Hombres básicos

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Capítulo 18 - Hombres básicos.

Era hora del almuerzo en el campamento. Todos estaban dentro del gran salón del predio que había sido acondicionado para recibir a los 100 alumnos de las cuatro divisiones del sexto año. Nicolas estaba muerto de sueño sentado al lado de Camila descansando los ojos mientras apoyaba su cabeza en el hombro de la pelirroja. Nicole se había despegado de Dante y se había sentado al lado de Camila, y en la mesa en donde ellos estaban entraban otras cinco personas. Esos lugares fueron ocupados por los chicos que recién ingresaban al lugar y vieron en donde estaban sus amigos para ir con ellos.
La actividad en grupos había sido una porquería para Nico ya que se trataba de interacción con personas de otros salones y la verdad últimamente el pelinegro había ganado cierta fama y ahora con lo del beso en la fiesta había estado en boca de todo el colegio. Aquello había sido muy incómodo. Sus ojos se cerraban solos, contaba los minutos para poder ir y descansar en las cabañas. Odiaba haber hablado con aquel muchacho toda la noche. No había descansado nada y ahora estaba pagando las consecuencias.

- ¿Que tal su mañana? - habló Leo una vez llego a la mesa.

- Una mierda el grupo que nos tocó a nosotros - soltó Camila mientras sacaba su almuerzo y comenzaba a comer.

El resto de los chicos la imitaron todos menos Nico quien apenas si abrió los ojos notando que Samuel se había sentado en una de las puntas de la mesa cerca de él y que le había hecho una caricia en el regazo a lo que él respondió con una pequeña sonrisa.
Frente de ellos se habían sentado Lucas, Dante y Leo y en la otra punta se ubicó el rubio quien estaba mirando a Natalia desde el otro lado del salón y le sonreía. Se habían acercado mucho durante la noche en casa de Dante. Aquello había conseguido apartar a Nicolás López de su mente.

- ¿Nico te sentís bien? - se preocupó Leonardo al ver a su mejor amigo algo decaído.

- Si, sí. - soltó mientras se incorporaba en su lugar - Tengo mucho sueño, es eso.

- Te la pasaste hablando con ese pibe toda la noche en vez de dormir cuando tenías que dormir - habló para molestar a su hermano Nicole.

- Uy, uy, uy. Como puedes permitir que te ponga los cuernos - bromeo Dante mirando a Samuel mientras la mesa reía.

- Muy desubicado lo que haces Nico - habló esta vez Lucas.

Nico y Samuel se quedaron rojos.

- Chicos les voy a aclarar las cosas. Samuel no es mi novio y yo... - dijo Nico, pero fue interrumpido.

- Vos a mí me dijiste otra cosa - mintió el rapado.

Todos dejaron salir sus risas con la cara que tenía Nico.
Pasaron minutos ahí almorzando y el coordinador del campamento les dijo que deberían esperar los chicos allí hasta que terminen de ubicar a las mujeres en las cabañas. El pelinegro se puso de pie y se alejó del grupo. Caminó hasta una gran ventana y se sentó en ella a mirar el paisaje. Amaba la naturaleza, el sol sobre ellos calentando aquel día de invierno. Las montañas que rodeaban el predio, los grandes árboles y los diferentes pájaros cantando. Cerró los ojos e inhaló aquel aire fresco. El lago en donde había conocido a sus amigos no estaba tan lejos del lugar. En los próximos días irían a acampar en las orillas del mismo, pero eso tardaría. Por lo general la acampada quedaba para el último día de la excursión.
Sintió alguien en su espalda así que volteó pensando de que se trataba de Samuel.

- Es hermoso ¿No? - habló Gerónimo con la virada en donde antes había mirado Nico.

- ¡Lo es! - dijo volviendo a mirar el paisaje.

- ¿Todo bien vos? - aprovechó que estaban lejos y solos para preguntar.

- No se - contestó apoyando su mentón en el trapecio del bajito quedando muy cerca de los labios del López - ¿Vos decís que lo voy a superar?

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