Natalia

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Capítulo 9 - Natalia.

Gero estaba despierto, tumbado en su cama de dos plazas, no podía dormir. No por la droga que había consumido, eso no era lo que le causaba aquello si no que se sentía tan avergonzado de lo que había hecho que le carcomía la cabeza de tan solo pensar que se había vuelto a drogar. Lo había prometido, no volvería a consumir esas cosas y lo había hecho, en su pecho sentía una presión como si un elefante estuviera encima de él. "¿Por qué lo hiciste idiota?" se formulaba en su cabeza mientras recordaba el rostro de Dante al verlo fumar, decepción era lo que gritaba aquella cara. Una lagrima escapó de sus orbes celestes, se mordió los labios con enojo, había fracasado, de nuevo.

Volteo a su costado mientras secaba su lagrima y observó aquella espalda descubierta, piel morena y aquellos cabellos negros tan lacios y brillantes. por un momento sonrió, Natalia era una hermosa chica una de las más lindas del salón y su ex novia, aunque de ex tenía poco últimamente. Recorrió una línea de la espalda de la joven hasta bien abajo, la sabana cubría su trasero, pero el rubio corrió la misma para observar aquella rosa que tenía tatuada su ex en la espalda baja justo antes de sus nalgas. No lo pensó dos veces y tomó su teléfono de la mesa de luz y tomó una foto de él junto con el tatuaje de Natalia. Carcajeo un poco fuerte lo que hizo que la joven despertara.

- Ey bebo - soltó somnolienta la morena mientras se giraba hacia el rubio - ¿Qué haces despierto?

- Nada - se limitó a decir - No puedo creer que hayamos follado otra vez.

- Jaja- la chica rio - Si, pensé que la anterior era la última. Pero bueno, me gustan las cosas grandes.

- ¿Me estás diciendo gordo? - soltó algo confundido el rubio.

- Jajaja no idiota, yo solo hablaba de... ya sabes, XL - dijo Natalia mirando al amigo de Gero que aún estaba descubierto.

- Oh! jajaja, claro, bueno nunca tuve un gran intelecto ¿no?

- No la verdad que no, Ni corazón diría yo. Pero bueno, gracias a dios tienes esa cosa entre las piernas.

- Gracias dios - dijo el Belli ofendido.

Es que nadie lo tomaba enserio, solo era eso. Una gran verga, puro musculo inservible sin cerebro ni corazón. Miró el reloj e hizo una mueca, no quería que alguien lo pillara en la cama con Natalia.

- Deberías irte

-Mira la hora, tus padres ya deben estar desayunando - dijo ella tumbándose boca abajo.

- Saldrás por el garaje, sabes cómo hacerlo Nati, lo hiciste antes, ya largo - soltó algo molesto.

Natalia lo miró algo sorprendida.

- ¿Qué es lo que miras? es esto lo que piensas que soy ¿no? bueno acá lo tienes, un hijo de puta bien idiota...

- Gero yo no quise ofenderte, no es para que me trates así.

- ¿Así como? ¿cómo una puta?... y si eso es lo que eres nena. ¿te gustan las vergas XL? Bueno eso es lo único que tendrás de mí, una verga.

El rubio se puso de pie y se vistió, Natalia se sentó en la cama mirando hacia abajo con unas cuantas lágrimas cayendo de sus parpados. Gero la miró con rabia, ahora la odiaba, nunca la había amado en realidad, pero se sentía usado. "solo fui eso para ti" retumbaba en su mente. La morena lo miró aun con los ojos cristalinos, ella no le dio pena en lo más mínimo.

- Voy a desayunar, cuando vuelva espero que te hayas ido - soltó mientras salía de su habitación.

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