¿Cuánto cuánto es mucho mucho?

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Recuerdo muy bien cuando era pequeña.

Recuerdo, en especial, como le temía irracionalmente a tener que dormir sola en mi habitación.

La oscuridad me aprisionaba y tenía tanto miedo que cuando por fin lograba quedarme medio dormida, soñaba que mi mamá venía a mi cuarto y me hacía compañía.

Recuerdo como me decía que todo estaba bien, que ella estaba ahí, que todo iba a estar bien.

Lo deseaba tanto tanto, estaba tan tan asustada, que soñaba con eso. Y todo estaba bien.

Han pasado ya 4 semanas y casi cada puta noche sueño con vos.

Que me escribís, que venís a mi casa, que te veo en esa fiesta.

Me tomás las manos, mi pelo entre tus dedos.

Me abrazás, y me decís que todo está bien otra vez.

Estás aquí conmigo y todo está bien.

Pero no lo está, no realmente.

Porque cuando despierto tengo que levantarme corriendo al baño e intento con todas mis fuerzas no llorar.

Y nada está bien. Todo está muy mal de nuevo.

En mis sueños no la besas a ella esa noche. Soy yo. Fui yo todo el tiempo.

En mis sueños puedo ver de nuevo tus ojos cerquita y como brillan cuando me mirás.

Puedo sentir tu piel en la mía,

las galaxias colisionan,

me besas,

millones de estrellas nacen.

Y ahí es donde despierto.



Solía querer tanto tanto dormir con mi mamá en esas noches oscuras.

Lo quería tanto que venía a mí en sueños.

Te quiero tanto tanto.

¿No es suficiente eso para hacerte volver?

Pero por favor, si volvés,

esta vez, que no sea en un sueño.

Esto no es un libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora