Compañeros

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Capítulo 4 - Compañeros.

Nico estaba caminando por un largo pasillo junto con su hermana y la vicedirectora María, quien caminaba por delante de los gemelos mientras hablaba sobre el colegio. Nicole blanqueo los ojos algo cansada de la mujer y el pelinegro sonrío al verla.
María había dicho que los llevaría a sus salones, pero estaban recorriendo establecimiento. En un momento la mujer se detuvo frente a una puerta y giró hacia los López.

- Aquí es el salón 7B - indicó María - Es aquí tú clase princesa.

Nico miró extrañado a su hermana. Ella le miró también algo confundida.

- ¿Te pasa algo hermano?

- ¿Que no iremos al mismo curso? - preguntó Nico.

- Nop - contestó la joven mientras le daba un beso en la mejilla e ingresaba al lugar junto con María.

- Espera un minuto aquí ¿sí? - indicó la mujer a él pelinegro, quien asintió y se apoyó en la pared de brazos cruzados.

Estaba un poco enojado, él y Nicole siempre habían sido compañeros de clases durante toda su vida. Que no le haya dicho que no serían compañeros le había molestado, pero ahora que lo pensaba no era mala idea estar separados aun así Nicolás odiaba cuando Nicole planeaba algo sin consultarle.
Pasaron un par de minutos y María salió del salón...

- Muy bien corazón, ahora vamos a dejarte a ti en tú salón - comentó sonriente la mujer. Nico se preguntaba si no le dolerían los pómulos de tanta sonrisa. - Te toca en el 13A.

- Genial - dijo algo desanimado.

María saludó a un hombre regordete que estaba frente a la puerta del salón y Nico lo miró curioso.

-Señor Díaz... Este es el alumno nuevo - presentó la mujer.

- Oh con que tú eres el nuevo... Soy el profesor Carlos Díaz - dijo estrechando la mano del pelinegro. - Doy clases de Matemáticas. ¿Cuál es tú nombre?

- Nicolás... Nicolás López - contestó calmo el bajito.

- Muy bien López, ¿qué te parece si entramos?

- Si claro - dijo Nico.

El profesor giró el picaporte e ingresó le siguió María y el pasó justo detrás de ella. Estaba algo colorado no le gustaba este tipo de cosas, el presentarse o saludar a un grupo de desconocidos. Tenía algo vergüenza.

- Buenos días chicos - alzó la voz la mujer para llamar la atención de todos. - Estoy muy contenta de poder saludarlos hoy en el primer día, queremos que estudien y aprueben todas las materias en fin este es el profesor de matemáticas.

- Hola jóvenes, mi nombre es Carlos Díaz. Es un placer poder ser su profe este año.

- Bien... Como ya verán tengo alguien aquí a mi lado. Su nombre es Nicolás y es nuevo en la institución, será su compañero, quiero que lo traten bien y que le ayuden a incorporarse al grupo. - continuó la mujer.

- No me lo creo - dijo sorprendido Lucas.

- Es él, el del lago - pronuncio Dante - Eso quiere decir que quizás su hermana también esté en el colegio. - dijo algo esperanzado. A Dante le había volado la cabeza la bella joven y enterarse de que ella estudiaría en su mismo colegio le daba más oportunidades de poder conseguir algo con Nicole.

Gero se quedó boquiabierto. Sus pensamientos habían acertado. Si, se trataba de Nico, el enano que conoció en el lago. Se alegró por lo que veía, el pelinegro le agradaba y no terminaba de entender el por qué. Cuando lo dejó en su casa y hablaron quiso conocerlo más, quiso ser su amigo, quiso estar cerca de él.

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