La princesa de Dorne (REESCRIBIENDO)

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El maestre Pycelle cruzó los pasillos de la Fortaleza Roja a toda prisa. En sus ojos se veía un brillo extraño, portaba en su mano un pergamino sellado, que parecía un mensaje. Sus pasos sonaban por todo el lugar, y cuando al fin salió al exterior, buscó lo que había venido a encontrar.

El príncipe Rhaegar se encontraba en las almenas, sentado junto a Athur Dayne, el cual permanecía en pie vigilando el exterior de la muralla. Mantenían una larga conversación, hablando sobre un libro que el joven príncipe acababa de terminar de leer la noche anterior, que era uno de los favoritos de Arthur. Ambos estaban entretenidos, y su conversación cesó, cuando vieron a Pycelle andar hacia ellos. Parecía que el viejo hombre tenía prisa, y Rhaegar se puso en pie. El hombre llegó hasta donde estaban los dos jovenes y le extendió al príncipe el pergamino que portaba.

-Es para vos alteza, debe ser urgente.

-¿De donde...? -empezó Rhaegar.

Pero no terminó la pregunta, el sello era claramente de la familia Martell.

-Es de Doran Martell. -respondió Pycelle.

El corazón de Rhaegar empezó a latir con fuerza. La respuesta había llegado más rápido de lo imaginado, y el joven estaba nervioso ante la expectativa de saber si tendría suerte. Pycelle se retiró, y Rhaegar rompió el sello.

-¿Qué es?

Rhaegar miró a su amigo antes de abrir la carta.

-La confirmación de pedida de mi futura esposa.

Arthur abrió los ojos y abandonando su puesto se juntó a Rhaegar.

-Leela.

Rhaegar rió nervioso y leyó la carta.

-Querido Rhaegar Targaryen, he leído con suma gratitud vuestra propuesta de casamiento con mi hija. Es un grandisimo honor para la casa Martell y para todo Dorne, que la corona piense en nosotros para tal ceremonia. Así pues, debido a que Elia no está prometida, aceptamos su propuesta. Y sobre los temas que conciernen a organizar una reunión entre ambas casas, estamos completamente de acuerdo en ello, y esta misma semana partiremos hacia Desembarco del Rey. Un saludo Doran Martell.

Rhaegar miró el horizonte mientras Arthur le felicitaba.

-Bien amigo.- decía.

Sin embargo Rhaegar no estaba tan bien.

-Si.

-¿Estás bien?

-No lo se Arthur. Se que es mi deber, pero acabo de cerrar las puertas a conocer a una mujer a la que amar.

-Dicen que Elia Martell es una joven muy hermosa. Y ya has visto a más dornienses, son mujeres exóticas.

-Lo se. Y es mi decisión, debo seguirla.

-Es una gran unión. El reino crecerá fuerte con tu reinado.

Rhaegar asintió. Poco a poco la noticia del compromiso se iba extendiendo por todo el reino. Los ciudadanos de Desembarco del Rey llenaron de rosas las calles de la ciudad en honor a su príncipe. Todo el mundo acogió la noticia con alegría. Todo el mundo salvo el rey Aerys Targaryen. Sin embargo no le recriminó nada a su hijo, le convocó ante la sala del trono y le obligó a confirmarle esa noticia. Cuando su hijo lo hizo, le ordenó marcharse.

Rhaegar sabía que su padre estaba en contra, pero debido a que su hijo había tomado esa decisión, no pudo cancelarla. El joven príncipe cada vez era más y más consciente del problema de su padre. El matrimonio con Elia le venía como anillo al dedo, puesto que tenía como objetivo dejar Desembarco del Rey. El joven amaba su pueblo, y apreciaba a sus amigos, pero las hostilidades de su padre lo estaban empezando a desesperar. Necesitaba irse de allí y pasar el tiempo antes de heredar el trono alejado de Aerys. Rocadragón era la herencia de su casa, y la fortaleza estaba deshabitada, a la espera de Rhaegar o Viserys, en caso de que su hermano mayor lo rechazase. Pero no, quería ir allí. Si se casaba con Elia, se mudaría a ese castillo. Visitaría a los suyos, pero no viviría con su padre. La creciente locura del rey se hacía mucho más que evidente. Su amigo el piromante había instalado una pira de un material que no se consumía, de forma que Aerys podía incinerar a quien quisiese uno tras otro. La justicia del rey no se basaba en leyes ni juicios, se defendía con fuego. Y Rhaegar no podía seguir así.

Rhaegar, el último dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora