Capítulo 3: ¿Y si nos escapamos juntos?
"¿A quién se le ocurre afirmar que la juventud es la edad de la felicidad? Yo digo que, la juventud es la edad de mayor vulnerabilidad. "
Mi corazón late con fuerza mientras me sumerjo en el mar de recuerdos que se desencadenan con su presencia y una pesadez abrumadora se apodera de mis pies. Él está aquí. Caiden ha regresado tras un interludio de tres largos años. Ha vuelto y me embarga una emoción intensa al pensar que, a pesar de todas las adversidades, lo ha hecho exclusivamente por mí.
El escrutinio de sus ojos azules guarda un brillo familiar y penetrante. Mi pecho se expande y el aliento me falta, pues no lo he visto desde... desde aquella noche, hace tres años, cuando nosotros... No puedo, ni quiero, rememorar esa noche en la que actuamos de manera tan imprudente. Durante tiempo no pude evitar preguntarme qué podría haber sido si las cosas hubieran sido diferentes. ¿Debí haberle concedido lo que solicitaba?, ¿debí haber aceptado su propuesta?. Sin duda, mi situación actual sería distinta.
Aunque sigue siendo igual de atractivo, Caiden ha cambiado notablemente. Ahora, una barba bien cuidada adorna su rostro y se ha dejado crecer su cabello oscuro más allá de lo que solía llevarlo a sus 17 años.
—No esperaba volver a verte tan pronto —confieso, sin aliento. Caiden frota su barba mientras me mira de arriba abajo. Me percato de que se ha tatuado los nudillos con unas letras que, por más que intento, no logro descifrar. — No después de lo que sucedió entre nosotros. La forma como terminamos...— Trago saliva y con ella la ansidad, sintiendo un nudo en la garganta — ¿Cómo has estado?
—Te ves bien —murmura fríamente y ¡Joder!, ¡qué saludo! Ni siquiera un "hola" o un "qué tal", solo "te ves bien". ¡cuánta calidez! Siempre ha sido alguien reservado, directo y poco paciente cuando está enojado, y ahora parece estar lo suficientemente enfadado como para lanzarme su mirada asesina habitual, que nunca me ha intimidado. El chico malo de los Nixon siempre ha sido experto en ocultar sus sentimientos, pero sé que los tiene. Los he visto, los vi esa última noche —Es un bonito vestido —sigo su mirada hacia el vestido blanco que, admito, es costoso y sofisticado, pero jamás sería mi elección, antes de volver a mirarlo.
—Gracias, supongo—respondo, tratando de no parecer demasiado herida e Intentando mantener la compostura frente a su frialdad. Sé que nuestra historia juntos ha llegado a su fin, pero no puedo evitar sentir un nudo en la garganta al verlo tan distante.
—Y a todo esto...—Aqui viene la pregunta inevitable: —¿Debo felicitar al novio? ¿Quién es el afortunado? —Inquiere, con ese ceño fruncido que deja claro que no le gusta ni una pizca la situación. Me inclino a un costado para ver detrás de Caiden al hombre de 25 años, con su cabello ébano perfectamente peinado hacia atrás, resaltando su apariencia impecable. Lleva puesto un traje a medida de tres piezas que se ajusta a la perfección a su alto cuerpo atlético y delgado, con una espalda ancha y una cintura estrecha que resaltan su figura. Su mirada oscura, tediosa e indiferente mientras conversa poco animadamente con mi padre, le da un aire de misterio y sofisticación, con un aura que grita: "soy demasiado perfecto para este insignificante mundo"
—Es él —señalo con mi barbilla discretamente hacia un punto detrás de su espalda—. Pero voltea disimuladamente, no quiero que vaya a pen...—Muy tarde, Caiden se gira tan bruscamente que casi me da un latigazo con su barba recién estrenada. Literalmente. Exhalo profundo.
Se toma su tiempo para analizar a mi "esposo", mirándolo con una mezcla de desdén y curiosidad, como si estuviera tratando de descifrar un acertijo complicado. Bueno, tampoco es que Caiden sean muy listo.
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SUSTITUTA
Romance"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa" -JaneAusten-