Sujeto sus muñecas con más fuerza y brusquedad de la que debería para alejarla de mí y silenciarla para evitar que cometamos una estupidez. 

La tranquilidad en mi cuerpo es pura fachada ahora mismo, solo intenta encubrir mi corazón precipitado, queriendo perforar mi caja torácica. —¡Mírate! Estás temblando toda.—Espeto de mala manera con la intención de apartarme y buscar alguna mierda de tela con la que cubrirla, pero el deseo en sus ojos cuando me miran, la deliciosa e incomparable sensación de su cuerpo estrechándose al mío no me dan tregua y no me permiten separarme. Tal vez si vuelvo a ser rudo, logre que sea ella la que se aparte de mí, porque como están las cosas, ella ha tomado mis bolas en sus manos y me manipula como un títere.—Y a pesar de esa boca insensata y esa actitud fuerte, eres tan frágil—Lo digo porque es cierto. Evito respirar solo para no nublar mi cerebro con su aroma, implorando que por los mil demonios, se limite a quitarse de mi vista con ese tentador cuerpo delgado sin decir una puta palabra  más de esa boca sucia y provocadora.

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