El Extraño

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Capítulo 1 - El Extraño.

- Sentí que algo me tocaba!! - dijo Gerónimo, un alto y fuerte muchacho de cabello rubio el cual caminaba por el bosque de camino al lago junto con sus amigos, Dante y Lucas

- Si claro Gero, Nadie te cree - contestó su amigo Dante - jajaja si fuera cierto no nos lo contarías.

- Sabes que no jajaja.

- Así que tu si te asustas? pensé que Gerónimo Belli no le temía a nada- saltó su otro amigo Lucas, de cabello rubio oscuro, ojos verdes y fornido como el resto de sus compañeros.

- Ja, ja, ja, muy gracioso idiota - Respondió Gero con algo de enojo. - Tan solo le temo a los espantos feos, como tú.

El trío de jóvenes comenzó a reír mientras continuaban caminando rumbo al lago. Se encontraban en las afueras de la ciudad, en el bosque, el grupo de apuestos muchachos solía ir a nadar una vez al mes, pero había pasado mucho tiempo que los amigos ya no lo hacían. Y es que con 17 años ¿quién puede pensar en escaparse al lago por un día? esas cosas ya no eran divertidas para los adolescentes, pero si para los niños que alguna vez fueron. Gero era el mayor de los tres, tanto física como mentalmente, demostraba ser más maduro que sus compañeros, Dante era un joven trigueño de buena complexión física, grandes músculos, pelo negro y ojos café claros. Por otro lado, estaba Lucas, el más infantil de los amigos y quien siempre se encargaba de hacer estupideces, el bufón de clase.

El trío de amigos cruzó el último gran árbol del bosque y pudieron presenciar el lago. Una pequeña playa, con un muelle de madera no más extenso que 3 metros de largo. Y en uno de los bordes había ropa y toallas junto con tres pares de zapatillas. Los jóvenes se observaron entre sí y hacia todos lados, pero no había nadie, fue segundos más tarde cuando se sorprendieron al escuchar emerger del agua a las personas dueñas de dicha ropa. Del Lago salieron dos chicas una pelirroja con hermosos ojos azules y otra de cabello castaño y ojos café. Los muchachos quedaron algo sorprendidos por la belleza de las mujeres que reían y aún no habían notado la presencia de los amigos, Dante y Lucas quedaron boquiabiertos, por otra parte, a nuestro rubio no le sorprendían tan fácilmente.

- Jaja, no pensé que podría durar tanto tiempo debajo del agua - dijo una pelirroja mientras retomaba el aire.

- Nico sigue abajo, es un presumido... ey!! tu sal de abajo hermanito, nos has ganado -gritó lo último la joven quien se topó con la presencia de aquellos chicos en el muelle junto a sus cosas.

La joven se asustó y su compañera rápidamente la siguió. Gero miró a un costado de las jóvenes algo bajo del agua... y fue cuando lo vio. El muchacho emergió de las profundidades tomando una bocanada de aire al llegar a la superficie, salió y se topó con la situación, tres chicos bastante guapos en el muelle.

- oh pensaba que no venía nadie a nadar por aquí - soltó el pelinegro que acabó con los eternos 10 segundos incómodos entre los dos grupos.

- Sí, lo mismo pensábamos nosotros - dijo Dante mirando fijamente a la castaña - Pero veo que el lugar está ocupado quizás debamos regresar a la ciudad.

- No tenemos ningún inconveniente en nadar en el mismo lago, quiero decir es uno muy grande no?- Se escuchó a la pelirroja hablar.

- Bien, lo haremos - contestó Lucas.

Los jóvenes comenzaron a quitarse la ropa y el calzado quedando en traje de baño, los chicos estaban marcados de espalda a piernas y las chicas lanzaron unas risitas al ver que tan bien estaban los amigos. El rubio seguía mirando al muchacho en el agua. Había algo peculiar en él, el pelinegro notó la vista clavada del mayor y observó sus ojos, unos azules tan hermosos como los mismísimos ángeles, pensó en sus adentros. Le sonrió y volteo a con las chicas.

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