"El amor es un sentimiento voluble y traicionero".
Capítulo 9: La caja de Pandora de los secretos está entreabierta, y no hay forma de volver a cerrarla.
—"¿Hola?"
—"¿Hola, All?"—Respondo ansiosa y expectante.
—"Ahhh, te engañé. En este momento no puedo contestarte, seguramente estoy ocupando haciendo cualquier pendajada o alguna mierda así. Deja tu puto mensaje después del tono y si me da la gana, te llamaré." Bipppppppp....
Pongo los ojos en blanco—Estúpido All—mascullo antes de exhalar un suspiro frustrado y cerrar la llamada.
Con impaciencia, muerdo la carne muerta y cutículas alrededor de mi pulgar mientras observo la pantalla de mi móvil, esperando ansiosamente que mi hermano devuelva la llamada.
En este instante, solo soy consciente que sé tres cosas: Es domingo, son las 6:45 a.m. y deseo insasiablemente café. Me gustaría ir a la cocina a buscar un poco del preciado líquido oscuro, pero enfrentarme a Harry otra vez no me entusiasma en lo absoluto.
La noche ha sido implacable. No logré conciliar el sueño ni un instante. Mi cuerpo parece un lastre, mis párpados pesan como plomo por la falta de sueño y mi boca está seca agudizando mi jaqueca, consecuencia del exceso de champán. Y como si fuera poco, me resulta casi imposible deshacerme de tres pensamientos que me atormentan y carcomen:
1. Ese beso que aún resuena en mi mente.
2. La angustiante situación de mi familia, que parece desmoronarse a pasos agigantados sin que pueda hacer nada para detenerlo y,
3. Las iniciales de mi hermana parpadeando en la pantalla del móvil de mi esposo, indicando una llamada entrante.
Normalmente, a las 5:00 a.m., estoy más que despierta y a estas horas, ya estaría empapada en sudor tras una sesión intensiva de entrenamiento. Como bailarina, la perfección es mi constante meta, y para alcanzarla, debo ceñirme a reglas y horarios estrictos. Cada mañana, me levanto antes del amanecer para realizar ejercicios de estiramiento y calentamiento, preparando mis músculos para las exigentes clases matutinas. Sin embargo, hoy me desperté sin el habitual entusiasmo; después de todo, es domingo. Así que, decido que lo mejor será concederme un merecido descanso, una indulgencia que raramente me permito.
Me incorporo de la cama con el teléfono en mano , y marco una vez más el número de mi hermano. El timbre suena, alimentando mi esperanza de una respuesta, pero solo me encuentro con la misma grabación: "¿Hola? "... "Ahhh, te engañé. En este momento no puedo contestarte, seguramente estoy ocup..."
La llamada vuelve a caer en el buzón de voz, y la extrañeza se apodera de mí. All es inseparable de su celular; literalmente duerme con él, desayuna, almuerza, cena e incluso lo utiliza en el baño. No me sorprendería que tuviera sexo con el aparato. Pero ahora, cuando más lo necesito, no responde. Es francamente exasperante.
Con un suspiro frustrado, arrojo el dispositivo sobre la cama y arrastro mis pies hacia el baño adjunto a la habitación. Una ducha fría parece ser la solución más adecuada en este momento; quizás ayude a endurecer mis músculos adormecidos y, quién sabe, tal vez también levante un poco mi ánimo.
El agua helada golpea mi piel, enviando una sacudida a través de mi cuerpo y arrastrando consigo parte de la tensión acumulada. Cierro los ojos y dejo que el frío me envuelva, llevándome a un estado de calma momentánea hasta que ese beso se materializa en mi mente junto con los innumerable insultos que podría haberle dicho y no se me ocurrieron ayer.
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SUSTITUTA
Romance"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa" -JaneAusten-